9013 ¿Qué clase de comunicaciones garantiza la Verdad?

12 de julio de 1965: Libro 94

A pesar de mi gran Amor no os puedo acoger en mi Reino mientras todavía os opongáis a la Obra de Redención de Jesucristo, porque así vosotros mismos os cerráis la entrada para el Reino de Luz, para el cual únicamente Jesucristo es la Puerta; pues entonces junto con Él también me rechazáis a Mí mismo, porque Él y Yo somos Uno.

Únicamente cuando comprenderéis que Yo –el infinito Espíritu de toda eternidad– en Jesucristo os resulté visible, entonces mi Amor podrá volver a deleitaros, porque solamente entonces me reconoceréis a Mí en Él... y el pecado de la apostasía de Mí en aquellos tiempos, ahora os podrá ser perdonada, pues volveréis a permitir que os penetre la plena Irradiación de mi Fuerza de Amor - como en aquellos tiempos...

Que precisamente para esta gran Obra de Redención de Jesucristo a vosotros los seres humanos os falta la comprensión, esto ya es una señal del final inminente pues el adversario ha tenido un gran éxito con su intervención... pues logró cubrir precisamente mi Encarnación con un velo intransparente, porque quiere evitar que los seres humanos lleguéis a ser redimidos. Por eso también ha llegado el tiempo en que será dado fin a su actividad.

Por todas partes en el mundo se hacen notar corrientes espirituales que están apartados de la Verdad, porque incluso desde el Más Allá el adversario influye sobre los seres humanos para confundirlos; y hay muchos que prestan fe a todos aquellos mensajes porque vienen del Reino espiritual.

Pero incluso en el Más Allá mi adversario aún puede influir sobre seres que divulgan falsedades y que procuran transmitirlas a los seres humanos de la Tierra. Si estos seres frecuentemente tienen la ocasión de confundir a los humanos, es la consecuencia de que estos no se dirigen a Mí mismo para obtener la Instrucción verídica.

Por eso, cada vez de nuevo, sólo puedo decir: No tengáis fe en comunicaciones en que no esté destacada la Obra de Redención de Jesucristo, porque estas son erróneas, aunque en parte contengan la Verdad. Pero precisamente la Redención por Jesucristo es de una importancia tan inmensa que esta os puede servir de norma de credibilidad para las comunicaciones recibidas... De modo que no debéis conformaros con un saber del cual no estáis totalmente convencidos, porque quedáis sin ser informados precisamente sobre lo principal - lo que os garantiza la entrada en el Reino de Luz...

¿Cómo, entonces, queréis convenceros qué es Verdad y qué es error, si no os enseña el Uno que sabe de todo y que os puede enseñar conforme a la Verdad?

Por causa de la libre voluntad de los seres humanos Yo no puedo evitar el efecto surtido desde el Reino del Más Allá en los hombres de esta Tierra, pero cada vez de nuevo Yo mismo les señalo el camino correcto, cómo pueden llegar a la pura Verdad... Pero también este efecto de mi Espíritu en el hombre sólo es la consecuencia de la Redención precedida por Jesucristo.

Por eso, también desde aquel Reino, mi adversario tiene un gran poder porque cada vez de nuevo estorba esta “redención”, haciendo que los seres humanos se queden en desconocimiento del verdadero Ente de Jesús, porque quiere evitar con todos los medios que aún lleguen a la redención por Jesucristo todavía estando en la Tierra. Por eso el adversario influye sobre aquellos seres que desde siempre ya se habían opuesto a esta Idea de la Redención y que también ahora llevan enseñanzas erróneas a la Tierra.

El hecho que Yo mediante seres de Luz continuamente me esfuerzo a revelar este error... que cada vez de nuevo hago que a los seres humanos también les llegue la pura Verdad –precisamente mediante aquellos seres de Luz– para vosotros es una ocasión para mezclar tales enseñanzas verídicas con “bienes” espirituales erróneos.

Y como carecéis del don de la diferenciación, es posible que frecuentemente buenas comunicaciones del Reino de Luz se encuentren entre enseñanzas erróneas, las que por su parte causan que el destinatario dude en el conjunto de las comunicaciones.

Pero hay un indicio cierto para comunicaciones erróneas: pues no nombran o incluso niegan mi Encarnación en Jesús... lo que a vosotros siempre puede servir para evaluar la Verdad, porque un ser humano con el espíritu despierto sabe a qué debe atenerse; pues sabe que los hombres están desviados intencionadamente. Entonces también el valor de las comunicaciones de los seres de Luz ha disminuido, porque estos no podían imponerse dado que en los seres humanos no había el deseo por la pura Verdad...

Si hubieran tenido este deseo, seguro que la Obra de Redención de Jesucristo les habría sido explicado comprensiblemente, con lo que la intervención del adversario habría quedado eliminada. La culpa tiene el hombre mismo que tiene fe en todas las comunicaciones que llegan del Reino espiritual, tan sólo porque vienen de allí - pero que no sabe que el adversario también allí puede surtir efecto, y que lo único que le puede parar es el deseo del ser humano de quedar protegido del error... Entonces el adversario no puede causar comunicaciones incorrectas, porque el deseo por la pura Verdad también garantiza la recepción de esta.

Esto lo debéis saber... y entonces podéis tranquilamente entregaros a las Palabras que os comunica el Espíritu de Mí, porque Yo soy la eterna Verdad, y de Mí puede surgir únicamente la pura Verdad. Pero esta está caracterizada por la Obra de Redención de Jesucristo, y únicamente el que cree en esto eternamente nunca ya podrá ir equivocado, porque a él se le ha abierto la eterna Verdad misma - se le ha manifestado y le ha introducido en la Verdad, tal como esta os lo prometió...

Amén.

Traducido por: Anonymous

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