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Llamado a Jesucristo desde las tinieblas....

No es Mi voluntad que determina vuestro destino en la eternidad, sino que vosotros mismos lo creáis maravilloso o terrible a través de vuestra voluntad; pero vosotros mismos podéis cambiar un estado terrible en cualquier momento y, si lo deseáis, experimentaréis Mi apoyo en cualquier momento. Y no importa lo oscuro que estéis, la luz se acercará a vosotros, y si ahora deseáis la luz, entonces siempre podréis permanecer en ella, ya no necesitáis volver a las tinieblas porque se corresponderá a vuestra voluntad también en el reino del más allá. No os restáis a quienes que quieren haceros felices con una luz, Os sentiréis más cómodos que en las zonas oscuras, desde las que todo tiene que salir a la luz una vez, lo que, sin embargo, tiene que ocurrir voluntariamente....

Todos vosotros que habitáis en zonas oscuras, ya sea en la tierra o en el reino del más allá, sois criaturas desdichadas, sin paz, sin luz y sin fuerza.... y estos son los efectos del pecado que os agobia desde la eternidad y que aún habéis aumentado en la vida terrenal a través de vuestro estilo de vida sin amor.... Hasta que estéis libres de esta culpa del pecado, vuestra condición no puede mejorar. Pero vosotros mismos podéis querer que se os quite la culpa, para que lleguéis a la luz y felicidad. Captad primero esta voluntad de liberaros de una esclavitud que os agobia y os atormenta....

Tomad la intención de confiaros a Aquel que puede liberaros y pedirle que cuide de vosotros. Todos vosotros sabéis acerca de Aquel que se sacrificó en la cruz por vuestros pecados.... Todos vosotros sabéis acerca de Jesucristo, pero no todos creen en Él y Su obra de Redención. Y sin embargo, Él es el único que puede traeros ayuda en vuestra emergencia, que puede sacaros de lo profundo, que puede y quiere daros luz y vida.... Pero a Quien vosotros mismo tenéis que llamar y pedir ayuda....

Quien no cree en Él tampoco se dirige a Él y permanecerá en las tinieblas para siempre. Porque sin Él no hay otro camino hacia la felicidad. Pero una y otra vez se os señala al Uno, una y otra vez se os ofrece una luz, un rayo de esperanza al que debéis prestar atención. Y si ahora dirigís vuestro ojos al brillo de luz, entonces siempre os brillará una cruz si no estáis completamente endurecidos, porque esta es Su gran misericordia que viene hacia vosotros para salvaros....

Pero también podéis estar seguros de que Él os salvará si sólo lo queréis vosotros mismos. Por eso os repito que no soy Yo quien os condeno, que no es Mi voluntad la que ha determinado para vosotros el destino en el que os sentís infelices, pero vosotros mismos lo habéis creado, pero lo que también podéis cambiarlo vosotros mismos si os refugiáis en Aquel que os puede liberar.... en Jesucristo, con Quien Yo Mismo Me he hecho Uno, Quien entonces es vuestro Dios y Padre desde la eternidad.

Tanto si todavía vivís en la tierra como si ya habéis tenido que quitaros vuestro caparazón terrenal.... sólo cuando hayáis encontrado a Jesucristo habrá luz en vosotros y en vuestro alrededor.... pero sin Él habitáis en las tinieblas, sin Él estáis demasiado lejos de Mí, que Me encarné en el hombre Jesús, para morir por vosotros en la cruz, para pagar vuestra deuda de pecado.... Sólo aquel que Me entregue su culpa con plena fe será liberado de ello y esto depende únicamente de vuestra voluntad....

