7472 Llamado a Jesucristo.... Discurso serio de Dios....

6 de diciembre de 1959: Libro 79

Todos regresaréis a la casa de vuestro Padre y un día seréis indeciblemente felices.... Pero vosotros mismos determináis el momento de vuestro regreso.... Y por eso Yo os hablo una y otra vez, y trato de animaros para que hagáis todo lo posible en esta vida terrenal, para que os desarrolléis de tal manera para poder ser aceptado en el reino de la luz, porque sin luz no hay felicidad y el regreso a la casa del Padre es sinónimo a la más alta felicidad en la luz y fuerza y libertad.

Podéis acortar considerablemente el tiempo del regreso, pero también podéis alargarlo infinitamente, y eso quiero evitarlo. Por eso Me dirijo a vosotros una y otra vez y os presento la gran miseria y el tormento de un retroceso y en lugar de esto os presento las glorias de Mi reino y a través de eso sólo quiero motivaros a esforzaros por Mi reino con toda seriedad y celo, porque un día reconoceréis lo que significa tener que caminar por esta tierra en atadura, necesidad y tormento por tiempos infinitos, donde también es posible alcanzar la luz y libertad con buena voluntad.

No seáis indiferentes y no viváis vuestros como si estuvierais destinados a una vida eterna en la tierra.... Recordad, que sólo os queda poco tiempo, pero que es suficiente para liberaros de las ataduras, que son completamente suficientes para allanaros el camino hacia la casa del Padre y caer en los brazos de Aquel, con Quien solo podéis ser felices.... Y aprovechad este breve tiempo para la salvación de vuestra alma.... No pospongáis, lo que debéis hacer pronto, porque.... no sabéis que tiempo os queda aún en la tierra....

Este es un tiempo de gracia de suma importancia, porque puede ser suficiente para llevaros a la salvación, pero vuestro libre albedrío debe esforzarse por ello. El periodo de tiempo que aún os es concedido es muy corto y, sin embargo, puede ser suficiente para la completa espiritualización de vuestra alma.... Pero inconmensurablemente largo es el tiempo de vuestra renovada lucha si fracasáis completamente y seréis atados nuevamente en las creaciones de la nueva tierra.

Un y otra vez quisiera advertiros que recordáis que es una gracia inaudita que todavía se os permita vivir para diseñaros y formaros en seres que correspondan a Mi imagen, y que también podéis hacerlo con Mi apoyo.... Pero tenéis que querer ser libres y dirigir vuestros pasos hacia la luz, hacia Jesucristo, Quien verdaderamente os ayudará a alcanzar vuestro objetivo. Sólo esto determina vuestro regreso a la casa de vuestro Padre, que pidáis ayuda a Jesucristo, porque solos no podéis dirigir vuestros pasos hacia la meta correcta.

Pero Él os ayudará, y vuestra vida en la tierra no será ociosa si tan sólo invocáis a Él y por tanto estableceréis Conmigo la conexión necesaria para alcanzar vuestra meta.... Y cada día puede producir esta transformación de vuestro ser, porque inmediatamente recibiréis fuerza si acudís con fe a Jesucristo, Que sólo espera vuestro llamado para consideraros amorosamente, Que siempre os dará fuerza si tan sólo la deseáis profundamente.

Recordaos, que podéis liberaros de vuestra forma externa en muy poco tiempo, para luego ser eternamente felices en libertad y luz.... pero que incluso, si también usáis vuestra voluntad incorrectamente, aún podéis permanecer en esclavitud para siempre si falláis en esta vida terrenal y con indiferencia sólo prestáis atención a las cosas del mundo, pero no penséis en vuestra alma, que está en gran angustia.... Pero el fin llegará más pronto de lo que podáis imaginaros.... La hora llega inesperadamente para cada uno, porque nadie sabe, cuándo está determinada por Mi voluntad.

Y, por tanto, cada uno debe esforzarse seriamente en vivir de tal manera, que la vida puede invocarlo en cualquier momento; cada uno debe vivir de tal manera que haya establecido un vínculo con Jesucristo y pueda recibir la fuerza para su vida en la tierra y la formación de su alma de Mí, a Mí, Que Yo mismo quiero ser reconocido en Jesucristo, cuando el ser humano llame a Aquel, en Quien Me he encarnado Yo Mismo, a Jesús, con Quien Me he fusionado, con Quien Me he convertido en Uno, Quien sólo fue el caparazón en el cual Me pude albergar para poder redimiros a vosotros, los humanos.... Yo estaba en Él, y Él estaba en Mí.... y quien Lo conoce reconoce a Él, también Me reconoce a Mí, y después de su muerte regresará a Mí, en la casa de su Padre....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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