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Una preparación para recibir.... Un contacto íntimo con Dios....

La unión consciente con Dios a través del rezo tiene como consecuencia la separación del espíritu de la tierra. La actividad del pensamiento se encamina con toda voluntad al reino espiritual y solo ahora se puede ofrecer al niño de la tierra la sabiduría divina desde arriba. La separación debe haber tenido lugar, porque el recibo de mensajes espirituales está condicionado por la voluntad del hombre y el rezo da testimonio de la cual. Cuanto más íntimo es el rezo más claro tomará conciencia de los dones divinos que recibe en forma de pensamientos. Es muy necesario la conexión íntima con Dios a través del rezo, porque hace imposible el efecto de las fuerzas malas, porque un ser que se une conscientemente con Dios no está molestado más por estas fuerzas. Solamente intentan ganar esta influencia cuando el pensamiento del hombre vuelve a cosas terrestres en cuanto se haya soltado el contacto con Dios.

En el reino espiritual igual existen reglas que excluyen la vuelta arbitraria a bienes espirituales y de hecho, el hombre tiene que activarse a sí mismo antes de que se le ofrezca un bien espiritual. La activación del hombre solamente tiene como base la preparación a recibir. Este trabajo no se puede esquivar, tiene que ser ejecutado por la misma voluntad del deseo a recibir y existe en la devoción íntima a Dios y en la petición de Su gracia y hundirse en Su interior para esperar a recibir esta gracia. Mientras no se considera como tal los seres donantes no pueden repartir y entonces un estancamiento se procede que puede eliminarse por rezos intensos. La capacidad de receptividad depende la mayoría de las veces de la manera del contacto íntimo con Dios, pero el hombre no siempre tiene éxito en eso mientras sus pensamientos están dirigidos frente a lo terrenal. El reino terrestre pertenece a esa fuerza que quiere impedir la unión con Dios. Intentará impedir o estorbar la conexión a toda fuerza. Pero la voluntad del hombre puede destruir estos intentos y recibirá según su gracia que se manifiesta en la donación de bienes espirituales, porque hacen feliz al hombre mientras toma en serio la evolución espiritual....

Amén

Preparation to receive.... intimate contact with God....

The conscious union with God through prayer results in a separation of the spirit from the earth. The thought activity now turns with full will towards the spiritual kingdom, and only now divine wisdom can be offered to the earth child from above. The separation from earth must first have taken place because the receiving of spiritual messages requires the will of man and prayer testifies to his will. The more intimately a person prays, the more clearly he realizes the divine gifts, which now come to him in the form of thoughts. The intimate connection with God through prayer is absolutely necessary because this makes the working of evil forces impossible, for a being which consciously makes contact with God is no longer harassed by those forces. They only seek to gain influence when the human being's thoughts turn to earthly things again, i.e. when contact with God has been severed. In the spiritual world there are likewise laws which exclude an arbitrary giving of spiritual good, and therefore man himself must first become active before spiritual good can be distributed to him. Man's activity only consists of preparing to receive. This work cannot be bypassed, it must be carried out by the one who wants to receive and consists in the fact that the human being in deepest humility gives himself to God and asks for His gift of grace and then sinks into his inner being in order to await this gift. As soon as this is disregarded, the giving beings cannot distribute, and thus a stagnation occurs which can be remedied again through heartfelt prayer. The ability to receive therefore mostly depends on establishing heartfelt contact with God, but the human being does not always succeed in doing so if his thoughts are focussed on earthly things. The earthly kingdom belongs to that power which wants to prevent the union with God. It will therefore try everything to prevent or disturb this union. The human being's will, however, can thwart such attempts and will also then reap its reward accordingly, which consists of imparting spiritual gifts, for these make the human being happy if he is serious about spiritual higher development....

Amen