La creencia en una deidad esencial no presupone de ninguna manera una deidad personificada, por eso el hombre no se puede formar un concepto de Dios estrechamente definido, Que es omnipresente y está por encima del tiempo y espacio. Él llena todo con Su espíritu, todo el universo, todo el reino espiritual.... y, por lo tanto, no es imaginable como una persona que es espacialmente limitada según el concepto humano. Más bien, hay que rechazar por completo el concepto de una personificación de Dios si el hombre quiere imaginarse la esencia más supremo y perfecto de Dios.
Sin embargo, Dios Mismo Se ha hecho visible a Sus criaturas en forma humana al llenar el cuerpo de Jesús con Su divinidad y mostrándose en el estado transfigurado a los hombres que ahora podían imaginarse la deidad eterna en Jesucristo. Pero cuando el alma deja a un lado su cuerpo y entra en el reino de la luz, se hace evidente que la deidad eterna en Su ser nunca puede ser captada por el entendimiento humano, y que la encarnación en Jesucristo debe despertar o consolidar la creencia de los hombres en una deidad esencial durante su vida terrenal, porque de lo contrario esta creencia sería difícil para ellos, pero es necesario para establecer una conexión con Dios mediante la oración....
En Jesucristo, por lo tanto, la deidad eterna Se ha hecho visible para los hombres, Que intenta acercarse a ellos con amor misericordioso, para inducirlos a la oración hacia Ella y motivarlos a establecer una conexión con Ella. Jesucristo fue la forma en que la deidad eterna Se escondió para los hombres en la tierra. En el reino de la luz, los seres que han alcanzado el grado de madurez para llegar a la vista de Dios verán espiritualmente la misma forma....
Pero la deidad esencial está presente en todas las partes y, por lo tanto, nunca se agota en una forma limitada. Y por eso, tampoco puede ser llamado como una deidad personal, porque este es un término que solo se puede usar para la vida terrenal, para los seres humanos mismos y que, como un ser individual aislado en el espacio, reclama el reconocimiento de una personalidad, es decir, la persona siempre debe ser entendida como un ser viviente humano. Que este término nunca es aplicable para la deidad eterna es evidente por el hecho de que Dios es un Espíritu.... pero el espíritu nunca es algo limitado, atado en una forma, tan pronto como sea perfecto. La perfección más elevada, por lo tanto, está libre de todos los conceptos e irradia a través de todo el infinito, es omnipresente porque su sustancia original es el amor, que tampoco está limitado y, por lo tanto, tampoco es imaginable como una forma.
El hombre solo tiene una capacidad mental limitada, no puede imaginarse más cosas que las que existen en la tierra mientras siga siendo un espíritu no despertado. Y, por lo tanto, trata de imaginarse a la deidad eterna como una persona, tan pronto como cree en un Dios esencial, en un Dios a Quien puede rezar. Y Dios cumplió este deseo puramente humano al encarnarse en Jesucristo, es decir, mostrarle a la gente cómo un hombre que vive según el agrado de Dios puede encontrar la unión con Dios ya en la tierra y, por lo tanto, convertirse en uno con Él.... Él quería mostrarles a los hombres el camino para lograr el objetivo final, la unión completa con Dios.
El resplandor de la esencia divina llenó al ser humano Jesús, en consecuencia, solo la capa exterior, la forma corporal era humano, pero el alma y el espíritu eran divinos, se habían reunido de nuevo completamente con Dios, de Quien habían surgido. Pero la deidad eterna no se ha agotado a sí misma, porque eso es imposible para el ser perfecto jamás encontrar alguna limitación en una forma.
Sin embargo, la deidad eterna es algo esencial, es decir, la fuerza espiritual a la que se debe atribuir la voluntad y la capacidad de pensar, es decir, un Ser con el Que el hombre puede entrar en contacto cercano y también a través de su voluntad y su pensamiento.
Porque el pensamiento y la voluntad del hombre no están vinculados a la forma externa, sino a la parte espiritual, que se encarna en la forma humana. Tan pronto como la capa corporal se cae, lo espiritual, lo esencial, sigue siendo capaz de pensar y querer, solo que esta capacidad puede ser más débil o más fuerte dependiendo de su estado de madurez, mientras que la deidad eterna, como el Ser más perfecto, lleva a cabo Su voluntad y Su pensamiento con la sabiduría más profunda y una fuerza inimaginable.
La forma física del hombre es solo un medio durante la vida terrenal para alcanzar un objetivo. Pero quien crea en la inmortalidad del alma también lo comprenderá, que la forma externa, la persona, no es necesaria para la existencia continua del alma. Sin embargo, el alma sigue siendo un ser individual en su conciencia, incluso si se ha juntado con algo espiritual igualmente maduro.... así como la deidad eterna seguirá siendo el ser más supremo y perfecto también para los seres de luz más elevados quienes ya han encontrado la unión con Ella.... quienes están completamente unidos con Dios y, sin embargo, son indescriptiblemente bendecidos en la conciencia de su propia existencia, porque siempre y constantemente reciben y sienten la fuerza amorosa de Dios, Quien como Padre Eterno está con ellos en una unión muy íntima....
