B.D.-Nr. 0183
Grande y poderoso es el Señor que os creó, pero pequeño y débil aquel que no quiere reconocerLe. Y por eso podéis confiar siempre en el Señor, que en su Poder y Gloria os traerá a vosotros, Sus hijos, ayuda contra lo que no viene de Él si tan solo Le llega un grito, un pensamiento suplicante de ayuda. Porque lo que Él ha creado debe seguir existiendo de acuerdo con Su Voluntad, y lo que os queda de bienes terrenales, debéis entregarlo cuando elegís el Reino de Dios. Porque solamente se valora al ser humano, no sus posesiones; pero donde Dios mira en los corazones, nada permanece oculto a Sus Ojos paternales. Y dócilmente iréis adonde el Padre celestial os guíe, porque Él instruye bien a quienes Le tienen confianza. Por tanto, alabad al Señor, que en Amor divino da a cada uno el lugar en la Tierra que le es útil para su salvación.
Quien aspira a la perfección debe servir y estar siempre dispuesto a soportar por el Señor. Para aquellos que desean preparar su propia vida, es indescriptiblemente amargo ser excluidos de Su Gracia paternal. Quienes creen que no necesitan el Amor de Dios, quienes creen que tienen en su mano a ellos mismos y su destino, a ellos el Padre quedará lejos hasta que también imploren su Amor en el silencioso reconocimiento de la Divinidad. Solamente entonces se les concederá Su Amor, para luego desencadenar la Gracia, en virtud de la cual el hombre ahora logra elevarse cada vez más alto.
Para estos pobres cegados aún quedan grandes luchas de tipo físico y espiritual, pues solamente así podrán ser dirigidos a su Creador; solamente así abren los ojos y los oídos a sus amigos espirituales, para que por medio de ellos sean finalmente guiados por el buen camino. Es poco probable que alguien pueda llegar al Padre celestial sin pasar por el sufrimiento.
A ti, hija Mía, se te concede la Gracia de saber a tu Salvador cerca de tí cuando estás llena de amor por Él. Tu corazón se regocijará de poder permanecer en constante conexión con Él, pero entrégaLe todo lo que te es querido y valioso, y tu vida será cada vez más rica, porque el Sol de la Gracia te brillará eternamente.
Amén
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ES2 | Comunicaciones de Bertha Dudde que no figuran en los fascículos de selecciones temáticas |
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