Comparar anuncio con traducción

Otras traducciones:

Compulsión mental.... Dogma....

El mayor peligro para el ser humano es la compulsión mental que le impide al reconocimiento y a la autodeterminación de la dirección de su voluntad. Cada ser humano es un ser individual, que debe desarrollarse hacia la perfección y, por lo tanto, cada ser humano es responsable de su conducta de vida, que es necesaria para alcanzar el grado de perfección, y cada ser humano, por lo tanto, tiene que decidir libremente, tiene que dar testimonio de su voluntad ante Mi.

Yo pido este testimonio y no estoy de acuerdo con el hecho de que una persona determine que sus semejantes.... piensan, quieren y actúan.... en tal o cual dirección. La libertad de la voluntad tiene que ser intocable, pero se tocará si se establece por ley una dirección de voluntad, y el hombre ahora está obligado por promesas y amenazas de moverse en tal dirección.... Nunca y de ninguna manera reconoceré tal compulsión de voluntad, e incluso si Yo no Me opongo abiertamente a ella, es para no ejercer nuevamente la compulsión de la voluntad.

El hombre es un individuo pensante, a quien le he dado la capacidad de querer y pensar libremente, y solamente con el propósito de tomar una decisión en la última etapa de lo mental en la tierra, y quien cobrará su recompensa en la eternidad correspondiente a su decisión de voluntad. Es bien querido por Mí que un hombre le informe al prójimo sobre el efecto de una voluntad utilizada de manera correcta o incorrecta, es querido por Mí, si recibe información de todo tipo sobre la relación que mantiene con su creador, pero con esto ya es suficiente para que se le enseñe bien.... Que se le da la enseñanza divina de amor y que también es motivado por el ejercicio del amor al prójimo desinteresado. Pero todo debería suceder sin compulsión....

El hombre debe ser instruido, pero no obligado a aceptar una doctrina dada a él, porque debe usar su voluntad a su propio juicio e impulso. Le di al hombre el libre albedrio, pero vosotros se lo quitáis y, por lo tanto, utilizáis mal vuestra voluntad, aunque estáis creyendo que estáis actuando para Mí y en Mi orden. Pero nunca Yo he dado el orden a Mis apóstoles en difundir Mi enseñanza como una compulsión de creer, porque una fe en la coerción nunca es una fe que sería saludable para el alma y su desarrollo ascendente.

Siempre exijo solamente a los hombres la creencia en Mí como el ser perfecto más elevado, solo exijo la creencia en Mi omnipotencia, Mi amor y sabiduría y en la fuerza del amor.... Pues si creéis esto experimentareis la fuerza del amor en vosotros mismos, y sobrarais todo lo demás que es necesario creer, entonces Mi mente actúa en vosotros, quien os instruirá conforme a la verdad. Pero una fe forzada no os lleva a la perfección, una fe forzada raras veces cobrará vida y una fe forzada Yo no puedo juzgar como una libre elección de voluntad, porque la voluntad aún no se ha activado en vosotros, sino que vosotros os habéis inclinado hacia una dirección mental, sin haberla experimentado adecuadamente por su valor o inutilidad.

Lo que os pido que creáis que solo llegáis a la felicidad por amor.... Pero también tenéis que adquirir esta creencia vosotros mismos; es posible que podéis aceptar la enseñanza de ello, pero primero debe practicar el amor para daros cuenta del hecho de que el amor es una fuerza mental, y esta certeza intima es primero una fe viva que despierta la vida porque fue ganado por el libre albedrio.

Cualquier compulsión es una señal de la imperfección, ya que cualquier compulsión viola la libertad, que, sin embargo, originalmente era inherente al ser mental y, por lo tanto, debe recuperarse para poder ser feliz. ¿Cómo pueden considerarse medidas obligatorias correspondiendo a Mi voluntad, que privan al hombre de su libertad mental... ¿Si el hombre tiene que creer obligatoriamente en algo, que por Mi parte exige una consideración y aceptación completamente libre?

Como legislador supremo, aparte del mandamiento de amar, que incluye también los diez mandamientos de Moisés.... que solo se cumple al practicar el amor voluntariamente.... Yo no he dado ningún otro mandamiento al hombre, porque tal cosa seria testiguar en contra de Mi Mismo o dejaría dudar del libre albedrio del hombre. Pero los hombres presumen legislar sin la autoridad para hacerlo. Así tocan el libre albedrio de la gente....

