8813 Prestar atención a los dos mandamientos de Dios...

16 de junio de 1964: Libro 93

Todos vosotros, a quienes Me gustaría dirigirme, escuchadme; no dejad que las Palabras se apaguen en vuestros oídos, pero prestad atención a lo que os quiero decir: muchas veces os asustaréis porque Mi oponente se enfurece porque sabe que ya no le queda mucho tiempo... Y lo que esto significa, lo sabéis, porque se acerca el final donde será atado por mucho tiempo. Y no puedo dejaros pasar por alto lo que se supone que debería traeros a todos a sus sentidos... No puedo negar a Mi adversario porque vosotros mismos le dais el poder, porque es vuestra sólo voluntad la que puede retenerlo de vosotros...y porque no podéis llamar vuestra a ninguna fe viva, que os empuja hacia Mí y entonces estoy ahí para vosotros.

Considerad seriamente como os relacionáis con vuestro Dios y Creador. No os contentéis con las apariencias y las formas que no valen la pena cumplirlas... Pero pensad en la relación que tenéis Conmigo... si podéis tratarme como un Padre... sólo entonces escucho vuestra llamada a Mí cuando oráis en espíritu y en verdad. Pero Yo no presto atención a una oración de labios, aunque hablen durante horas y piensen que honran al hacerlo... Sólo quiero animaros a todos a tener una fe viva, a tener una relación estrecha conmigo, Quien verdaderamente soy capaz de protegeros de toda travesura y de todos los ataques de Mi oponente.

Pero por vuestra actitud tibia hacia Mí, le dais a Mi adversario el derecho de acosaros en todos los sentidos, y entonces con razón os preguntáis: ¿dónde está vuestro Dios y Padre, que no os protege de sus ataques? Pero no consideráis que tiene poder sobre la persona que se rinde a él voluntariamente... y que Yo no puedo disputarle este derecho, porque él tiene el mismo derecho sobre vosotros, que vosotros solo aboliréis por vuestra voluntad seria de pertenecerme... que le pone límites a él y a su obra misma que no puede traspasar, porque esta es la última decisión de voluntad por la que camináis en la tierra... Quisiera hablar a todos vosotros para informaros de la importancia de la vida terrenal para presentaros la importancia de una vida de amor por Mí y por el prójimo, que es lo único que os convierte en aspirantes de Mi reino.

Y si todos vosotros sólo prestaríais atención a estos dos mandamientos... realmente estaríais aliviados de todos los desafíos por parte del oponente, porque él es impotente ante el amor. Pero el amor se ha enfriado entre vosotros, y por eso él tiene la supremacía, y os oprimirá hasta el final. Los dos mandamientos del amor son los dos mandamientos que Yo Mismo di en la tierra, que Yo Mismo viví y os llamé a seguir... Y si vosotros tan solo observáis los mandamientos del amor, entonces viviréis correspondiente a Mi voluntad y Yo Mismo encontraría acceso a vosotros y poder hablaros. Pero en vez de eso os aferráis a formas y costumbres sin sentido, que fueron añadidos a Mi enseñanza de amor desde el lado humano, que no os traen ningún progreso espiritual.

Pero con eso Me hacéis imposible hablar directamente, y no creéis que podéis oírme a Mí Mismo, porque habéis perdido el conocimiento de esto. Pero Yo os lo prometí con las Palabras: “Quien guarda Mis mandamientos, ése es el que Me ama... quiero ir a él y revelarme a él”. Debe escuchar Mi Palabra, hablada desde lo alto, debe experimentar que “Me quedaré con él hasta el fin del mundo...”. No son promesas vacías que hice cuando caminé sobre la tierra, porque Mi Palabra es y sigue siendo la verdad... Pero ¿quién de vosotros se toma todavía en serio tales promesas? ¿Quién cree que Mi Espíritu obra en una persona que se ha formado para el amor?

Vuestra fe ya no está viva... Y eso es lo que os pone en manos del oponente. Y hará uso de su poder, de su derecho, porque vosotros también sois su parte, mientras no os entreguéis voluntariamente a Mí, porque una vez salisteis de su voluntad usando Mi poder, cuando aún no era “Mi adversario”. Él os arrastró al abismo durante su caída y ahora quiero reconquistaros, pero esto sólo es posible si Me dais toda vuestra voluntad y amor..._>amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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