Y Mi amor no puede hacer nada más que enviaros repetidamente portadores de luz que os anuncien Mi voluntad, que también enciendan una luz en vosotros.... Dejados iluminar y cambiaos y venid a Mí en Jesucristo.... Y las tinieblas desaparecerán, habrá una luz brillante y todos los horrores de las tinieblas desaparecerán de vosotros, podréis elevaros a las esferas de luz, seréis felices y permanecerlo para siempre....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

L’invocazione a Gesù Cristo dall’oscurità

Non la Mia Volontà determina la vostra sorte nell’Eternità, ma voi stessi la formate mediante la vostra volontà, in modo magnifico oppure terribile; voi stessi però potete modificare in ogni momento uno stato terrificante, e potrete sperimentare in ogni tempo, se lo volete, il Mio Sostegno. Per quanto possiate essere oscurati, la Luce vi viene portata vicino, e se ora desiderate la Luce, vi potete ora sostare, non dovete più ritornare nell’oscurità, perché la vostra volontà viene esaudita anche nel Regno dell’aldilà. Non respingete coloro che vi vogliono rendere felici con una Luce. Vi sentirete meglio che in regioni oscure, da cui tutto deve una volta salire verso la Luce, cosa che però deve avvenire liberamente. Voi tutti che soggiornate nelle regioni oscure, sia sulla Terra oppure anche nel Regno dell’aldilà, siete delle creature infelici, senza pace, senza Luce e senza Forza. E questi sono gli effetti del peccato, che vi aggrava sin da delle Eternità, e che avete ancora ingrandito sulla Terra mediante il vostro cammino disamorevole di vita. Il vostro stato non può migliorare, prima che non siate liberati da questa colpa di peccato. Ma voi stessi potete volere che la vostra sia tolta da voi, affinché giungiate alla Luce ed alla Beatitudine. Prendete dapprima questa volontà di diventare liberi da una catena che vi aggrava ed è tormentosa per voi. Prendete la premessa, di affidarvi a Colui, il Quale vi vuole liberare e chiedete a Lui, affinché Egli Si prenda cura di voi. Voi tutti sapete dell’Uno, il Quale Si E’ sacrificato sulla Croce per la vostra colpa di peccato. Voi tutti conoscete Gesù Cristo, ma non tutti credono in Lui e la Sua Opera di Redenzione. E malgrado ciò Egli E’ l’Unico il Quale può portarvi l’Aiuto nella vostra situazione di miseria, il Quale può levarvi in alto dall’abisso, il Quale può e vuole donarvi la Luce e la Vita, il Quale però dovete invocare voi stessi e chiedere l’Aiuto. Chi non crede in Lui, non si rivolge nemmeno a Lui, e rimarrà in eterno nell’oscurità. Perché senza di Lui non esiste nessun’altra via verso la Beatitudine. E sempre di nuovo vi viene indicato l’Uno, vi viene sempre di nuovo offerta una Luce, un bagliore di speranza, a cui dovete badare. E se ora rivolgete il vostro occhio al Raggio di Luce, allora vi splenderà sempre una Croce, se non siete del tutto incaparbiti, perché questa è la Sua grande Misericordia, affinché Egli vi venga incontro per salvarvi. Ma potete anche essere certi, che Egli vi salva, quando voi stessi ora lo volete. E così Io lo ripeto, che non Io vi condanno, che non la Mia Volontà ha deciso la vostra sorte, nella quale vi sentite infelici, ma l’avete creato voi stessi, che però potete anche cambiare voi stessi, quando vi rifugiate nell’Uno, Il Quale vi può liberare, in Gesù Cristo, con Il Quale Io Stesso Sono diventato Uno, Il Quale quindi è vostro Dio e Padre dall’Eternità. Sia che viviate ancora sulla Terra oppure che abbiate già dovuto deporre il vostro involucro terreno, soltanto quando avete trovato Gesù Cristo, c’è la Luce in e intorno a voi, ma senza di Lui soggiornate nell’oscurità, senza di Lui siete lontani anche da Me Stesso, Che Mi Sono incorporato nell’Uomo Gesù, per morire per voi sulla Croce, per estinguere la vostra colpa di peccato. Soltanto chi Mi dà la sua colpa pienamente credente, ne sarà liberato, e questo dipende unicamente dalla vostra volontà. Ed il Mio Amore non può fare altro che sempre di nuovo inviare a voi dei portatori di Luce, che vi annunciano la Mia Volontà, che accendono anche in voi una Luce. Lasciatevi illuminare e cambiatevi e venite a Me in Gesù Cristo. E l’oscurità svanirà, si farà Luce chiara, e tutti gli spaventi dell’oscurità cadranno da voi, vi potrete elevare in sfere di Luce, sarete e rimarrete beati in eterno.

Amen

Traductor
Traducido por: Ingrid Wunderlich