Toda ley es compulsión y toda compulsión es contraria a Mi voluntad. Tan pronto como el hombre ya no puede moverse en libertad de pensamiento, en cuanto debe creer en una doctrina, su prueba de voluntad en la tierra es obsoleta, porque él mismo debe decidirse, pero no tomar una decisión en la compulsión. Y la compulsión es cualquier doctrina dogmática si corresponde a la verdad o no. Cada dogma es una violación del libre albedrio.... que no es libre en el momento de tomar una decisión mental, ya que esta le está prescrito y solo se puede eludir cometiendo un pecado.

De Mi parte cada ser humano tiene el derecho de una libre decisión, Yo solo pido una reflexión sobre lo que se requiere de ellos para creer. Si no puede aceptarlo con convicción, a pesar de lo haberlo pensado, no lo considero un pecado; pero peca cuando confiesa una enseñanza con su boca, sin haberlo consultado con su corazón. Porque cada hombre lleva la responsabilidad para sí solo, y la presunción es cuando un hombre busca determinar el pensamiento y la creencia de miles y miles de personas por un mandamiento que siempre debe considerarse como una enseñanza dogmática.

Todo lo que toca la libertad de la voluntad del hombre nunca puede encontrar Mi consentimiento, porque ni siquiera Yo Mismo determino a las personas a aceptar la verdad, si su propia voluntad no lo pide. Enseño a los hombres constantemente y los llevo a la pura verdad, pero cada uno es libre en aceptarla o rechazarla, por lo que solo debéis enseñar a vuestros semejantes con todo amor, pero dejarles cualquier libertad de decisión, porque una fe en la compulsión no es valorada por Mi. Amen

