6152 Comunión...

2 de enero de 1954: Libro 66

Así que aceptad el pan del cielo y festejad con ello... siempre seréis alimentados por Mí, siempre podréis recibir de Mí lo que necesitéis para que vuestra alma madure... siempre se os ofrecerá comida y bebida si siempre lo anheléis... Todo el que viene a Mí para comulgar Conmigo, se saciará en Mi mesa, lo que necesite se le dará en abundancia, nunca tendrá necesidad de padecer carencia, porque Mi mesa está ricamente puesta para todos, y no rechazo a nadie, porque todos tenéis necesidad de fortalecimiento para vuestra alma, todos vosotros sólo podéis dar vida a vuestra alma si le lleváis comida y bebida, que de Mí recibís abundantemente...

Pero nadie vendrá a Mí a cenar Conmigo que no sienta amor por Mí, porque sólo el alma tiene hambre del pan del cielo que se ha formado para amar... y sólo el amor la impulsa a donde encuentra plenitud... a Mí, en Mi mesa de las ofrendas, donde puede recibir la prueba de Mi amor, donde con alegría acoge Mi Palabra, que es el refrigerio y le da fuerza y hace que su amor sea cada vez más profundo... Los que no Me aman, no se sienten atraídos por Mí, ni Mis dones les atraen, porque buscan el cumplimiento de sus deseos en otra parte... Ellos sólo buscan lo que da bienestar al cuerpo, pero no piensen en su alma.

Sin amor no hay conexión entre el hombre y Yo, y así que la comunión no puede tener lugar sin amor... ¿Comprendéis eso? Sólo el amor crea una unión... nada más... Y solo una persona que se ha vuelto amor también escucha Mi Palabra... recibe los dones de Mi amor; solo a él puedo dar el pan del cielo, solo a él puedo alimentar y dar de beber con Mi carne y Mi sangre... con pan y vino que asegura la vida a su alma... ¿Cómo podría una persona sacar la fuerza de Mi Palabra que está completamente sin amor... que se encuentra a una gran distancia de Mí...¿Cómo podría recibir de Mis manos lo que le hace feliz si no se acerca a Mí... si él crea un abismo entre nosotros a través de su falta de amor que no puede ser salvado sin amor?

Debe venir a Mi mesa, a Mi casa, donde Yo como anfitrión, donde reparto Mis dones. Pero el camino que lleva hacia Mí es siempre el camino del amor... debe tener un deseo por Mí Mismo, y Yo lo encontraré para guiarlo a Mi mesa... Y entonces podrá recibir ilimitado, para que pueda continuar su camino en la tierra fortalecido y renovado, para que alcance su meta. Le daré pan y vino que son los únicos alimentos para su alma... Le llevaré Mi Palabra, que es bendecida con Mi fuerza, le hablaré y le daré la verdad, le daré lo único que conduce a la meta, lo que asegura la vida eterna a su alma... Pan y vino... Mi carne y Mi sangre... Mi Palabra que Yo Mismo he bendecido con Mi fuerza... amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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