8688 Interpretación errónea de las Palabras de Jesús

29 de noviembre de 1963: Libro 91

El pensamiento del hombre está terrenalmente dirigido, y de ese modo interpretan también todo terrenalmente lo que tenía un sentido profundamente espiritual, lo que les fue dirigido como enseñanza espiritual de Mí, Quien Yo Mismo he hablado siempre a los hombres directamente o mediante mensajeros.

Mas Mis Enseñanzas tenían siempre como motivo la salvación del alma, y cuando Yo hablaba a los hombres, tanto en el antiguo como en el nuevo tiempo, puse siempre en Mi Palabra un sentido espiritual, el cual fue también bien interpretado primeramente, no obstante, no transcurrió nunca mucho tiempo, hasta que ese sentido espiritual se entremezcló con lo mundanal y finalmente casi sólo se interpreta en sentido terrenal.

De modo que Mi Palabra no se mantuvo jamás pura; de ellas han resultado actos y usos, que ya no corresponden más al sentido espiritual, y Mi Palabra ha perdido por eso la fuerza de salvación, porque no ha permanecido siendo más Mi pura Palabra. Lo que espiritualmente se pedía de vosotros, porque de su cumplimiento esperaba para vuestra alma una bendición, la cual vosotros habéis convertido en actos terrenales. Para cada exigencia que Yo puse a vuestras almas, habéis imaginado y ejecutado, un procedimiento mundanal, y entonces habéis llamado ese procedimiento sacramentos y les habéis adjudicado un significado en alto grado desnivelado, de tal modo que innumerables hombres observan con la mayor escrupolosidad la exisgencias que se les han puesto y creen en reunir un tesoro de gracias para su alma con el cumplimiento de preceptos promulgados por el hombre.

Pero es cierto que son todos sólo formas y apariencia, y por lo tanto sin significado por completo para la maduración del alma. Sin embargo, vosotros hombres perseveráis con extrema tenacidad en tales formas, que os habéis creado vosotros mismos, pero que jamás os fueron de Mí pedidas a vosotros hombres. Porque todas Mis Palabras que Yo hablé, cuando Yo Mismo anduve sobre la tierra como Hombre, tenían profundo sentido espiritual y jamás pueden ser sustituídas por hechos y ademanes externos, y vosotros os dejáis contentar y bastar con usos exteriores, porque no comprendistéis el sentido profundo, pero esos usos no pueden aportar nunca jamás una ventaja para vuestras almas.

¡Pensad una vez, cual es la repercusión que concedéis ya sólo al "bautismo"! Pensad, que ejecutando un sencillo hecho exterior, estáis convencidos ya de éxitos espirituales, ya sea la liberación del pecado original, ya sea el ingreso en Mi Iglesia, pero todo eso tiene que adquirirlo el hombre mismo durante su vida en la tierra; él tiene que dejarse redimir por Jesucristo en plena liberdad.

Así que pertenece mucho más para ello que sólo el hecho del bautismo efetuado en un niño. Y de ese modo puede solamente un hombre incorporarse también en Mi Iglesia, en libre voluntad, mediante una vida consciente en Mi sucesión, en la que por el amor alcanza una fe viva; que es el distintivo de la Iglesia fundada por Mí.

Pensad en el sacramento de la penitencia y del altar. Qué es lo que habéis hecho de eso, por medio de qué superfialidades esperáis el perdón de los pecados. Pensad en lo que Yo he querido comprender bajo eso: De que me concedáis a Mi entrada, para que Yo pueda tomar con vosotros la Cena y vosotros Conmigo, y cómo estas Mis Palabras: "Haced esto en memoria Mía", las habéis dejado convertir en un procedimiento que no tiene ninguna repercusión en vuestras almas, ni puede tener, si no lleváis una vida de amor tan profundo, que estéis por medio del amor íntimamente unidos a Mí, y entonces Yo puedo estar presente también con vosotros.

Todo lo que espiritualmente se pidió de vostros, para que vuestra alma estuviera dispuesta, eso lo habéis amalgado con ideas terrenales, y vosotros mismos os habéis construído algo, que solícitos cumplís, aunque sólo lo piden los hombres, quienes lo argumentan como Mi Voluntad.

Siempre de muevo se os tienen que dar explicaciones sobre ello. Sin embargo, no aceptáis tales explicaciones, sino que siempre cumplís fervorosos los preceptos promulgados por el hombre, mientras que de Mis Preceptos no hacéis caso, del amor a Dios y al prójimo. Y con eso os oscurecéis en el espíritu cada vez más, de tal modo que finalmente no tenéis más la posibilidad de reconocer lo erróneo de vuestro modo de pensar y obrar.

Vosotros mismos os habéis puesto cadenas, al admitir todo sin oposición como Verdad de lo que se os hace acesible como "Mi Palabra". Todas Mis Palabras las interpretáis terrenalmente por completo; pero del sentido espiritual no hacéis atención, por eso se han originado errores, que sólo podrán ser depurados si estáis llenos de amor. Porque entonces se hará luz en vosotros mismos y lo reconcéis cuando os movéis en el error.

Entonces todos los preceptos promulgados por los hombres y todos los actos sacramentales se os harán reconocibles como engaño, los cuales sólo un espíritu tenebroso pudo presentar como "Voluntad divina". Y entonces debéis tratar de soltaros de todo error, en el conocimiento de la pura Verdad, la única que es útil para que pueda salvarse el alma, y la única que el hombre reconocerá como Verdad si vive en el amor, que cumple Mis Mandamientos de amor como en primer lugar.

Pues sólo la Verdad conduce a Mí. Y sólo mediante la Verdad podéis ser bienaventurados por eso siempre de nuevo llevaré la Verdad a Mis representantes en la tierra y al mismo tiempo les participaré la misión de que la llevan afuera en el mundo, porque el hombre tiene que estar en la Verdad si quiere ser bienaventurado.

Amén

Traducido por: Pilar Coors

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