6610 Es menester divulgar urgentemente la Doctrina de Amor de Jesús

31 de julio de 1956: Libro 71

Es necesario divulgar Mi Evangelio a todo el mundo. Este encargo les di a Mis discípulos cuando Yo andaba aún en la tierra, y el mismo encargo doy a Mis discípulos del tiempo final hoy día, porque es más necesario que nunca llevar a los hombres el Evangelio, el Evangelio del amor que ha llegado a ser para todos algo extraño, o ya no lo toman en serio, a pesar que les sea conocido.

Los hombres se han apartado de Mí porque ya no viven en el amor, de modo que Yo tampoco puedo estar con ellos. Mas una vida sin amor les acarrea la muerte segura, por lo que es urgente instruírlos de que Mi Enseñanza de Amor les revela de nuevo el peligro en el que se encuentran si dejan de vivir conforme a Mis Preceptos de Amor, pero que les revela también lo que pueden lograr si ellos se transforman en amor.

Mi Doctrina de Amor tiene que ser anunciada a todos los pueblos de la tierra; y por eso de nuevo mando Yo a Mis discípulos al mundo. Les doy un bien espiritual delicioso, para que lo difundan por todas partes, para que los hombres estén de nuevo al corriente de lo mismo que Yo, como Hombre Jesús prediqué en la tierra, para llevar a los hombres la salvación de su estado cautivo de muerte. Ahora es más necesario que nunca hacer resaltar la enseñanza divina de Amor, porque se tiene muy poco en cuenta, ya no conocen más, que los hombres se quieran mutuamente como hermanos, prestando sus servicios como era natural entre hermanos. Cada uno sólo piensa en sí mismo, y a su semejante lo considera antes más bien como enemigo que como hermano. No hay comunidad unida en el amor; el amor, al prójimo, desinteresado, ha desaparecido casi, pero tanto más ha aumentado el amor a sí mismo.

Por eso los hombres se encuentran en gran peligro de entregarse ellos mismos de por sí a la muerte, y en ese caso, otra vez, durante eternidades tendrán que permanecer en ese sueño de la muerte; un proceso al que pueden escapar sin embargo, si tan sólo se enciende en sus corazones el amor al prójimo de hecho. Por eso siempre de nuevo, pongo el amor en primer lugar. Yo Mismo predico el amor incesantemente con Mi Palabra, la cual también os llega ahora directamente desde la Altura, cuyo contenido es siempre el amor con el fin de ayudaros. Pues si queréis encontrar la salida de penuria para vuestra alma, obrad en el amor, si queréis despertar a la vida y no perderla ya jamás.

Por todas partes Yo despierto siervos para Mí; discípulos a los que Yo instruyo otra vez como durante Mi estancia en la tierra, discípulos a quienes Yo revelo Mi puro Evangelio con la misión de que lo divulguen, para que los hombres se familiaricen bien con él, con el amor, y el cual es su motivo de que estén en la tierra, de que por medio del amor desinteresado se salven de su cautividad y tenebrosidad.

Aunque los hombres conozcan Mis Preceptos de Amor, hablan de ellos sin sensibilidad, no los observan en su corazón ni actúan según ellos. Por eso se les tiene que avisar de nuevo, dirigirles la Palabra siempre de nuevo y estimularlos a que sean activos en el amor desinteresado. Pues que se enteren de que únicamente por el amor pueden llegar a la bienaventuranza, porque sólo por el amor pueden acercarse a Mí y realizar la unión Conmigo, lo que es imprescindible para llegar a ser bienaventurado.

Por lo que no hay misión más urgente que ésta: Publicar Mi Doctrina de Amor o vivificarla, haciéndoles ver a los hombres, que tengan presente a aquel que por amor sufríó y murió en la Cruz, para que todos los hombres aprendiesen de El, quien mostró y demostró una vida de amor. El, a quien el amor le indujo a portar grandes penas y sufrimientos y una muerte atroz para salvar a los hombres de la noche de la muerte.

Una conducta carente de amor empuja al hombre sin remedio en las manos de Mi adversario que carece de todo amor. Pero hasta el último día de esta tierra, anunciarán Mis mensajeros el Evangelio del amor, como Mis discípulos del tiempo final; pues sólo los que reconocen esto se salvarán de la perdición, y experimentarán Mi Amor y Misericordia en la misma medida en que ellos mismos la han ejercido.

Amén

Traducido por: Anonymous

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