7461 El destino de las almas sin creencia y sin amor en el más allá....

22 de noviembre de 1959: Libro 78

Las almas llegan en un estado deplorable al más allá, aquellos que están sin creencia ninguna y que han muerto sin amor de la tierra. Y de ellas hay un número bastante elevado, porque hasta la muerte los hombres están atados al amor egoísta, y no pueden soltarse del mundo. No todos tienen un tiempo de sufrimiento atrás, hay muchos que están llamados directamente desde su trabajo, del medio del mundo y en una edad cuando no han pensado en un final de su vida. Y entonces vale la situación en la cual se encuentran y pocas dejan ver una preparación alguna para el alma. No piensan en la muerte ni en el destino de sus almas, porque están metidos en medio de su mundo y ven la vida terrestre como un reto propio. El amor es un área desconocida, porque solo piensan en sí mismo o en aquellos con los cuales están enlazados.... donde por naturaleza existe un sentido de amor.... pero este no se puede valorar tanto como el amor al semejante. Y el destino de todos aquellos es terrible si llegan delante del portal de la eternidad, porque casi no les luce una lucecita, su estado es pobre, porque no traen ningún bien espiritual que únicamente tienen valor en el más allá. Y las almas que se tienen que despedir de repente de la tierra, todavía no tienen ni idea de su despedida, se creen todavía en el mundo, solo desviados en áreas desiertas, pero no pueden arreglar su situación.... no piensan de ninguna manera que no pudiesen vivir más en la tierra y buscan volver al estado en el que han vivido antes, intentando vivir a menudo con brutalidad frente a otras almas si se juntan con ellas y que todas tienen que llevar el mismo destino, porque son del mismo tipo, es decir se encuentran en el mismo estado espiritual, igual de pobres y necesitadas metidos en la oscuridad. Están deambulando en el amanecer oscuro y creen andar por la noche y la niebla y esperan la mañana la cual les debe traer algo de luz.... pero la noche no quiere terminar, porque no pueden llegar a la luz antes de que cambien su mente, hasta que haya reconocido interiormente que ya no están viviendo en al tierra, y tienen que juzgarse a sí mismos, pensando en su vida terrestre, que no la han aprovechado de una manera auténtica. Si las almas llegan a este reconocimiento por sí mismas, es una acto de gracia por parte de Dios, El que quiere ayudar a aquellos, que lentamente cambian a su voluntad y que pueden concentrarse en sí mismos.... Entonces aquellas almas encuentran a seres en su camino que les ayudan a alzarse, si el alma lo quiere. Pero la penuria es muy grande antes de que el alma es capaz de llevar a cabo este cambio en sí mismo, y el estado de emergencia es aún más mayor entre las almas separadas que el estado de felicidad, porque sólo hay poca gente que seriamente anhela una maduración de su alma durante la estancia en la tierra, porque sólo hay poca gente que viva conscientemente a su existencia, y que se esfuerzan vivir una vida lleno de amor. La perspectiva de poder entrar un día al reino de la luz ya en sí trae mucha fuerza para que puedan llegar seguros a su reto.... Pero si los hombres nunca han tratado con esta idea y viven sin escrúpulos sus vidas para satisfacer sus cuerpos, sin no mueven ningunos pensamientos en la vida del alma después de la muerte, entran en un estado sin preparación ninguna al reino del más allá, y pueden hablar de una gran gracia si antes de la muerte tienen que pasar alguna enfermedad y sus pensamientos tienen que pensar en su muerte y a lo mejor pueden corregirse antes y prepararse para la entrada al más allá.... El final está cerca.... A “cada” hombre puede llegar inesperadamente el final de repente, y cada hombre debería pensar a menudo en el final, no debe verlo muy alejado con imprudencia, porque debe enfrentarse en cualquier momento con ello que tiene que dejar la tierra atrás, y pedir a Dios intensamente por Su cuidado para hacerle posible la entrada al reino de la luz, y Dios le dará la fuerza para realizar su preparación y poder madurara su alma que hace falta para entrar al reino, donde no hay tormenta y oscuridad, sino sólo luz y felicidad.... Porque Dios no quiere que el hombre entre en la perdición; pero el hombre es libre, sólo él determina su destino en la eternidad, sólo él crea a su destino que su alma espera en el reino espiritual....

amén

Traducido por: Bea Gato

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