2880 Exhortación a indicar a los hombres al venidero combate de fe

13 de septiembre de 1943: Libro 37

Un gran anhelo a alimento espiritual entrará en acción, en cuanto haya tenido lugar la commoción de la tierra, pero eso será sólo un estado pasajero; impulsados por la gran necesidad, los hombres serán sumisos en aceptarla al principío, y la Palabra de Dios les traerá consuelo y fortaleza, también la reconocerán como Palabra de Dios, serán creyentes, sin embargo, por poco tiempo, pues el mundo con sus exigencias entra en primer plano de nuevo, y con eso se olvidan de sus necesidades, y así también a quien dejó que sobreviniera sobre ellos esos apuros. Todos sus intereses y aspiraciones están sólo dirigidos a restablecer de nuevo las circunstancias antiquas, y es para ellos incómodo, someterse a los preceptos que les fueron presentados mediante la Palabra de Dios. Y por eso encontrará la aprobación de los hombres: el procedimiento contra las religiones y sus partidarios, y sólo una pequeña parte se atiene a la Palabra, pocos se mantendrán firmes en las luchas, mantiéndose fieles a Dios y la fe.

Los hombres caerán en grandes conflictos síquicamente a causa de prescripciones mundanas, y eso ya no está lejos. Y se les insistirá a dar su parecer públicamente frente a su religión, y Dios lo permite, porque es necesario que los hombes se confronten con una cuestión que respecta a su salvación del alma, a la que hasta ahora no habían hecho caso. Dios lo perenite, para que claramente se decidon cómo hasta ahora está su fe. De modo irresponsable procederá el anticristo contra todos los que todavía creen en un Dios del Cielo y de la tierra. Pues él obliga a los hombres que nieguen la fe, que por Mí es la decisión del libre abledrío de los hombres. El los obliga bajo la amenaza de medidas que a los hombres les parecen insoportables, y por eso son demasiado débiles para la oposición. Así que de ese modo tiene que decirse: que la fe está en peligro.

Esto tiene que hacer reflexionar, a los que Yo, por medio de Mis mensajeros en la tierra, me acerco a ellos, a los que se le comunica Mi Palabra que Mis mensajeros han recibido de Mí. La fe (y la religión) está en peligro.

¿ Sabéis que significa tener que dar públicamente el parecer, y al mismo tiempo ir al encuentro de la mayor desgracia terrenal? ¿ Sabéis cómo de difícil se les hará a los hombres desmenuzarán cada teorema de fe y quieren demostraros su absurdidad, y qué poco podréis responder en contra? Sabéis cómo de difícil se os hará manteneros firmes en la fe a Mí, en vuestro Dios y Padre de la eternidad? De cómo os cogerán todo y destrozarán lo que hasta ahora os parecía inviolable? Cómo de brutales actuarán contra todos los que renuncian determinadamente a su exigencia de negarme a Mí, y en vista de eso muchos se volverán débiles, y sin resistencia Me traicionan, pues les falta la fuerza de la fe que nace de la pura Verdad.. Sobre este tiempo quiero llamaros la atención y abriros los ojos ya antes, porque Yo conozco el estado de cada uno de los hombres en detalle, y de la necesidad espíritual en la que caéis, a causa del obrar de Mi adversarío, quien es fácil en reconocer por esas medidas. Y Yo quiero poneros al corriente sobre su éxito, de que él encontrará muchos adictos, porque luchará con mucha astucia, fuerza y violencia. El conseguirá, lo que muchos otros no consiguíeron antes, él hará que se empiece a vacilar de la fe, tambaleará la que parecía imperturbable - él derribará con lígereza doctrinas religiosas, pues sabe bien llevar la palabra y fanfarronear, y demostrará a los hombres lo erróneo de su forma de pensar, y los que no Me llevan en le corazón, lo aclamarán y le darán la razón, y, con eso reforzarán su poder considerablemente. El logrará lo que ningún otro antes logró: derrunbará a un poder que pasó por invencible. Pero un muro no podrá él arrebatar ni conmover, una resistencia encontrará, y por cierto allí, donde estan Mis combatientes bajo Mi mando. Allí arremeterá su vano, porque Mis combatientes son invencibles, porque el escudo de la fe los cubre, que es tan vivo, que es él (El) mismo la fuerza en sí y nada podrá conmoverlos.

Estos, Mis vencedores, perciben la fuerza directamente de Mí, pues Me oirán y podrán también verme, y a ningua tentación sucumbirán - ellos serán sabios, y por eso también conocerán y reconocerán qué hora ha dado (sonado) y cuán cerca está el fin este saber o conocimiento auténtico les da a los mios fuerza de (para) aguantar hasta el fin; este saber verdadero les falta a la mayoría de los hombres, y cuando se les lleva, no lo admiten. Pero Yo sé (conozco) sobre lo venidero y quisiera ayudaros, y solamente puedo hacerlo en la forma de que estéis aclarados de modo verdadero sobre el combate de la Luz contra las tinieblas en el último tiempo antes del fin, sobre el gran poder de Mi adversario, y sobre, todavía más grande, el Amor de vuestro Padre celestial, y de Su Gracía, que es válida para todos, los que quieren continuar siendo suyos, es decir, que tienen la sería voluntad en pertenecer al pequeño rebaño, cuyo Pastor, soy Yo, y al que, por eso, Yo no abandonaré en el peor combate de la fe, que vivirán los hombres de esta tierra, todavía antes de su fin (del fin de la tierra).

Amén

Traducido por: Pilar Coors

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