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La Luz Eterna descendió a la tierra....

Lo que ustedes, los humanos, necesitaban en la noche oscura se los traje cuando bajé a la tierra: una luz que debía iluminar su camino hacia Mí, de vuelta a la casa de su Padre. Envié a Mi Hijo a la tierra, un alma de luz, que brilló intensamente y recorrió el camino como ser humano sobre la tierra, que comenzó el camino terrenal como el niño Jesús, camino que luego terminó en la cruz, para que ustedes los humanos pudieran ser bendecidos. Un alma de luz descendió al reino oscuro de Mi adversario, y en esta alma de luz Me encarné Yo mismo, porque el ser humano Jesús Me atrajo, como el amor eterno, hacia Sí con toda Su fuerza, porque El Me aceptó en Su corazón, que estaba lleno de amor por Mí y por Sus semejantes. En el niño Jesús se escondía un alma de luz que, aunque entregó su luz porque tenía que habitar entre los hombres como el ser humano Jesús, pero que también estaba lleno de amor y no renunciaba a este amor sino que lo aumentaba dentro de sí. (Nota del traductor. “Entregó” en el sentido de temporalmente poner aparte algo, despojarse de algo, de autolimitarse. Fin de la nota). De manera que se llenó de fuerza de amor y obró milagros y enseñó con toda sabiduría sobre la tierra. Era un ser humano, pues la misión del hombre Jesús era mostrar a sus semejantes el camino que conducía de nuevo a Mí, al Padre, y guiarlos por este camino, para que ellos mismos vivieran una vida de amor, que es lo único que acerca a las personas de nuevo a Mí, que soy el amor mismo.... Pero esto ocurrió según la ley, un cuerpo humano fue animado por un alma.... Sin embargo, su alma era un alma de luz. Aún así, como ser humano estaba expuesto a las mismas tentaciones que cualquier otro ser humano. Pero como el alma de Jesús estaba llena de amor, este amor también le dio la fuerza para resistir las tentaciones.... Había entregado la luz, (25.12.1961) es decir, el ser humano Jesús carecía de conocimiento como cualquier otro ser humano al principio de su vida en la tierra, sin embargo, el amor que había en él pronto iluminó su espíritu, el amor que había en él pronto irradió una luz brillante para que Jesús reconociera la gran adversidad de la humanidad y también la causa de la misma, que se encontraba en el pecado original de la humanidad.... Jesús, el hombre, crecía cada vez más en sabiduría y fuerza porque el amor le llenaba cada vez más, porque estaba en la más íntima unión Conmigo y Mi luz de amor podía irradiar a través de Él completamente.... Y ahora Él volvió a irradiar luz, enseñó a la gente con sabiduría, obró milagros en virtud de su poder que se basaba en su gran amor.... Jesús, el hombre, se espiritualizó durante su vida en la tierra porque su amor hizo posible que el cuerpo se sometiera voluntariamente al deseo del alma, porque cuerpo y alma siempre se esforzaron por lo mismo: ayudar a la gente en su adversidad, ser espiritual y terrenalmente activos en la redención.... Curó a los enfermos, porque también quiso demostrar a los hombres la fuerza del amor y expresárselo primero de forma terrenal y tangible para luego también ganárselos para Si, de modo que aceptaran su divina enseñanza del amor y se esforzaran por seguirle en el camino del amor. Pero la gente aún seguía bajo el control de Mi adversario que no quería liberarlos y que debilitaba su voluntad de todas las maneras.... Y el hombre Jesús quiso romper ese poder del adversario, quiso derrotarlo con Mi fuerza.... porque el amor en Él era extremadamente poderoso, y a través de este amor Me obligó cada vez más a expresar Mi amor, Me atrajo hacia Sí como el 'Amor Eterno', y así Yo estaba en Él y en esta unión tan íntima Conmigo el hombre Jesús realizó la obra de la Salvación.... es decir, soportó el mayor sufrimiento y tormento como ser humano porque el amor en Él.... Yo mismo.... le dio la fuerza para esta obra de redención. Así libró la batalla como ser humano contra Mi adversario, y mediante Su muerte en la cruz obtuvo la victoria sobre él y sobre la muerte.... Lo que antes no era posible para la gente, desprenderse de su poder, se hizo posible para ella después de la obra de redención.... El Salvador, que había bajado a la tierra, trajo ayuda a la gente en esta gran adversidad, pero esto sólo podía ocurrir a través del "amor", y este amor era Yo mismo.... El hecho de que el "amor" eligiera una forma humana era necesario por el bien de la gente, ya que ahora debían reconocer a Jesús como Aquel en quien se manifestaba la plenitud divina, porque Yo mismo no podía ser visible para la gente y, por lo tanto, tenía que hacer uso de una concha humana.... Y el hecho de que solo un alma de luz pudiera ofrecerme este caparazón era de nuevo explicable porque Yo no podía haber tomado morada en un alma impura.... Además, la cáscara humana debía conducir a los hombres de la tierra por el camino que Yo les había preparado en Jesus.... Y por lo tanto el ser humano tenía que ser de la misma naturaleza que todo ser humano, de lo contrario la gente no habría podido seguirle a Él.... Sin embargo, los hombres siempre tienen a su lado al divino redentor Jesucristo como ayudante.... mientras que Jesús, el ser humano, sólo se valió de la fuerza del amor que, sin embargo, le llenaba por completo, de modo que el "amor" realizó por tanto la obra que significó la redención del pecado y de la muerte para los hombres. Una y otra vez intento revelarles este misterio, pero sólo podrán comprenderlo en toda su profundidad cuando se hayan transformado hacia el amor..... Entonces también habrá luz en ustedes, entonces la luz divina del amor volverá a brillar a través de ustedes, como lo hacía al principio, y serán felices y dichosos....