Traductor
Traducido por: Pilar Coors

La costrizione spirituale - Il dogma

Il pericolo più grande per un uomo è la costrizione spirituale che lo ostacola nella conoscenza e nell’auto decisione dell’orientamento della sua volontà. Ogni uomo è un essere singolo, che deve formarsi nella perfezione; ogni uomo è perciò anche responsabile per il cammino della sua vita, che è necessario per il raggiungimento del grado di perfezione, ed ogni uomo deve perciò decidersi liberamente, egli deve dichiarare la testimonianza della sua volontà davanti a Me. Io pretendo questa testimonianza e non Mi dichiaro d’accordo che un uomo determini i suoi prossimi di pensare, volere e di agire in questa o quella direzione. La libertà della volontà deve rimanere intoccata, ma viene toccata quando viene stabilita per legge una direzione della volontà ed ora l’uomo viene determinato attraverso promesse o minacce di muoversi in questa direzione. Non riconoscerò mai e poi mai una tale costrizione di volontà, persino quando non vi procedo apertamente contro, per non esercitare di nuovo nessuna costrizione di volontà. L’uomo è un singolo essere pensante, al quale ho dato facoltà per volere e pensare liberamente e cioè soltanto allo scopo di una decisione nell’ultimo stadio dello sviluppo dello spirituale sulla Terra, e che poi riceverà la sua ricompensa nell’Eternità rispetto alla decisione della sua volontà. E’ bensì bene e voluto da Me che un uomo dia conoscenza ai prossimi dell’effetto di una volontà usata bene o male, voluto da Me quando riceve il Chiarimento di ogni genere sul rapporto nel quale sta con il suo Creatore, ma con ciò è anche fatto abbastanza, che viene istruito bene, che viene guidato a lui l’Insegnamento divino dell’amore e che viene anche stimolato all’esercizio dell’amore disinteressato per il prossimo. Ma tutto deve avvenire senza costrizione. L’uomo dev’essere istruito, ma non costretto ad accettare un insegnamento trasmessogli, perché deve usare la sua volontà secondo il proprio beneplacito e secondo la propria spinta. Ho dato agli uomini la liberà volontà, ma voi gliela togliete e quindi usate in modo sbagliato la vostra volontà, benché crediate di agire per Me e su Incarico Mio. Ma non ho mai dato l’Incarico ai Miei apostoli di diffondere la Mia Dottrina come costrizione di fede, perché una fede nella costrizione non è mai una fede che fosse salubre per l’anima ed il suo sviluppo verso l’Alto. Pretendo dagli uomini sempre soltanto la fede in Me come l’Essere più sommamente perfetto, pretendo solamente la fede nella Mia Onnipotenza, Sapienza ed Amore e nella Forza dell’Amore. Perché se lo credete, sperimenterete voi stessi su di voi la Forza dell’amore e riconoscerete da voi stessi tutto il resto che è necessario per credere, perché allora agisce in voi il Mio Spirito che vi istruisce secondo la Verità. Ma una fede costretta non procura nessun perfezionamento, una fede costretta diventerà anche raramente viva, e non posso valutare una fede costretta come decisione della libera volontà, perché la volontà non è ancora diventata attiva in voi, ma vi dichiarate per educazione per una direzione spirituale, senza averla esaminata bene sul suo valore o non-valore. Quello che pretendo Io da voi di credere, è che diventiate beati solamente tramite l’amore. Ma anche questa fede la dovete conquistare voi stessi; potete bensì accogliere l’Insegnamento, ma poi dovete prima esercitare l’amore per essere certi in voi che l’amore è una Forza spirituale, e questa certezza interiore soltanto è una fede convinta che risveglia alla Vita, perché è stata conquistata nella libera volontà. Ogni costrizione è un segno dell’imperfezione, perché ogni costrizione infrange la libertà, che però primordialmente era propria dell’essere spirituale e che perciò la deve anche di nuovo conquistare per diventare beato. Come potrebbero essere considerate le norme di costrizione come corrispondente alla Mia Volontà, che tolgono all’uomo la libertà spirituale, se l’uomo deve quindi credere qualcosa in certo qual modo per obbligo, ciò che da Parte Mia pretende una totale libera riflessione ed accettazione? Io come il sommo Legislatore non ho dato agli uomini nessun altro ulteriore Comandamento, eccetto il Comandamento dell’amore, che include in sé anche i dieci Comandamenti tramite Mosè, ma questo viene anche adempiuto solamente, quando viene esercitato l’amore liberamente, perché questo testimonierebbe poi contro Me Stesso oppure renderebbe dubbiosa la libera volontà dell’uomo. Gli uomini però si arrogano di rilasciare delle leggi senza esserne autorizzati. Con ciò toccano la libera volontà dell’uomo. Ogni legge è costrizione ed ogni costrizione è contro la Mia Volontà. Appena l’uomo non può più muoversi nella libertà del suo pensare, appena deve credere una dottrina, è caduca la prova della sua volontà sulla Terra, perché lui stesso si deve decidere, ma non trovare una decisione nella costrizione. Ogni dottrina dogmatica è una costrizione, non importa se corrisponde alla Verità oppure no.

Ogni dogma è una violazione della libera volontà, che è non-libera al momento di decisioni spirituali, perché questo gli è prescritto e può essere raggirato soltanto commettendo un peccato. Da Parte Mia ogni uomo ha il diritto ad una libera decisione, Io pretendo soltanto la riflessione su ciò che viene preteso da lui di credere. Se non lo può accettare convinto, malgrado la riflessione, allora non glielo calcolo come peccato; ma pecca bensì, se si dichiara per un insegnamento con la bocca, senza aver interrogato il cuore. Perché ogni uomo unicamente è responsabile per sé, ed è arroganza, quando un uomo vuole determinare il pensare e credere di migliaia ed ancora migliaia attraverso un comandamento, è sempre da considerare come un insegnamento dogmatico. Tutto ciò che tocca la libertà della volontà dell’uomo, non può mai trovare il Mio Assenso, perché nemmeno Io Stesso determino gli uomini all’accettazione della Verità, se la loro volontà non la desidera. Io istruisco bensì gli uomini costantemente e guido a loro la pura Verità, ma ognuno è libero di accettarla oppure di rifiutarla e così anche voi dovete insegnare i vostri prossimi soltanto in tutto l’amore, ma lasciare a loro ogni libertà di una decisione, perché una fede nella costrizione non viene da Me valutata.

Amen

Traductor
Traducido por: Ingrid Wunderlich