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Pensad en las almas después de la muerte.... Figuras patéticas en el más allá....

Por lo que pide vuestro alma, le debe ser transmitido.... ¿Pero estáis prestando atención a las necesidades de vuestro alma? Lo que pide el cuerpo le estáis dando, pero el anhelo del alma dejáis sin satisfacer. Y así pasa que vuestro yo auténtico entra al más allá en mayor pobreza y debilidad, porque no estáis haciendo nada durante vuestra vida terrestre para alimentar y fortalecer las almas; son hambrientos y se mueren de hambre y es un ser infeliz, mientras su cuerpo bien alimentado se queda atrás y se deshace. Si pudierais ver a las figuras deplorables en el más allá que han pasado así, estaríais asustados y os apartaríais lleno de terror.... Pero el mismo destino os espera, si habéis llevado la misma vida terrestre como aquellos. Pronto se pasa la vida terrestre y lo que los hombres anhelan y quizá lo habéis logrado, tenéis que dejar atrás, o cae destruido ya durante vuestra vida, y entonces tenéis que reconocer con arrepentimiento que habéis dejado atrás a un tiempo de gracia sin aprovechar y que os hubiera traido un éxito espiritual de un valor incontable.... Os estáis jugando mucho en este corto plazo de la vida, pero se os indica siempre y estáis avisados continuamente a pensar en vuestras almas que siguen viviendo, aunque tenéis que salir de vuestro cuerpo.... ¿Por qué no prestáis atención a estos avisos, por qué no seguís las advertencias de aquellos que os quieren ayudar en vuestra situación penosa.... ¿Por qué solo dirigís vuestra mirada al mundo ni siquiera contemplando vuestro interior para notar el sufrimiento del alma?.... Estáis prestando mucha atención al mundo, entonces al adversario de Dios, pero el sacrificio pequeño no queréis dar al alma, darle alimento que consta en la palabra de Dios.... No tenéis que esperar “tampoco” ninguna misericordia cuando entréis en el reino del más allá, tenéis que cargar con el destino que vosotros mismos os habéis preparado para el alma.... hambre y sed, oscuridad y tortura.... Porque no se puede cosechar lo que en tierra no se ha sembrado. Sí que puede ser salvado en el más allá, pero cuántas torturas se adelantan a su salvación; es indeciblemente difícil mover a un alma a cambiar su voluntad que en tierra estaba dirigido completamente mal. No se puede “dar” nada al alma lo que no ganó.... Y tiene que luchar muchísimo para poder llegar a una mejora de su situación. Llegará un día, si quiere, pero la voluntad es terriblemente débil, y solo un amor muy grande la puede ayudar a levantarse. Y muy pocas veces un alma encuentra tal amor.... porque en la tierra el amor se ha enfriado y por esto solo le sigue poco amor.... Si los hombres supieran de la penuria de aquellas almas, tuvieran más lástima con ellas y su amor se dejaría encender, pero la fe en esto os falta y no se os puede dar contra vuestra voluntad.... Pero el amor divino os llama repetitivamente: Pensad en vuestras almas.... no dejadles sufrir durante la vida terrestre, porque os estáis preparando una estancia llena de torturas en la eternidad.... Pensad en la vida del alma después de la muerte para que no tengáis que pensar atrás con arrepentimiento de no haber aprovechado el tiempo en la tierra.... Trabajad y cread para vuestra alma, para que podáis vivir eternamente....

amén

Traductor
Traducido por: Bea Gato

Gedenket der Seele nach dem Tode.... Jämmerliche Gestalten im Jenseits....

Was eure Seele verlangt, das soll ihr zugeführt werden.... Achtet ihr aber des Verlangens eurer Seele? Was der Körper fordert, das erfüllet ihr, der Seele Begehr aber lasset ihr ungestillt. Und so wird es geschehen, daß euer eigentliches Ich in das Jenseits eingeht in größter Armut und Schwäche, denn ihr tut nichts während eures Erdenlebens, die Seele zu nähren und zu kräftigen; sie hungert und darbet und ist ein unglückseliges Wesen, während der wohlgenährte Körper zurückbleibt und vergeht. Könntet ihr die jämmerlichen Gestalten im Jenseits sehen, die so hinübergegangen sind, ihr würdet erschrecken und euch voll Entsetzen abwenden.... Und doch erwartet euch das gleiche Los, so ihr das gleiche Erdenleben geführt habt wie jene. Sehr schnell geht das Erdenleben vorüber, und was ihr Menschen anstrebet und vielleicht auch errungen habt, das müsset ihr zurücklassen, oder es fällt noch zu Lebzeiten der Vernichtung anheim, und ihr werdet dann reuevoll erkennen müssen, daß ihr eine Gnadenzeit ungenützt ließet, die euch einen geistigen Erfolg eintragen konnte von unermeßlichem Wert.... Ihr verscherzet euch viel in dieser kurzen Erdenlebenszeit, und doch werdet ihr ständig hingewiesen und ermahnet, eurer Seele zu gedenken, die weiterlebt, wenn ihr den Leib ablegen müsset.... Warum achtet ihr dieser Hinweise nicht, warum folget ihr nicht den Mahnungen derer, die euch helfen wollen in geistiger Not.... warum richtet ihr eure Augen nur zur Welt und schauet nicht einmal in euer Inneres, daß euch die Not der Seele ersichtlich würde?.... Reichen Tribut zollet ihr der Welt, also dem Gegner Gottes, doch das kleine Opfer bringet ihr nicht der Seele, ihr Nahrung zu reichen, die im Wort Gottes besteht.... Ihr habt darum auch kein Erbarmen zu erwarten bei eurem Eintritt in das geistige Reich, ihr müsset das Los auf euch nehmen, das ihr selbst auf Erden der Seele bereitet habt.... Hunger und Durst, Finsternis und Qual.... Denn sie kann nicht ernten, was sie auf Erden nicht gesät hat. Wohl kann ihr auch noch im Jenseits Rettung werden, doch welch entsetzliche Qualen gehen ihrer Rettung voraus; wie maßlos schwer ist es, eine Seele dazu zu bewegen, den Willen zu wandeln, der auf Erden völlig falsch gerichtet war. Es kann der Seele nicht gegeben werden, was sie sich nicht erwarb.... Und sie muß unsagbar ringen, um eine Besserung ihrer Lage zu erreichen.

Sie wird es erreichen, wenn sie es will, aber der Wille ist so entsetzlich schwach, und nur große Liebe kann ihr emporhelfen. Und wie selten findet eine Seele solche Liebe.... weil auf Erden die Liebe erkaltet ist und ihr daher wenig Liebe nachfolget.... Wüßtet ihr Menschen um die Not dieser Seelen, sie würden euch erbarmen und eure Liebe aufflammen lassen, doch der Glaube daran fehlt euch und kann euch nicht wider euren Willen gegeben werden.... Doch immer wieder rufet die göttliche Liebe euch zu: Gedenket eurer Seelen.... lasset sie nicht darben im Erdenleben, weil ihr euch ein qualvolles Los bereitet in der Ewigkeit.... Gedenket des Lebens der Seele nach dem Tode, auf daß ihr nicht in schmerzvollster Reue zurückdenken müsset der ungenützten Erdenzeit.... Wirket und schaffet für eure Seele, auf daß ihr lebet ewiglich....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde