Para acercar a los hombres de las verdades de la fe, Dios Se revela a ellos sirviéndose de un hombre a través del cual habla a todos los hombres. Se les da a conocer, es decir, Se expresa reconocible, para que el hombre, si quiere, pueda llegar a tener una fe profunda en un Ser, Que es sumamente perfecto, Que está lleno de amor, sabiduría y omnipotencia y Que Se encuentra en la más estrecha relación como Poder creativo con Sus criaturas.
Esto surge perfectamente de Sus revelaciones, pero el hombre es libre de creer en ello o no; y por lo tanto, lo que debe creer le es impartido por Sus revelaciones; pero nunca se le manifestará de tal manera que tiene que creer. Depende únicamente de su voluntad si el conocimiento que se le imparte se convierte en una convicción interna y, por lo tanto, se convierte en un creyente. Y es por eso que las revelaciones de Dios se guardan de tal manera que nunca significan una compulsión a creer. Ciertamente podrán ser reconocidas como revelaciones divinas si el hombre anhela seriamente la verdad, es decir, a Dios; pero también pueden presentarse como obra humana, como pensamiento humano, y se le da completa libertad al ser humano en cuanto a cómo él mismo se adapta al respecto.
Pero como la creencia en Dios es absolutamente necesaria para llegar a la cima, Dios también se revela una y otra vez para dar a la gente conocimiento de Sí Mismo, de Su gobierno y obra. Y apela al intelecto del hombre para que procese mentalmente el conocimiento que se le ha impartido y a través de eso alcance la fe correcta. Porque tan pronto como el hombre descubre conexiones que pueden reconciliarse con la naturaleza de Dios, es decir, que revelan el amor, la sabiduría y la omnipotencia de Dios, acepta lo que se le ofrece como creíble. Y ahora él mismo trata de establecer la conexión con este Ser más perfecto.
Y este es el propósito de las revelaciones de Dios que los hombres que Lo buscan vayan por el camino correcto y así también Lo encuentren. Deberían poder creer por convicción, y eso incluye un conocimiento que les fue impartido, que han procesado mentalmente y ahora también reconocen como verdad. Porque lo que Dios requiere de los hombres que crean, debe ser transmitido a ellos de alguna manera. Pero Dios Mismo nunca puede hablarles obviamente, porque esto no sería una libertad espiritual, sino más bien una compulsión que no podría llevar a las personas a un mayor grado de madurez. Aunque esto sería una prueba convincente, todavía sería inútil, porque entonces el hombre se vería obligado a llevar una forma de vida al agrado de Dios, pero tal forma de vida debe ser el resultado de un profundo amor a Dios.
Porque sólo el amor puede llevar hacia arriba, pero el amor debe nacer en el corazón, en la más plena libertad de la voluntad, si es divino y ha de llevar a Dios. El amor es también la clave de la sabiduría, es decir, solo la persona que ama reconoce la verdad y, por lo tanto, solo la persona que ama llegará a la creencia correcta. Pero Dios predica el amor a través de Su Palabra, y todo lo que anuncia a los hombres a través de Su Palabra, por tanto, será recibido con fe si no se apaga el amor. Pues Dios Se revela para educar a los hombres al amor, para hacerlos creer, para que pueda acercarse a ellos con Su don de la gracia, que está destinado a ayudarlos al avance espiritual....
amén
TraductorUm den Menschen die Glaubenswahrheiten nahezubringen, offenbart Gott Sich ihnen, indem Er Sich eines Menschen bedient, durch den Er zu allen Menschen spricht. Er gibt Sich ihnen kund, d.h., Er äußert Sich erkennbar, so daß der Mensch, so er willig ist, zum tiefen Glauben gelangen kann an eine Wesenheit, Die überaus vollkommen ist, Die voller Liebe, Allmacht und Weisheit ist und Die in engstem Zusammenhang steht als erschaffende Macht mit Ihren Geschöpfen. Aus Seinen Offenbarungen geht dies einwandfrei hervor, dem Menschen aber steht es frei, daran zu glauben oder nicht; und darum wird ihm das, was er glauben soll, durch Seine Offenbarungen vermittelt; es wird ihm aber niemals so bewiesen, daß er glauben muß. Es liegt lediglich an seinem Willen, ob das ihm vermittelte Wissen ihm zu innerer Überzeugung wird, ob er also gläubig wird dadurch. Und darum sind die Offenbarungen Gottes so gehalten, daß sie niemals einen Glaubenszwang bedeuten. Sie werden wohl als göttliche Offenbarungen erkannt werden können, wenn der Mensch ernstlich nach der Wahrheit, also nach Gott, verlangt; sie können aber auch als Menschenwerk, als menschliches Denken hingestellt werden, und es wird dem Menschen volle Freiheit gelassen, wie er selbst sich dazu einstellt. Da aber der Glaube an Gott unbedingt erforderlich ist, um zur Höhe zu gelangen, wird Gott Sich auch immer wieder offenbaren, um den Menschen Kenntnis zu geben von Sich, von Seinem Walten und Wirken. Und Er appelliert an den Verstand des Menschen, daß dieser das ihm vermittelte Wissen gedanklich verarbeite und dadurch zum rechten Glauben gelange. Denn sowie der Mensch Zusammenhänge entdeckt, die mit dem Wesen Gottes in Einklang zu bringen sind, d.h. die Liebe, Weisheit und Allmacht Gottes erkennen lassen, nimmt er das ihm Gebotene als glaubwürdig an. Und nun sucht er auch selbst die Verbindung herzustellen mit diesem allervollkommensten Wesen. Und dies ist der Zweck der Offenbarungen Gottes, daß die Menschen, die Ihn suchen, den rechten Weg gehen und Ihn dadurch auch finden. Sie sollen glauben können aus Überzeugung, und dazu gehört ein ihnen vermitteltes Wissen, das sie gedanklich verarbeitet haben und nun auch anerkennen als Wahrheit. Denn was Gott von den Menschen zu glauben fordert, muß ihnen in irgendeiner Weise nahegebracht werden. Es kann aber niemals Gott Selbst offensichtlich zu ihnen sprechen, weil dies keine geistige Freiheit wäre, sondern ein Zwang, der den Menschen keinen höheren Reifegrad eintragen könnte. Es wäre dies zwar ein schlagender Beweis, der aber dennoch wertlos wäre, weil dann der Mensch gezwungen wäre zu einem Gott-gefälligen Lebenswandel, ein solcher aber die Folge tiefer Liebe zu Gott sein muß. Denn nur die Liebe kann zur Höhe führen, die Liebe aber muß im Herzen geboren werden, in vollster Willensfreiheit, wenn sie göttlich ist und zu Gott hinführen soll. Die Liebe ist auch der Schlüssel zur Weisheit, d.h., nur der liebende Mensch erkennt die Wahrheit, und daher wird auch nur der liebende Mensch zum rechten Glauben kommen. Gott aber predigt durch Sein Wort die Liebe, und alles, was Er den Menschen kundgibt durch Sein Wort, wird daher auch gläubig aufgenommen werden, so die Liebe nicht ausgeschaltet wird. Gott also offenbaret Sich, um die Menschen zur Liebe zu erziehen, um sie gläubig zu machen, auf daß Er Sich ihnen nahen kann mit Seiner Gnadengabe, die ihnen verhelfen soll zum geistigen Aufstieg....
Amen
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