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Vida.... Despertar la chispa divina en el humano....

La chispa espiritual divina en el ser humano es la vida real del humano, y por eso sólo podemos hablar de un renacimiento cuando el espíritu en el ser humano ha sido despertado, cuando puede comenzar su actividad y la vida espiritual toma su comienzo.... El ser humano, entonces ha renacido en espíritu, porque su nacimiento terrenal sólo adquiere significado y propósito cuando ha tenido lugar el renacimiento espiritual. La chispa espiritual divina ha sido reconocida (conscientemente) por el alma humana, aunque el ser humano aún no puede distinguir intelectualmente entre los dos conceptos alma y espíritu.

Porque la unificación del espíritu con el alma es un proceso que puede tener lugar sin que el humano como tal tenga conocimiento de ello, porque este conocimiento sólo le es transmitido una vez que se ha producido la unificación entre el alma y el espíritu. Sólo entonces el espíritu puede aclarar al alma sólo lo que significa la unión del espíritu con el alma, y sólo entonces el alma se esfuerza por una unión cada vez más íntima con su espíritu y recibe de éste el conocimiento más rico. Y sólo ahora el humano vive, es decir, utiliza sus conocimientos y ahora trabaja conscientemente para el reino de Dios; Trabaja diligentemente para difundir el conocimiento que ha adquirido y transmitirlo a sus semejantes....

La vida es actividad constante.... El humano vive en la Tierra sin haber despertado la chispa divina dentro de sí, es decir, es terrenalmente activo y por tanto trabaja para su vida terrenal, para su cuerpo y para los objetivos terrenales. Pero esta no es la vida verdadera, la vida que perdura, la vida de la que habló Jesucristo, que prometió a los que creen en Él.... Porque la vida verdadera es la vida del Espíritu, que es imperecedera y cuya propósito de la vida terrenal consiste en ganar esta vida. Sólo cuando el espíritu en el ser humano despierte a la vida se cumplirá el propósito de la vida terrenal. Y este renacimiento del espíritu es lo más deseable porque trae beneficios incalculables al alma humana.

Lo que ofrece la Tierra es transitorio y sólo beneficia el cuerpo, pero nunca el alma. Sin embargo, lo que el espíritu ofrece al alma es refrigerio y refresco, es alimento y por tanto fuerza para la vida; Es un bien preciso que ya no puede perecer, que hace feliz y anima a trabajar diligentemente y por eso puede ser llamado el elixir de la vida, porque entonces ya no es posible la muerte, que antes amenazaba al alma y también sería inevitablemente su parte, según el renacimiento espiritual no habría tenido lugar.

El cuerpo carnal es el caparazón que alberga la chispa divina dentro de sí mismo, y ahora depende del libre albedrío del humano si rompe el caparazón y si se esfuerza por traer a la vida lo divino dentro de él. Y cuando el alma, la portadora de la voluntad, se dirige al espíritu divino tratando de penetrar el caparazón, liberándose de todos los deseos terrenales, de los malos costumbres y vicios, cuando busca disolver el caparazón a través de la actividad amorosa, la chispa divina espiritual comenzará a agitarse, entrará en contacto con el alma humana, la ayudará a superarse, le susurrará constantemente consejos e instrucciones, y ahora guiará al alma tan pronto como el alma se dejará guiar por la chispa espiritual divina.

Y ahora la chispa divina en el ser humano asume el liderazgo, y este es verdaderamente justo.... Ahora el espíritu y el alma ya no están en contradicción, sino que juntes persiguen su objetivo.... se esfuerzan por llegar a la patria eterna y dejar el cuerpo, la Tierra y todo lo terrenal desapercibido, aunque el humano está todavía en la Tierra. El humano está vivo, aunque sea indiferente a las cosas terrenales, porque su espíritu vive y obra constantemente.

El ser humano sólo trabaja para el reino espiritual, para el reino de Dios, trabaja sobre sí mismo y sobre sus semejantes, está constantemente activo, porque la chispa espiritual en él nunca le permite llegar al reposo, al reposo ocioso, que es destructivo, porque es sinónimo de muerte.... con un estado que es tortuoso en la eternidad y, por lo tanto, debe temerse como el peor destino que le puede ocurrir al alma humana. Pero si el espíritu ha cobrado vida, entonces ya no habrá muerte para siempre, porque el espíritu es inmortal, y también atrae al alma hacia sí a la vida eterna, a la gloria eterna....

amén

Life.... Awakening the divine spark in the person....

The divine spiritual spark in the human being is his actual life, consequently, one can only speak of rebirth when the spirit in the human being has been awakened, when it can start to become active and thus the spiritual life begins.... In that case the human being is spiritually reborn, for his physical birth only makes sense and serves its purpose when spiritual rebirth has taken place. The divine spiritual spark has consciously been acknowledged by the person's soul even if the person is not yet able to rationally differentiate between the two concepts of soul and spirit. For the process of unification of spirit and soul can happen without a person's knowledge, since this is only conveyed to him when it occurred. Only then will the spirit explain to the soul what the unity of the spirit with the soul means, and only then will the soul strive towards ever closer union with its spirit and will accept the most valuable knowledge from it. And from then on the human being will be alive, that is, he will utilise his knowledge and consciously work for the kingdom of God; he will eagerly work at distributing the obtained information and at imparting the knowledge to his fellow human beings.... Life is continuous activity.... Admittedly, the human being is certainly physically alive without having awakened his indwelling spiritual spark, that is, he is active in an earthly way and thus works for his earthly life, for his body and for earthly goals. But this is not the true life, the life which is everlasting, the life Jesus had spoken about and which He promised to anyone who believes in Him.... True life is the never-ending life of the spirit, the attainment of which is the purpose of life on earth. This purpose will only be achieved when the human being's spirit has come to life.

Spiritual rebirth is the most worthwhile goal to strive for, because it will yield indescribable gain for the human being's soul. That which is offered by the earth is impermanent and only benefits the body but never the soul. In contrast, what the spirit offers the soul will refresh it and quench its thirst, it is its nourishment, thus it is strength for living; it is a precious commodity which can no longer perish, which induces happiness and encourages diligent activity and therefore can be called the elixir of life, because death, which previously had threatened the soul and would be its inevitable share had rebirth not taken place, will no longer be possible. The carnal body is the shell which harbours the divine spark and it is up to the person's free will as to whether he bursts the shell, whether he strives to awaken the Divine within himself to life. If the soul, the bearer of the will, turns towards the divine spirit by trying to penetrate the shell, by trying to liberate itself from all earthly wishes, from bad habits and vices, if it tries to dissolve the shell through activity of love, the divine spiritual spark will start to move, it will make contact with the human being's soul, it will help it rise above itself, it will constantly whisper advice and instructions and thus guide the soul as soon as it allows itself to be guided. From then on the divine spark in the person will take the lead and this will truly be right.... Then the spirit and soul will no longer oppose each other but pursue their goal together.... they will strive towards the eternal home and pay no attention to the body, the earth and everything of an earthly nature, even though the human being still lives on earth. The human being is alive, even if earthly matters are of no further interest to him, for his spirit is alive and is constantly active. The human being only works for the spiritual kingdom, for the kingdom of God, he works at improving himself and his fellow human beings, he is incessantly active, for the indwelling spiritual spark will not allow him to rest, that is, to rest idly, as it is harmful and synonymous with death.... with a state which is painful in eternity and should therefore be feared as the worst fate that can befall the human soul. However, once the spirit has come alive then death will no longer exist, for the spirit is immortal and also draws the soul into eternal life, into everlasting glory....

Amen