Amen

L’Eterna Luce E’ discesa sulla Terra

Quello che serviva a voi uomini nell’oscura notte, ve l’ho portato Io quando Sono disceso sulla Terra: una Luce, che doveva illuminarvi la via verso di Me, di ritorno nella Casa del vostro Padre. Ho inviato il Mio Figlio sulla Terra, un’Anima di Luce, che risplendeva chiaramente e che ha percorso la via come Uomo sulla Terra, che da Bambinello Gesù ha iniziato la via terrena, Che poi è finito sulla Croce, affinché voi uomini aveste potuto diventare beati. Un’Anima di Luce è discesa nell’oscuro regno del Mio avversario ed in quest’Anima di Luce Mi Sono incorporato Io Stesso, perché l’Uomo Gesù Mi ha attirato con tutta la potenza come l’Eterno Amore, perché Egli ha accolto Me Stesso nel Suo Cuore, che era colmo d’Amore per Me ed i Suoi prossimi. Nel Bambinello Gesù si celava un’Anima di Luce, che ha bensì dato la sua Luce, perché come Uomo Gesù doveva soggiornare fra gli uomini, il Quale però era anche pieno d’Amore e non rinunciava a questo Amore, ma lo ha accresciuto, in modo che era colmo della Forza d’Amore ed operava Miracoli ed ha insegnato in tutta la Sapienza sulla Terra. Egli era un Uomo, perché la Missione dell’Uomo Gesù era di insegnare ai Suoi prossimi la via che conduceva a Me, al Padre e di precedere loro questa via, di condurre Lui Stesso una vita nell’amore, che da sola riporta a Me gli uomini, Che Io Stesso Sono l’Amore. Ma questo si è svolto secondo la Legge, veniva vivificato un corpo umano con un Anima. Ma la Sua Anima era un’Anima di Luce. Ciononostante come Uomo era esposta alle stesse tentazioni, come ogni altro uomo. Ma dato che l’Anima di Gesù era colma d’Amore, questo Amore le dava anche la Forza di resistere alle tentazioni, aveva rinunciato alla Luce, cioè l’Uomo Gesù all’inizio del Suo cammino terreno era come ogni altro uomo senza sapere, ma l’Amore in Lui illuminava molto presto il suo Spirito, l’Amore in Lui risplendeva presto nella Luce più chiara, in modo che Gesù ha riconosciuto la grande miseria dell’umanità ed anche la sua causa, che era da ricercare nel peccato primordiale dell’umanità. Gesù aumentava sempre di più nella Sapienza e Forza, perché l’Amore lo colmava sempre di più, perché stava nel più stretto legame con Me e la Mia Luce d’Amore Lo poteva totalmente irradiare. Ed ora Egli irradiava di nuovo la Luce, Egli istruiva gli uomini nella Sapienza, operava Miracoli grazie al Suo Potere, che era motivato nel Suo grande Amore. L’Uomo Gesù Si è spiritualizzato durante il Suo cammino terreno, perché il Suo Amore ha portato a compimento la condizione che il Suo Corpo si sottoponesse volontariamente al desiderio dell’Anima, perché il Corpo e l’Anima tendevano sempre allo stesso: di aiutare gli uomini nella loro miseria, di essere attivi