Entregaos a la obra del Espíritu, que os introducirá en toda la verdad.... Y donde una duda oprime vuestra corazón, donde surge una pregunta dentro de vosotros, consultad al espíritu que está dentro de vosotros.... es decir, pedid a Dios por iluminación a través de la fuerza de Su Espíritu, y recibiréis iluminación y seréis enseñados según la verdad.... La necesidad en la Tierra es indescriptiblemente grande, casi no hay humano que permanece al margen de ella, Pero las necesidades en la Tierra son pequeñas en comparación con las necesidades espirituales, cuyos efectos no son evidentes para el ser humano y que, por tanto, poco o nada tiene en cuenta.
La necesidad terrenal es limitada porque la vida en la Tierra es de muy corta duración para cada ser humano, así como la vara de medir se aplica al tiempo infinitamente largo en la eternidad donde un alma imperfecta languidece en las ataduras de las tinieblas. Y Dios quiere evitar estos tormentos del alma a través de las dificultades terrenales. Quiere purificar el alma mientras aún está en la Tierra para evitarle sufrimientos mucho más amargos en el más allá. Dios ciertamente puede perdonar a la humanidad en la Tierra, pero esto sería una falta de amor que las almas en el más allá sentirán dolorosamente, así como las almas un día recordarán con gratitud el tiempo el tiempo de sufrimiento en la Tierra, que les ahorro sufrimientos indescriptibles en el más allá.
Debido a que el sufrimiento en la Tierra debe llevar a los humanos al conocimiento, el sufrimiento en la Tierra debe hacer que los humanos busquen la conexión con Dios y hacer que su voluntad lleve su vida terrenal de una manera que agrade a Dios.... Sólo entonces se les podrá quitar el sufrimiento. Primero se debe remediar la necesidad espiritual antes de que Dios pueda evitar la necesidad terrenal de los humanos. Y esta necesidad terrenal debe ser una ocasión para la intercesión.... Reconociendo esta necesidad espiritual y sus consecuencias, los humanos tienen que orar por sus semejantes descarriados; tienen que pedir a Dios fuerza y gracia para ellos para que lleguen a reconocer su situación y esforzarse hacia la luz por su propia voluntad. Para estos humanos, las dificultades terrenales son una gracia que se supone debe producir este mismo conocimiento.
El hombre se inclina fácilmente a creer que el sufrimiento terrenal es un castigo para los humanos que no viven según la voluntad de Dios. Y por eso piden a Dios misericordia, piden el fin de las dificultades terrenales, que se acorte el estado de sufrimiento y, por así decirlo, que se desvíen los medios de gracia que se supone deben ayudar a los humanos a alcanzar la madurez espiritual. Es cierto que su amor por sus semejantes los determina a interceder de esta manera, pero esto sólo debe tener como objetivo el bienestar espiritual de los humanos, entonces demuestran su profundo amor por ellos, y entonces Dios también puede responder a sus preguntas, concediéndoles cantidades crecientes de gracia para que puedan llegar más fácilmente al reconocimiento. Pero Él no puede eliminar la libertad de la voluntad. Los humanos mismos tienen que tener la voluntad de tomar el camino correcto ante Dios, sólo así la intercesión les traerá la bendición de que habrá luz en su interior y que el sufrimiento en la Tierra no sea en vano....
amén
TraductorGebet euch dem Wirken des Geistes hin, der euch einführt in alle Wahrheit.... Und wo ein Zweifel euer Herz bedrückt, wo eine Frage in euch auftauchet, dort ziehet den Geist in euch zu Rate.... d.h., bittet Gott um Erleuchtung durch die Kraft Seines Geistes, und ihr werdet Aufklärung erhalten und belehrt werden der Wahrheit gemäß.... Es ist die Not auf Erden unbeschreiblich groß, es ist fast kein Mensch, der unberührt davon bleibt; es ist aber die irdische Not nur gering, gemessen an der geistigen Not, deren Auswirkung dem Menschen nicht offensichtlich ist und die er darum wenig oder gar nicht in Betracht zieht. Es ist die irdische Not begrenzt, weil das Erdenleben für jeden Menschen nur von ganz kurzer Dauer ist, sowie der Maßstab angelegt wird an der endlos langen Zeit in der Ewigkeit, wo eine unvollkommene Seele in den Banden der Finsternis schmachtet. Und diese Qualen will Gott durch die irdische Not von der Seele abwenden, Er will die Seele läutern noch auf Erden, um ihr das viel bitterere Leid im Jenseits zu ersparen. Wohl kann Gott die Menschheit auf Erden verschonen, doch es wäre dies ein Mangel an Liebe, den die Seelen im Jenseits schmerzlich empfinden würden, wie umgekehrt die Seelen dereinst von Dank erfüllt auf die Leidenszeit auf Erden zurückblicken, die ihnen unsägliches Leid im Jenseits erspart hat. Denn das Leid auf Erden soll die Menschen zur Erkenntnis führen, das Leid auf Erden soll die Menschen Verbindung suchen lassen mit Gott und ihren Willen veranlassen, das Erdenleben Gott-wohlgefällig zu führen.... Dann erst kann das Leid von ihnen genommen werden. Die geistige Not muß also erst behoben werden, bevor Gott die irdische Not von den Menschen abwenden kann. Und diese geistige Not muß Anlaß sein zur Fürbitte.... Es müssen die Menschen im Erkennen dieser geistigen Not und ihrer Folgen beten für die irregeleiteten Menschen; sie müssen Gott um Kraft und Gnade bitten für diese, auf daß sie zum Erkennen ihrer Notlage kommen und aus freiem Willen dem Licht zustreben. Denn die irdische Not ist für diese Menschen eine Gnade, die ebendiese Erkenntnis bewirken soll. Es ist der Mensch leicht geneigt, zu glauben, daß das Erdenleid eine Strafe sei für die Menschen, die nicht dem Willen Gottes gemäß leben. Und darum bitten sie Gott um Erbarmen, sie bitten um Beendigung der irdischen Nöte, um Verkürzung des Leidenszustandes und also gewissermaßen um Abwendung der Gnadenmittel, die doch den Menschen zur seelischen Reife verhelfen sollen. Zwar bestimmt die Liebe zum Mitmenschen sie zu solcher Fürbitte, doch diese soll nur dem geistigen Wohl der Menschen gelten, dann beweisen sie ihre tiefe Liebe zu diesen, und dann kann Gott das Gebet auch erhören, indem Er jenen in vermehrtem Maße Gnaden zugehen läßt, auf daß sie leichter zum Erkennen kommen können. Doch die Freiheit des Willens kann Er nicht ausschalten. Es müssen die Menschen selbst den Willen haben, den vor Gott rechten Weg einzuschlagen, dann erst trägt ihnen die Fürbitte den Segen ein, daß es in ihnen Licht wird und daß das Leid auf Erden nicht vergeblich ist....
Amen
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