B.D.-Nr. 4820

Condición en el más allá....

Una vez que hayáis pasado por la puerta de la muerte, ya no sentiréis el caparazón físico, sino que podréis moveros fácil y libremente, nada os impedirá permanecer donde queréis; No se ejercerá ninguna coerción sobre vosotros. Sin embargo, este estado también puede ser doloroso para vosotros, es decir, cuando estáis en las tinieblas, cuando no hay luz a vuestro alrededor y no podéis ver nada.

Esta ceguera espiritual está relacionada con una falta de fuerza total y con una debilidad de la voluntad que no puede salir de su letargo. Pues no hay nada perceptible desde afuera que os influya, porque puede haber todavía un grillete dentro de vosotros que os impida vivir, es decir, una actividad según la voluntad de Dios, que sin embargo, está permitido llevar a cabo a todas aquellas almas receptivas a la luz cuando dejan la Tierra y son, por tanto, llevados a un reino donde siempre pueden ver las cosas más bellas.

(20.01.1950) Habitar este reino con todo su esplendor es una felicidad inmensurable para las almas difuntas, pues dejan atrás todo lo espiritual, pesado, doloroso e imperfecto y ahora están en conexión espiritual con seres espirituales llenos de amor, sabiduría y poder. Y desde ahora el alma toma parte en esto y ve siempre cosas nuevas y cosas que cautivan sus sentidos espirituales; Ve creaciones que son extremadamente gloriosas de contemplar en su forma y no pueden compararse con las creaciones terrenales.

Además, ya no está atada ni al tiempo ni al espacio; Ella puede quedarse donde quiera y desplazarse tanto al pasado como al futuro. Para ella no existe la ley del espacio y la ley del tiempo una vez que el alma se ha vuelto perfecta, es decir, ha encontrado la entrada al reino de la luz. Sin embargo, allí los grados de luz son diferentes, lo que estimula un esfuerzo cada vez más ferviente y también une a los seres entre sí para poder crear y dar forma con un poder unido. Obrar en el amor es también la ley más alta en este reino, por eso los seres de luz trabajan unos para otros en perfecta armonía, dando y recibiendo felicidad. Pero su trabajo constante está dedicado a las almas de las tinieblas, a quienes conocen y quieren ayudarlas en su mayor necesidad de manera instruyendo.

Donde hay oscuridad espiritual, tampoco hay instinto de vida; Los seres son completamente apáticos, a menos que estén ardiendo de ira y sedientes de venganza y estén en constante conflicto entre sí. Estos últimos necesitan un sinfín de tiempos para calmarse y caer en un estado apático. Pero sólo entonces podrán recibir ayuda de los seres de luz. En contraste con éstos, los seres imperfectos en su mayoría están llenos de amor propio y por ello tienen difícil acceso a las Enseñanzas que contiene el mandamiento del amor.

Pero los seres de luz están llenos de paciencia y nunca se cansan de ayudarlos, por lo que casi siempre se puede esperar un acceso espiritual, una vez que los seres han dejado de lado sus malos impulsos y ya no buscan destrozarse unos a otros. El estado de apatía es siempre la etapa preliminar del despertar del sueño, y sólo se requiere un apoyo amoroso para que estas almas también reciban un destello de luz y puedan ver. Pero a menudo esto lleva mucho tiempo, porque incluso en el reino espiritual se da prioridad al libre albedrío, y este debe permanecer intacto si el ser quiere alcanzar la salvación....

Amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.