in modo salvifico spiritualmente e terrenamente. Egli guariva gli ammalati, perché voleva dimostrare agli uomini anche la Forza dell’Amore e manifestarla sensibilmente a loro dapprima in modo terreno, per poi anche conquistarli per Sé, che accettavano la Sua divina Dottrina dell’Amore e si sforzavano, di seguirLo sulla via dell’Amore. Ma gli uomini stavano ancora nel potere del Mio avversario, che non voleva lasciarli liberi e che li indeboliva in ogni modo nella loro volontà. E l’Uomo Gesù voleva spezzare questo potere dell’avversario, voleva vincerlo con la Mia Forza, perché l’Amore in Lui era ultrapotente, e con questo Amore costringeva Me sempre di più alla Manifestazione del Mio Amore, Egli Mi attirava come “l’Eterno Amore” a Sé, e così Io Ero in Lui ed in questa intimissima Comunione con Me l’Uomo Gesù ha compiuto l’Opera di Redenzione, cioè Egli ha sopportato le più grandi sofferenze e tormenti, perché l’Amore in Lui, Io Stess, Gli ha dato la Forza per quest’Opera di Redenzione. Quindi Egli ha condotto la lotta come Uomo contro il Mio avversario, e mediante la Sua morte sulla Croce ha conquistato la Vittoria su di lui e sulla morte. Quello che non era possibile prima per gli uomini, di separarsi dal suo potere, è diventato per loro possibile dopo l’Opera di Redenzione. Il Salvatore, il Quale Era disceso sulla Terra, ha portato agli uomini l’Aiuto in questa grande miseria, ma questo poteva avvenire soltanto tramite “l’Amore”, e questo Amore Ero Io Stesso. Che “l’Amore” scegliesse per Sé una Forma, era necessario per via degli uomini, perché ora dovevano riconoscere in Gesù Colui, nel Quale Si E’ manifestata la Pienezza divina, perché Io Stesso non potevo essere visibile agli uomini e perciò Mi dovevo servire di un Involucro. E che questo Involucro potesse offrirMelo soltanto un’Anima di Luce, era nuovamente spiegabile, perché non avrei potuto prendere dimora in un’anima impura. Inoltre l’Involucro umano doveva precedere agli uomini la via sulla Terra, che Io ho iniziato in Gesù. E perciò l’Uomo doveva essere appunto costituito nel modo Suo, come era fatto ogni altro uomo, altrimenti gli uomini non avrebbero potuto seguirLo. Ma gli uomini hanno sempre a fianco come Aiutante il divino Redentore Gesù Cristo, mentre l’Uomo Gesù ha approfittato soltanto della Forza dell’Amore, che però Lo colmava totalmente, in modo che quindi “l’Amore” ha compiuto l’Opera, che significava per gli uomini la Redenzione dal peccato e dalla morte. Io cerco sempre di nuovo di svelare a voi uomini questo Mistero, ma lo potete afferrare in tutta la sua profondità, quando voi stessi vi siete cambiati nell’amore. Allora si farà Luce anche in voi, allora la divina Luce d’Amore vi irradierà di nuovo, com’era in principio, e sarete beati.

Amen