4544 “¡Seguidme!”

18 de enero de 1949: Libro 52

Seguidme, y la meta que os está puesta desde el principio la alcanzaréis aún en la Tierra. Pues debéis dedicaros con ahínco a una vida en amor que os lleva muy cerca de Aquel que es el Amor mismo. Si tenéis puesta la vista en mi paso por la Tierra y si por la causa de la Obra de Redención me rogáis por refuerzo de vuestra voluntad, os resultará fácil llevar una vida en el amor. Porque Yo os ayudo, y continuamente os presento ocasiones en que podéis activar vuestra voluntad amorosa - si tan sólo os sentís empujados a esto.

Mi Vida en la Tierra no fue sino el poner en práctica el Amor altruista al prójimo; con el resultado de la Unión del Padre Conmigo –del Padre que es el eterno Amor– de modo que Yo podía disponer de su Fuerza y Poder, y de su Luz y Sabiduría como Propiedad Mía. Yo estaba colmado de su Espíritu, de su Fuerza y de su Luz... Y así todo fue posible para Mí porque Dios mismo actuaba en Mí.

Yo como Hombre demostré que no es imposible estar lleno del Espíritu divino... que cada ser humano es capaz de imitar los Milagros y las Señales que Yo realicé... que cada hombre puede crearse a sí mismo de manera que él como imagen de Dios puede hacer que todas las fuerzas se le sometan y que de esta manera también pueda realizar todo lo que quiera.

Seguidme... Pues toda la Fuerza de Dios está a vuestra disposición; Él no os pone límites y os da ilimitadamente. Podéis serviros de todo lo que Él quiere repartir, porque Él os ama...

Seguidme... Vivid una Vida en un amor al prójimo - una Vida altruista, y llegaréis a ser perfectos; y siempre podréis disfrutar del Amor y de la Gracia de Dios.

Yo os hablo como Hombre... como entonces cuando Yo como Hombre pasé por la Tierra y, como tal, también tenía que ganarme la Fuerza divina mediante una Vida en Amor - y únicamente por el Amor podía llegar a la Unión con la eterna Divinidad.

Yo os muestro el camino, y sólo tenéis que andar por él para que reconozcáis la Verdad de mi Palabra. Permitidme que Yo os empuje hacia este camino y no me opongáis resistencia... Emprended una actividad en el amor y vuestra fuerza aumentará; y se estimulará vuestra voluntad de actuar en el amor, porque el amor mismo es fuerza, pues si actuáis en el amor, todo lo que dais volverá a vosotros como fuerza...

¡Intentadlo, tomad mis Palabras a pecho, permitid que Yo os llame, y seguidme!... Yo soy el Pregonero en el desierto de vuestra vida. Si no reveláis todas vuestras buenas tendencias mediante el amor –aumentando así la fuerza en vosotros– y si no regáis el secano alrededor de vosotros con la divina corriente de amor, entonces todo peligra secarse.

No permitid que mi Llamada se extinga sin ser oída. Prestad atención a ella y sed conscientes de que Yo no exijo nada de imposible de vosotros; pues Yo mismo como Hombre os di un ejemplo de lo que el amor y la voluntad de un hombre son capaces de realizar.

Seguidme... y seréis bienaventurados hasta en todas eternidades.

Amén.

Traducido por: Anonymous

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