Amén
TraductorA crença em uma Deidade essencial não pressupõe de modo algum uma Deidade personificada, e é por isso que o ser humano não deve formar um conceito estritamente limitado de Deus, que é onipresente e transcende o tempo e o espaço. Ele preenche tudo com o Seu espírito, todo o universo, todo o reino espiritual.... e Ele não é, portanto, concebível como uma pessoa limitada espacialmente de acordo com conceitos humanos. Pelo contrário, uma personificação de Deus deve ser completamente abandonada, se o ser humano quiser aproximar-se de imaginar o Ser mais elevado e perfeito de Deus. Deus certamente se fez visível às Suas criaturas numa forma humana, enchendo o corpo de Jesus com a Sua divindade e mostrando-Se às pessoas num estado transfigurado, para que elas pudessem agora imaginar a divindade eterna em Jesus Cristo. No entanto, uma vez que a alma tenha depositado o seu corpo e entrado no reino da luz, compreenderá que a Deidade eterna na sua essência nunca poderá ser compreendida pelo intelecto humano e que a encarnação em Jesus Cristo se destina a despertar ou fortalecer a fé das pessoas numa Deidade essencial durante a sua vida terrena, caso contrário essa fé seria difícil para elas, mas é necessária para estabelecer uma ligação com Deus através da oração....
Em Jesus Cristo a Deidade eterna tornou-se assim visível para as pessoas, que em amor misericordioso tentam aproximar-se delas a fim de induzi-las a orar a Ele, para estabelecer a conexão com Ele mesmo. Jesus Cristo foi a forma em que a Deidade eterna se escondeu para as pessoas na terra.... No reino da luz a mesma forma será vista espiritualmente por seres que alcançaram o grau de maturidade para alcançar a visão de Deus.... Mas a Deidade essencial está presente em toda parte e, portanto, nunca se esgota de uma forma limitada. E, portanto, também não pode ser tratada como uma Deidade pessoal, porque este é um conceito que só pode ser aplicado à vida terrena, ao próprio ser humano, que, como um ser individual isolado no universo, afirma ser reconhecido como uma personalidade, assim um ser vivo humano deve ser sempre compreendido pela pessoa. Que esse conceito nunca pode ser aplicado à Deidade eterna decorre do fato de que Deus é um espírito...., mas o espírito nunca é algo limitado, vinculado de uma forma, tão logo seja perfeito. A mais alta perfeição é, portanto, livre para além de todos os conceitos e irradia através de todo o infinito, é onipresente porque sua substância original é o amor, que também não é limitado e, portanto, também não concebível como uma forma. O ser humano só tem uma capacidade limitada, ele não pode imaginar mais do que coisas que existem na Terra, enquanto ele ainda estiver desperto de espírito. E por isso ele procura imaginar também a Deidade eterna como uma pessoa, assim que acredita em um Deus essencial, em um Deus a Quem ele pode orar. E Deus satisfez esse desejo puramente humano ao encarnar-se em Jesus Cristo, ou seja, ao mostrar às pessoas como uma pessoa que vive segundo o prazer de Deus pode encontrar a união com Deus na Terra e assim tornar-se um com Ele.... Ele queria mostrar às pessoas o caminho para alcançar o objetivo final, a união completa com Deus. A radiação do Ser divino encheu o ser humano Jesus, consequentemente apenas a casca exterior, a forma física, ainda era humana, mas a alma e o espírito eram divinos, tinham se unido plenamente a Deus novamente, de Quem tinham originado. Mas a Deidade eterna não se esgotou, porque é impossível que o Ser mais perfeito jamais encontre um limite de uma forma. No entanto, a Deidade eterna é algo em essência, ou seja, força espiritual, à qual deve ser concedida a vontade e a capacidade de pensar, assim um Ser com Quem o ser humano também pode entrar em contato íntimo através de sua vontade e de seu pensamento. Pois a vontade e o pensamento do ser humano não está ligado à forma externa, mas é parte do espiritual, que se encarna na forma humana. Assim que a cobertura corporal cai, o espiritual, a beingness, permanece capaz de pensar e querer, somente que essa habilidade pode ser mais fraca ou mais forte de acordo com seu estado de maturidade, enquanto a Deidade eterna, como o Ser mais perfeito, realiza sua vontade e pensamento na mais profunda sabedoria e força inconcebível. A forma física do ser humano é apenas um meio para atingir um fim durante toda a vida terrena. Mas quem acredita na imortalidade da alma também compreenderá que a forma externa, a pessoa, não é necessária para a continuidade da existência da alma. No entanto, a alma permanece um ser individual na sua consciência, mesmo que se tenha unido a seres espirituais igualmente maduros.... tal como a Deidade eterna continuará a ser o ser mais elevado e perfeito mesmo para os seres mais elevados de luz que encontraram união com It.... e que estão completamente unidos a Deus e, no entanto, são inexprimivelmente felizes na consciência da sua própria existência, porque recebem e sentem sempre e constantemente a força de amor de Deus, que, como Pai eterno, está em contacto mais íntimo com eles...._>Amém
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