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Otras traducciones:

Capacidad de reconocer y amar a Dios.... Restricción de libertad.... Estado de ignorancia.... Libre albedrío.... Fuerza vital-Gracia de Dios....

Debido a su alejamiento de Dios en el que se ha metido a través a su anterior apostasía de Dios, el ser como tal ya no es capaz de reconocer a Dios y, por tanto, tampoco puede amarlo a Él. Y nunca podrá superar esta condición deficiente, permanecería siempre en el mismo desconocimiento, si Dios no quisiera darle un don de gracia en la última etapa de su encarnación en la Tierra.... la fuerza vital, junto con el libre albedrío, que le capacita al usarlo correctamente, aprender a reconocer a Dios, es decir, para entrar en un estado más luminoso.

La esencia misma no siente su carencia mientras esté completamente desprovisto de conocimiento. Pero tampoco puede sentir bienaventuranza; sino que en ella reinan impulsos malignos que la llevan a una ira constante contra sí misma, es decir, que hacen que su oscuro estado espiritual se vuelva cada vez más impenetrable y, por lo tanto, el ser quede atado, es decir, privado de toda libertad. La restricción de la libertad, sin embargo, es vivida por el ser como un tormento, pero no comprende que es sólo el resultado de la falta de conocimiento, porque cualquier conexión le permanece oculta. Y este estado de ignorancia es lo primero que se debe remediarse si el ser quiere ascender a las alturas, a la completa libertad y plenitud de poder.

Sin embargo, el conocimiento, la cognición de Dios y de Su gobierno y obra, no se le transmitir en contra de su voluntad, sino que el ser mismo tiene que usar su libertad de voluntad, para que cambie su esencia fundamentalmente, para que emerja de las tinieblas hacia la luz y así recuperar su libertad definitiva. Toda existencia en la reencarnación como ser humano debe considerarse como una gracia, porque se le concede al ser incluso en contra de su libertad, es decir, la voluntad del ser ha sido dirigida por Dios hasta esta encarnación; se encuentra en un cierto estado de obligación.... al someterse a la voluntad de Dios, que se expresa en la ley natural.... ha logrado un grado de madurez que le otorga la libertad de voluntad en su última encarnación, combinada con la capacidad de reconocer de lo que sucede a su alrededor y en qué correlación se encuentra todo lo creado con su Creador desde la eternidad.

Esta gracia se concede a cada ser humano, pero si la utilice depende de su voluntad; porque una vez el libre albedrío se apartó de ella a pesar de la cognición de la Deidad Eterna, esta voluntad ahora también tiene que volverse activa para volver a unificarse a Ella, lo que sólo puede suceder después del conocimiento de la Deidad Eterna, porque esto es un requisito previo para que la esencia también sea capaz de amar a Dios. Y sin amor la unificación nunca podrá realizarse. A cada ser humano en la Tierra se le ofrece la oportunidad de reconocer a Dios y aprender a amarlo, pero mientras su voluntad siga siendo contraria a Dios, el estado de oscuridad, falta de cognición e ignorancia no apartarse de él. Primero el mismo tiene que romper los grilles a través de su voluntad, él mismo tiene que intentar de romper el envoltorio, sólo entonces podrá usar su capacidad y penetrar en el saber y la verdad, en la cognición. Y sólo entonces será capaz de poder amar a Dios de toda corazón y esforzarse por la unificación con Él, Quien lo convertirá en el ser feliz de todos los tiempos....

amén

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Traducido por: Hans-Dieter Heise

Fähigkeit, Gott zu erkennen und zu lieben.... Freiheitsbeschränkung.... Unwissenheitszustand....

Das Wesen ist durch seine Gottferne, in die es geraten ist durch seinen einstigen Abfall von Gott, als solches nicht mehr fähig, Gott zu erkennen, und darum auch nicht fähig, Ihn zu lieben. Und es würde diesen mangelhaften Zustand niemals verlieren, es würde stets in der gleichen Erkenntnislosigkeit bleiben, wenn Gott ihm nicht im letzten Stadium seiner Verkörperung auf Erden ein Gnadengeschenk zuwenden möchte.... die Lebenskraft, nebst freiem Willen, die ihn befähigt, bei rechter Nützung dieser Gott erkennen zu lernen, also in einen helleren Zustand zu kommen. Das Wesenhafte selbst empfindet seinen Mangel nicht, solange es völlig ohne Kenntnis ist. Doch es kann auch keine Seligkeit empfinden, sondern in ihm herrschen böse Triebe, die es zu ständigem Wüten gegen sich selbst antreiben, d.h., die seinen finsteren Geisteszustand stets undurchdringlicher werden lassen und das Wesen dadurch gefesselt wird, also jeglicher Freiheit beraubt. Die Freiheitsbeschränkung aber empfindet das Wesenhafte als Qual, es begreift aber nicht, daß sie nur die Folge der Erkenntnislosigkeit ist, weil jeglicher Zusammenhang ihm verborgen bleibt. Und es ist dieser unwissende Zustand, der zuerst behoben werden muß, soll das Wesen den Aufstieg zur Höhe, zur völligen Freiheit und Kraftfülle, zurücklegen. Wider seinen Willen kann ihm aber das Wissen, die Erkenntnis von Gott und Seinem Walten und Wirken, nicht vermittelt werden, sondern die Willensfreiheit muß das Wesen selbst nützen, auf daß sein Wesen von Grund aus sich ändere, auf daß es aus der Finsternis zum Licht komme und dadurch seine endgültige Freiheit zurückerlange. Das ganze Dasein in der Verkörperung als Mensch ist als eine Gnade anzusehen, denn es wird dem Wesenhaften gewährt auch wider seinen Willen, d.h., der Wille des Wesenhaften ist bis zu dieser Verkörperung von Gott gerichtet gewesen, es ist das Wesenhafte in einem gewissen Mußzustand.... im Unterordnen unter den Willen Gottes, der im Naturgesetz zum Ausdruck kommt.... bis zu einem Reifegrad gelangt, der ihm die Willensfreiheit einträgt in seiner letzten Verkörperung, verbunden mit der Fähigkeit, erkennen zu können, was um ihn vorgeht und in welchem Zusammenhang alles Geschaffene mit seinem Schöpfer von Ewigkeit steht. Diese Gnade ist jedem Menschen zugebilligt, ob er sie aber nützet, hängt von seinem Willen ab; weil einst der freie Wille trotz Erkenntnis der ewigen Gottheit sich von Ihr abwandte, muß unbedingt dieser Wille nun auch tätig werden, um sich Ihr wieder anzuschließen, was nur geschehen kann nach dem Erkennen der ewigen Gottheit, weil dieses Voraussetzung ist, daß das Wesenhafte auch Gott zu lieben vermag. Und ohne Liebe kann der Zusammenschluß nimmermehr stattfinden. Es wird jedem Menschen auf Erden die Möglichkeit geboten, Gott zu erkennen und Ihn liebenzulernen, doch solange dessen Wille Gott noch widersetzlich gegenübersteht, kann der Zustand der Finsternis, der Erkenntnislosigkeit und der Unwissenheit nicht weichen von ihm. Er muß durch seinen Willen erst selbst die Fesseln sprengen, er muß die Umhüllung selbst zu durchbrechen suchen, dann erst kann er seine Fähigkeit gebrauchen und eindringen in Wissen und Wahrheit.... in das Erkennen. Und dann erst wird er Gott auch lieben können aus ganzem Herzen und den Zusammenschluß mit Ihm anstreben, Der ihn zum glückseligsten Wesen macht für alle Zeiten....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde