Yo Mismo quiero enseñaros y anunciaros de nuevo el Evangelio del Amor, como lo hice en la tierra. También Mis discípulos tuvieran que recibir el Evangelio de la misma forma como Yo ahora os lo proporciono, también ellos tenían que escuchar en el interior lo que Yo a ellos les hablaba, y después de Mi muerte terrenal tenían que dejar que Mi Espíritu les hablara en sí, que les decía lo mismo como Yo Mismo durante Mi caminar en la tierra. Tambien Mis discípulos estaban antes ignorantes de ello, y Yo les proporcionaba un saber desconocido por completo a ellos, pero en ellos había el fundamento para que recibieran un saber semejante.
Y así también puedo Yo ahora hablar directamente a los que muestran igualmente las previas condiciones que se precisan, es decir, los que hacen posible en sí el obrar de Mi Espíritu mediante una conducta de amor, mediante la entrega total a Mí y la entera sumisión a Mi Voluntad. Pues sólo éstos son capaces de percibir en sí la voz tenue y fina, la cual les da nuevamente información de Mi Voluntad, de la Doctrina de Amor divina, que es la suma del Evangelio, la que a vosotros hombres os debe ser anunciada.
Y a Mí Mismo me hace feliz, de poderos introducir en un saber que os revele Mi Amor, Sabiduría y Poder.
Debéis enteraros acerca de Mi Plan de salvación, acerca de Mi infinito Amor a vosotros y acerca de la meta que podéis alcanzar, si vosotros hombres aceptáis el Evangelio del amor y os esforzáis de vivir según él. Yo también quiero haceros felices a vosotros con este “saber”, el cual se hace vivo entonces primero, si existen estas condiciones: Una vida de amor, el cumplimiento de Mis Preceptos del amor a Dios y al prójimo. Pues es entonces cuando ese saber significa “Conocimiento” mientras que, de lo contrario, aunque él os sea dirigido, continúa siendo un saber muerto que no aporta ningún progreso para vuestras almas.
Mas si Yo Mismo puedo instruíros, si Yo puedo hablaros directamente, entonces están ahí esas condiciones previas, entonces váis a comprender todo, ígual como Mis primeros discípulos, y también podéis transmitirlo, porque Mi Espíritu os ilumina, de tal modo que vuestro pensar es justo y no necesitáis temer ningún pensamiento erroneo. Y Yo tengo en ello Mi alegría, en verdad, de que pueda dirigir la Verdad a la tierra, pues la Verdad es Mi Ser, y los hombres se mueven por lo general en un mundo del engaño y del error, la mayoria están subordinados aún al príncipe de la tinieblas.
Si Yo puedo traer ahora luz en este mundo, de ese modo puedo Yo expulsarlo de su ámbito, Yo puedo reunir hombres alrededor de la luz que de Mi irradia. Yo puedo obsequiarles la Verdad y con ella ahuyentar a Mi adversario, Yo puedo debilitar su efecto nocivo, pues la Verdad hace que se deje reconocer a él y su traficar, y perderá partidarios, porque la Verdad impulsa a Mí Mismo también, a quien Yo Mismo soy la Verdad.
Yo os he prometido al “Consolador”, al “Espíritu de la Verdad”, el que os introducirá en toda la Verdad. Y Yo dejo que Mis Promesas se cumplan también. Pero para eso pongo Yo condiciones, las que vosotros también, pues, tenéis que cumplir, porque Yo no me interno en un ámbito ilegal que pertenece a Mi enemigo. Pero en el cumplimiento de esos requisitos, demostráis con ello también vuestra voluntad de deshaceros o apartaros de la esfera de Mi enemigo, y así puedo Yo luego ir a vosotros y en forma de Mi Palabra, por el obrar de Mi Espíritu, llevaros luz y libertad.
De ese modo puedo Yo también instru íros al igual que Mis primeros discípulos. Yo puedo suministraros la prueba de que estoy entre vosotros, aún así, como en el tiempo de Mi caminar en la tierra. Yo puedo hablaros, y vosotros Me oireís. Yo puedo dejaros que os hagáis una idea de Mi gobernar y obrar, en Mi Plan de salvación, el cual tiene sólo por objeto vuestra perfección; Yo puedo hacer que podáis ver, los que antes habéis andado ciegos por la vida terrenal. Yo puedo dirigiros en toda la Verdad, como os lo he prometido, porque Mi Palabra es y seguirá siendo la eterna Verdad, y toda promesa se cumple.
Amén
TraductorIo Stesso voglio istruirvi ed annunciarvi di nuovo il Vangelo dell’Amore, come l’ho fatto sulla Terra. Anche i Miei discepoli hanno dovuto accogliere questo Vangelo nello stesso modo, come lo trasmetto ora a voi, anche loro dovevano ascoltare nell’interiore ciò che Io dicevo loro, e dopo la Mia morte terrena dovevano lasciar parlare in sé il Mio Spirito, che diceva loro la stessa cosa come Io Stesso la dicevo durante il Mio cammino terreno. Anche i Miei discepoli ne erano ignari prima, ed ho trasmesso loro un sapere totalmente ignoto, ma in loro esisteva il fondamento per la ricezione di un tale sapere. E così anche ora posso parlare direttamente a coloro che possono mostrare pure le necessarie premesse, che rendono possibile l’Agire del Mio Spirito in sé mediante un cammino di vita nell’amore, mediante una totale dedizione a Me e la definitiva sottomissione alla Mia Volontà. Perché ne sono in grado soltanto coloro che sentono in sé la Mia dolce Voce, che fornisce loro di nuovo la conoscenza della Mia Volontà, della divina Dottrina dell’Amore, che è il Simbolo del Vangelo, che deve essere annunciato a voi uomini. E poter introdurvi in un sapere che deve rivelarvi il Mio Amore, la Mia Sapienza ed Onnipotenza, e che rende felice Me Stesso. Dovete sapere del Mio Piano di Salvezza, del Mio infinito Amore per voi e della meta che potete raggiungere, quando accettate il Vangelo dell’Amore e vi sforzate di viverlo. Io voglio rendere felici anche voi con questo sapere, che però diventa vivo per voi solamente, quando in voi sono presenti quelle premesse: una vita nell’amore, un adempiere dei Miei Comandamenti dell’amore per Dio ed il prossimo. Perché soltanto allora quel sapere significa “conoscenza”, mentre può giungere bensì anche a voi, ma che rimane un sapere morto, che non vi procura nessun progresso per la vostra anima. Ma quando Io Stesso posso istruirvi, quando posso parlarvi direttamente, allora esistono anche quelle premesse, allora comprenderete tutto come i Miei primi discepoli e lo potrete anche dare ad altri, perché il Mio Spirito vi illumina, affinché il vostro pensare sia giusto e non abbiate a temere nessun pensiero errato. Ed ho davvero la Mia Gioia nel poter guidare a voi la Verità sulla Terra, perché la Verità E’ il Mio Essere, ed in un mondo della menzogna e dell’errore si muovono sempre degli uomini, che sottostanno ancora al principe dell’oscurità. Se ora Io posso portare della Luce in questo mondo, allora lo posso respingere dal suo territorio, posso raccogliere degli uomini intorno alla Luce che irradia da Me, posso donare loro la Verità e con ciò scacciare il Mio avversario, posso togliere la forza al suo agire, perché la Verità farà riconoscere lui ed il suo agire, ed egli perderà il suo seguito, perché la Verità spinge anche verso Me Stesso, Che Sono l’Eterna Verità Stessa. Io vi ho promesso il “Consolatore”, lo “Spirito della Verità”, che vi introdurrà in tutta la Verità. Ed Io adempirò anche le Mie Promesse. Ma per questo pongo delle condizioni che voi ora dovete anche adempiere, perché non penetro illegittimamente in un territorio che appartiene al Mio avversario. Ma se adempite quelle condizioni, allora dimostrate con ciò anche la vostra volontà di liberarvi dal territorio del Mio avversario, ed allora posso venire a voi e nella forma della Mia Parola, mediante l’Agire del Mio Spirito, portarvi la Luce e la Libertà. Allora posso anche istruirvi come i Miei primi discepoli. Posso fornirvi la dimostrazione, che soggiorno fra di voi ancora nello stesso modo, come al tempo del Mio cammino terreno. Posso parlarvi, e voi Mi sentirete, posso farvi dare uno sguardo nel Mio Operare ed Agire, nel Mio Piano di Salvezza, che ha per scopo soltanto il vostro perfezionamento; posso rendervi vedenti, che dapprima avete attraversato la vita terrena da ciechi. Posso guidarvi in tutta la Verità, come l’ho promesso, perché la Mia Parola è e rimane l’eterna Verità, ed ogni promessa si adempie.
Amen
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