En el ajetreo y bullicio del mundo, el alma humana permanece subdesarrollada mientras no pueda separarse en horas de tranquilla contemplación o establecer una conexión con Dios a través de un celoso trabajo de amor, que se le da la plena oportunidad de hacer, incluso en medio del mundo. Y, sin embargo, el hombre está colocado en ello para poder superar al mundo y encontrar en ello el camino hacia Dios, porque esto requiere una mayor fuerza de voluntad. Si una persona se cierra al mundo, su mérito es menor porque evita todas las tentaciones y resistencias; no necesita librar la lucha a la que está expuesta una persona que no se escapa del bullicio y ajetreo del mundo.
Cuanto mayor es la resistencia, más fuerza requiere, pero mayor es el éxito que el alma puede alcanzar cuando supera toda resistencia. Y por eso se impone grandes exigencias al hombre que no debe evadir. Debe cumplir su tarea terrenal, debe estar expuesto a las tentaciones terrenas, pero nada debe impedirle buscar una conexión íntima con Dios, porque de ahí también saca su fuerza para cumplir las exigencias terrenales. Aún podrá espiritualmente activo si eso es lo que quiere.
Pero si una persona ni vive en el amor ni encuentra tiempo para reflexiones interiores que le introduzcan en el reino espiritual, permanecerá en el mismo nivel de madurez espiritual o se desarrolla hacia atrás si la materia le cautiva y está desprovisto de todo amor. Entonces vive su vida en la tierra en vano, pero ni siquiera esta reclusión cambiaría espiritualmente a esa persona, sino que sólo la haría gruñona e insatisfecha porque el esfuerzo espiritual les es ajeno y no puede satisfacer sus deseos terrenales.
El hombre puede entregarse a Dios en todas las situaciones de la vida y su corazón lo impulsa a hacerlo, y así también puede servir a Dios siempre en todas partes; el ajetreo y el bullicio del mundo le dará a menudo la oportunidad para ser activo en el servicio a prójimo, mientras que la persona en la soledad sólo vive para sí sola y se ve obstaculizado en el trabajo del amor. Pero esto último lleva al hombre a la madurez por lo acerca a Dios y, por lo tanto, se debe aprovechar cada oportunidad para practicar el servicio al amor al prójimo.
En el ajetreo y bullicio del mundo a menudo se pueden ver mayores oportunidades de desarrollo para las personas, porque las necesidades y los sufrimientos requieren la ayuda de cada ser humano puede brindar a sus semejantes, y la necesidad terrenal también es extraordinariamente grande en medio del mundo y éste también es un campo de actividad en el que la gente puede tener mucho éxito. Y por eso Dios llama a sus siervos en medio del mundo, y les presenta las necesidades de sus semejantes, para que ahora puedan trabajar con diligencia, para que practiquen el amor y den amor en medio del mundo, y en horas de contemplación interior ganar la fuerza para superar todas las tentaciones y para vencer las resistencias del mundo, y hacer madurar hacia lo alto en medio del mundo....
amén
TraductorIm Weltgetriebe bleibt des Menschen Seele unentwickelt, sowie sie sich nicht lösen kann in Stunden stiller Besinnlichkeit oder durch eifriges Liebeswirken die Verbindung mit Gott herstellt, wozu ihr vollauf Gelegenheit geboten wird auch inmitten der Welt. Und dennoch ist der Mensch hineingestellt in diese, auf daß er die Welt überwindet und den Weg zu Gott in ihr findet, weil dies erhöhte Willenskraft erfordert. Schließt sich der Mensch ab von der Welt, so ist sein Verdienst geringer, denn er geht jeglichen Versuchungen und Widerständen aus dem Wege, er braucht den Kampf nicht zu kämpfen, dem der Mensch ausgesetzt ist, der dem Weltgetriebe nicht entflieht. Je größer die Widerstände, desto mehr Kraft erfordern sie, doch desto größer ist auch der Erfolg, den die Seele verbuchen kann, wenn sie alle Widerstände überwindet. Und darum werden an den Menschen große Anforderungen gestellt, denen er sich nicht entziehen soll. Er muß irdisch seine Aufgabe erfüllen, er muß irdischen Versuchungen ausgesetzt sein, doch nichts soll ihn abhalten, die innige Verbindung mit Gott zu suchen, denn aus dieser beziehet er auch seine Kraft, um die irdischen Anforderungen zu erfüllen. Er wird dennoch auch geistig tätig sein können, wenn dies sein Wille anstrebt. So aber der Mensch weder in der Liebe lebt noch Zeit findet zu innerlichen Betrachtungen, die ihn in das geistige Reich einführen, so wird er im gleichen seelischen Reifegrad stehen bleiben oder auch sich rückschrittlich entwickeln, so die Materie ihn fesselt und er bar jeder Liebe ist. Dann lebt er sein Leben auf Erden vergeblich, doch auch die Zurückgezogenheit würde einen solchen Menschen geistig nicht wandeln, sondern ihn nur mürrisch und unzufrieden machen, weil ihm geistiges Streben fremd ist und er sein irdisches Verlangen nicht erfüllen kann. Es kann der Mensch sich Gott zu eigen geben in jeder Lebenslage, so sein Herz ihn dazu drängt, und also kann er auch Gott dienen stets und überall, das Weltgetriebe wird ihm oft genug Gelegenheit dazu geben, sich dienend am Nächsten zu betätigen, während der Mensch in der Einsamkeit nur (für = d. Hg.) sich allein lebt und im Liebeswirken gehindert ist. Letzteres aber bringt den Menschen zum Reifen, denn es bringt ihn Gott näher, und darum soll eine jede Gelegenheit genützet werden, dienende Nächstenliebe zu üben. Im Treiben der Welt sind oft größere Entwicklungsmöglichkeiten für den Menschen erkennbar, denn die Nöte und Leiden erfordern Hilfe, die jeder Mensch dem Mitmenschen leisten kann, und auch die geistige Not ist inmitten der Welt besonders groß, und auch dies ist ein Arbeitsfeld, wo der Mensch besonders erfolgreich tätig sein kann. Und darum berufet Gott inmitten der Welt Seine Diener, und Er stellt ihnen die Not der Mitmenschen vor, auf daß sie nun emsig wirken, auf daß sie inmitten der Welt Liebe üben und Liebe geben und in Stunden innerer Betrachtung sich die Kraft holen, alle Versuchungen und Widerstände der Welt zu überwinden, und also auch inmitten der Welt reifen können zur Höhe....
Amen
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