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Derechura de pensar y actuar en la voluntad subordinada a Dios....

El impulso más íntimo guía al ser humano correctamente, en cuanto se esfuerza por cumplir la voluntad de Dios. Y por eso no necesita temer algo malo, porque las inteligencias encarnadas en él, las sustancias de su alma, le instruyen a pensar y actuar. El alma ahora tiene que, por así decirlo, querer igualmente como Dios quiere, ya que la voluntad humana se ha subordinado conscientemente a la voluntad divina. Entonces se descarta una voluntad personal que vaya en contra de Dios. Es imposible que un ser humano que quiere cumplir la voluntad de Dios pueda hacer algo que no corresponda a la voluntad divina, solo que su voluntad debe estar completamente seria dirigida hacia Dios, y no solo las palabras pronunciadas sin pensar deben dar testimonio hacia fuera de la voluntad subordinada a Dios.

Cualquiera que busque acercarse a Dios siempre se esforzará por vivir en la voluntad divina, y todo lo que hace y piensa está condicionado por su voluntad actual. La esencia en el ser humano ahora está determinada por el poder espiritual divino, es decir, lo espiritual fuera del ser humano busca la conexión con lo espiritual dentro del ser humano y, por así decirlo, transfiere su voluntad, que está en armonía con la voluntad divina a lo espiritual que se alberga en el ser humano. Éste reconoce la voluntad inmediatamente y la sigue sin contradicciones.... Por eso el ser humano actúa según su impulso más íntimo, que es obra de fuerzas espirituales sobrenaturales.

Lo que el ser humano comienza ahora puede dar a veces la impresión de que no está bien y, sin embargo, no debe dejarse disuadir.... está bien pero no siempre es inmediatamente comprensible para el hombre. Porque mientras se vuelva a Dios y establezca la relación correcta con el Padre como hijo, el Padre también lo protege de pensamientos incorrectos y de toda acción incorrecta. No deja que Su hijo se extravié; lo guía cuidadosamente por el camino correcto, incluso si este camino todavía le parece intransitable, de modo que teme haberse equivocado.

El hombre debe entonces demostrar una fe firme y una confianza profunda en Dios de que Dios nunca puede permitir nada que pueda dañar el alma de Su criatura si esta Le pide ayuda a Dios por el bien de su alma. La oración íntima “Señor, hágase tu voluntad” es sumisión total y al mismo tiempo el reclamo de Su cuidado, porque ahora el niño terrenal ha entregado completamente su vida, sus acciones y pensamientos al Padre celestial en la creencia de que Él ahora lo cuidará y guiará. Y Dios no permite que esta fe sea avergonzada.... Y a partir de ese momento, el hombre queda relevado de su responsabilidad, porque Dios Mismo determina ahora los pensamientos y las acciones de aquel que ha sacrificado su libre albedrío en el más profundo amor y devoción....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Richtigkeit des Denkens und Handelns im Gott-untergeordneten Willen....

Der innerste Trieb weiset den Menschen recht, sofern er Gottes Willen zu erfüllen trachtet. Und also braucht er nicht zu fürchten, etwas Falsches zu tun, denn es weisen ihn die in ihm verkörperten Intelligenzen, die Substanzen seiner Seele, an, zu denken und zu handeln. Es muß die Seele nun gleichsam so wollen, wie Gott es will, da der menschliche Wille sich bewußt dem göttlichen Willen unterstellt hat. Ein eigener, Gott zuwidergerichteter Wille scheidet dann aus. Es ist unmöglich, daß ein Gottes-Willen-erfüllen-wollender Mensch etwas tun kann, was dem göttlichen Willen nicht entspricht, nur muß sein Wille vollernstlich Gott zugewandt sein, nicht nur gedankenlos hingesprochene Worte nach außen den Gott-untergeordneten Willen bezeugen sollen. Wer Gott nahezukommen sucht, wird immer im göttlichen Willen zu leben sich bemühen, und alles, was er tut und denkt, ist durch (in?) seinen nunmehrigen Willen bedingt. Das Wesenhafte im Menschen wird nun bestimmt von göttlicher Geisteskraft, d.h., es sucht das Geistige außerhalb des Menschen die Verbindung mit dem Geistigen im Menschen und überträgt gleichsam seinen Willen, der mit dem göttlichen Willen im Einklang steht, auf das im Menschen sich bergende Geistige. Dieses erkennt sofort den Willen und befolgt ihn ohne Widerspruch.... es handelt der Mensch also aus innerstem Antrieb, welcher ist das Wirken jenseitiger Geisteskräfte. Was der Mensch nun beginnt, mag zwar mitunter den Eindruck hervorrufen, nicht recht zu sein, und doch soll sich der Mensch nicht beirren lassen.... es ist recht, nur nicht immer dem Menschen gleich verständlich. Denn sofern er sich Gott zuwendet und also das rechte Verhältnis zum Vater als Dessen Kind herstellt, schützet der Vater es auch vor falschem Denken und vor jedem irrigen Handeln. Er läßt Sein Kind nicht in die Irre gehen, Er führet es sorgsam den rechten Weg, auch wenn dieser Weg dem Kind noch ungangbar erscheint, so daß es fürchtet, falsch gegangen zu sein. Es muß dann der Mensch den festen Glauben und das tiefe Gottvertrauen beweisen, daß Gott nimmermehr etwas zulassen kann, was Seinem Geschöpf zum Schaden für die Seele gereichet, wenn dieses doch um seiner Seele willen Gott um Beistand bittet. Das innige Gebet "Herr, Dein Wille geschehe" ist völlige Unterwerfung und gleichzeitig doch die Inanspruchnahme Seiner Fürsorge, denn nun hat das Erdenkind sein Leben, sein Tun und Denken gänzlich dem himmlischen Vater übergeben im Glauben, nun von Ihm Selbst umsorgt und geleitet zu werden. Und diesen Glauben läßt Gott nicht zuschanden werden.... Und es ist von Stund an der Mensch seiner Verantwortung enthoben, denn Gott Selbst bestimmt nun das Denken und Handeln dessen, der Ihm in tiefster Liebe und Ergebenheit den freien Willen geopfert hat....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde