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Escalando las montañas.... Luchando por las alturas espirituales....

Veáis, so os esforcéis por escalar montañas, no os debe faltar determinación, porque todo lo que está en lo alto hay que escalarlo, por así decirlo. No es fácil para una persona perezosa llegar a su meta, porque tiene que usar el doble de fuerza para luego mirar hacia abajo con el doble de satisfacción y bendecir el camino recorrido que lo ha llevado hacia arriba. Es esfuerzo espiritual debe ser considerado de la misma manera, Es también una voluntad constante de subir a la cumbre, que es la perfección espiritual. El caminante incansable sube con certeza a las alturas, siempre que no se deje desanimar por el trabajo y el esfuerzo que le trae el camino. Su mirada está dirigida hacia arriba, no escatima esfuerzos y siempre se esfuerza hacia la meta.

Cuando se hace la caminata en la tierra de la misma manera, cuando el hombre también asume todos los esfuerzos y penalidades con los ojos dirigidos hacia arriba, cuando no se deja engañar por las alegrías momentáneas del mundo, sino que ya envía a su alma hacia las regiones superiores y tiene toda la voluntad de alcanzar las alturas espirituales, entonces también un día podrá mirar hacia atrás con satisfacción en su camino terrenal, y nunca se arrepentirá de lo que entregó para alcanzar esta meta, para estar en la luz y ser aliviado de todo sufrimiento.

Quien éste en la cima de la montaña y se siente libre de todas las cargas terrenales, quien crea que allí está más cerca de su Señor y Creador, quien ahora deja vagar su mirada por áreas infinitamente amplias y viéndolo todo en su esplendor y belleza, podrá imaginarse a grandes rasgos la libertad espiritual en que el alma puede ver todo lo que le rodea después de haber terminado el ascenso, cómo se siente libre de toda pesadez terrenal y, estando en la luz del divino sol de gracia, se le permite disfrutar de una bienaventuranza indecible. E incluso si el ascenso es arduo, la recompensa es tan incomparablemente gloriosa que supera mil veces todo el sufrimiento y la renuncia que han pasado antes....

amén

Subindo as montanhas.... Aspirando às Alturas Espirituais....

Eis que, se aspirais a subir as montanhas, não vos deve faltar força de propósito, pois tudo o que é alto deve, por assim dizer, ser escalado. Um homem preguiçoso não pode facilmente alcançar seu objetivo, pois deve aplicar força dupla para olhar para baixo com dupla satisfação e abençoar o caminho que percorreu e que o levou às alturas. O esforço espiritual também deve ser considerado desta forma. É também um desejo perpétuo de subir ao cume, que é a perfeição espiritual. O vagabundo incansável sobe as alturas com certeza, se não se deixa distrair pelos esforços e fadigas que o caminho lhe traz. O seu olhar é dirigido para cima, ele não poupa esforços e esforça-se apenas para o objectivo. Se a caminhada na Terra se realiza da mesma forma, se o ser humano com o olhar voltado para cima também se esforça e se esforça, se não se deixa distrair pelos prazeres momentâneos do mundo, mas envia a sua alma para as regiões superiores e usa toda a sua vontade Para alcançar a altura espiritual, um dia ele poderá olhar para trás com satisfação no seu caminho terreno, e nunca se arrependerá do que se sacrificou para alcançar esta meta, para estar na luz e ser aliviado de todo o sofrimento. Quem está no alto da montanha e se sente livre de todas as cargas terrenas, quem crê estar mais perto do seu Senhor e Criador, por assim dizer, quem pode agora deixar o seu olhar vaguear sobre infinitas regiões vastas e contemplar tudo no seu esplendor e beleza, poderá imaginar, grosso modo, a liberdade espiritual em que a alma pode contemplar tudo o que existe à sua volta, depois de ter completado a sua ascensão, como se sente livre de todo o peso terreno e, estando de pé à luz do sol divino da graça, pode gozar de delícias indescritíveis. E mesmo que a ascensão seja árdua, a recompensa é tão incomparavelmente gloriosa que supera mil vezes todos os sofrimentos e renúncias que a precederam....

Amém