B.D.-Nr. 8054
¡Qué equivocado es por parte vuestra suponer que con la Escritura, el Libro de los Padres, Mi Palabra se haya concluido, de que Yo Mismo haya puesto un límite, de manera que ya no Me manifestaría, que ya no hablaría a los hombres! ¿Quién os da el derecho para tal suposición? ¿Quién quiere impedírmelo si como Padre hablo siempre de nuevo a Mis hijos? ¿Quién os da el derecho de afirmar que la Biblia sola es suficiente y de que vosotros, los hombres, no necesitáis ninguna Palabra más?
Vosotros, que rechazáis cualquier nueva Revelación, os encontráis en la más profunda oscuridad espiritual. En esa oscuridad tampoco entenderéis la Biblia y, por lo tanto, es también para vosotros un libro aún cerrado, porque no entendéis el sentido espiritual de las letras, de lo contrario encontraríais en ese libro también las referencias a Mis Revelaciones continuas y os sería comprensible también el obrar de Mi Espíritu.
Sin embargo, mientras vuestro espíritu no se haya despertado, no entenderéis el sentido de la Palabra que Yo Mismo dije a Mis discípulos cuando andaba sobre la Tierra. ¡Qué pobres seríais vosotros, los hombres, si os tuvierais que conformar con un libro que vosotros mismos ya no sois capaces de examinar en cuanto a su contenido inalterado, si no os fuera ofrecido desde la Altura, siempre de nuevo, la pura Verdad, por la que podéis juzgar si vosotros mismos os encontráis en la Verdad!
Vosotros, los que queréis que solamente el Libro de los Padres tenga validez, vosotros mismos aún no habéis penetrado en „la Palabra“, solamente la habéis leído con el entendimiento, pero no habéis dejado que hable el espíritu dentro de vosotros, el cual os enseña y aclara el sentido espiritual de la Palabra. Os aferráis a la letra y no entendéis su sentido. Y si Yo Mismo quiero introduciros en la Verdad, entonces negáis Mi obrar y sospecháis que Mis servidores tengan trato con Mi adversario, Me negáis la Voluntad y el Poder de hablar con los que se Me ofrecen en servicio llenos de fe y, por consiguiente, están capaces de oír en sí Mi Voz.
Y persistís obstinadamente en la opinión de que Mi Palabra haya concluido con la Escritura, que reconocéis como el único libro por el cual Me haya revelado. Eso es para vuestro perjuicio, porque con vuestro rechazo de Mi Palabra desde lo Alto demostráis que solamente sois cristianos muertos, porque un cristianismo vivo es un „obrar en el amor“, y eso os daría lucidez espiritual y, por consiguiente, la comprensión para Mi ayuda excepcional en tiempos de miseria espiritual. Entonces, entenderíais también las Palabras en la Biblia, las promesas que Yo Mismo os he dado y que señalan que Yo Mismo Me revelo a aquellos que guardan Mis Mandamientos.
¿Cómo queréis, entonces, interpretar estas promesas Mías si negáis toda clase de „Nueva Revelación“? Queréis acusarMe a Mi Mismo de mentir si os anuncio Mi „Consolador“ „que os introduce en toda Verdad“? ¿Cómo entendéis esas Palabras que tienen que cumplirse, porque cada una de las Promesas que Yo dí a los hombres durante Mi caminar sobre la Tierra se cumple? Y ¿por qué no queréis creer? Porque sois altivos de espíritu, porque os falta la vivacidad interior, el despertar del espíritu, y por eso no creéis y pensáis que podéis determinarMe a Mí y Mi obrar, limitándolo según os parezca.
Sin embargo os equivocáis, aunque creáis haber alcanzado por el estudio un saber que os autoriza a rechazar Mi Palabra desde la Altura. Sois altivos de espíritu y, por lo tanto, jamás podréis recibir de Mí una Revelación vosotros mismos, puesto que solamente a los humildes les otorgo Mi Gracia, y esa humildad os falta. Es por eso que todavía andáis en las tinieblas, que no traspasaréis, porque eludís la Luz que podría concederos lucidez, si anhelaríais andar en su resplandor.
El amor hacia Mis criaturas no cesa jamás, y, por consiguiente, jamás dejaré de dirigir Mi Palabra a los hombres donde solamente existan las condiciones para ello. Y siempre resonará Mi Palabra a los que son de buena voluntad, a quienes el Padre puede hablar como a Sus hijos, que creen vivamente en Mí, y a ellos también Me revelaré, y los Míos reconocerán Mi Voz, porque puedo estarles presente; a ellos puedo revelarMe como lo había prometido.
Amén
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70/1 | El regreso a Dios 1 |
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