6169 El Nombre Jesús vence al demonio

19 de enero de 1955: Libro 66

En mi Nombre Podéis mandar al demonio que se aleje, y estaréis liberados de él. Pues tenéis un remedio seguro: el Nombre de vuestro Señor y Salvador que, pronunciado con plena fe, ejerce una Fuerza intensa sobre todo lo malvado, sobre fuerzas que os acosan - fuerzas que actúan por encargo de aquel que es mi adversario. Si les oponéis la Fuerza de mi Nombre, las fuerzas malvadas os tendrán que dejar en paz, porque estas rehúyen mi Nombre para evitar que los toque la destrucción... De modo que siempre solamente tenéis entregaros al Salvador divino y Redentor Jesucristo... sólo tenéis que llamarme a Mí o desear que Yo esté con vosotros para protegeros de lo malvado, y nada de malvado podrá acosaros porque mi Voluntad se opone a toda clase de fuerzas que os quiera causar daño - siempre presupuesto que vosotros mismos queráis ser Míos... que tengáis la firme voluntad de ganarme a Mí mismo y mi Complacencia, de modo que me anheléis conscientemente...

Aunque conste que precisamente entonces mi adversario os atacará con más ímpetu pues procurará con todos medios a apartaros de Mí y os presentará su reino como algo deseable... se os acercará detrás de una máscara, y todo lo que querrá de vosotros os lo hará tan apetecible como posible para ofuscaros, para que creáis que esto no es perjudicial para vosotros. Él ya encontrará los medios adecuados para seduciros, pero mientras vosotros anheléis la unión conmigo, seguro que le descubriréis a él y también sus intrigas.

Cuando vosotros mismos tenéis dudas o os sentís amenazados por mi adversario, siempre conviene que llaméis por Mí... siempre debéis pronunciar el Nombre Jesús con todo fervor. Sólo que no debéis desplazarme de vuestro corazón, porque entonces el adversario no tiene dificultades y vosotros sucumbís a sus intenciones.

Vosotros mismos frecuentemente sois demasiado débiles para oponerle resistencia, y por eso debéis pedir ayuda de Aquel que le conoce y que es su Señor... Una llamada fervorosa os libera del adversario; y si el Nombre Jesús está pronunciado con profunda fe, entonces produce Milagros. Porque en Él me llamáis a Mí mismo - vuestro Dios y Padre desde toda eternidad... El que verdaderamente no os cederá a aquel contra quien lucha por vuestras almas - si vuestras almas mismas me anhelan...

Amén.

Traducido por: Ion Chincea

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