4616 El obrar del Espíritu - Profecía sobre el fin

17 de abril de 1949: Libro 53

Es una gran Gracia indescriptible, la que se os participa, si Yo mismo os hablo, y de ese un modo entráis en el circuito de Mi Amor. Pero en plena conciencia tenéis que querer servirMe a Mí. En libre voluntad tenéis que haberos ofrecido a Mí como servidores, de otra forma no os puede ser afluida esa Gracia sumamente grande. Tenéis que querer trabajar para Mí y Mi Reino. Esa seguridad en forma de voluntad tiene que ser dada primero, después de la cual puede entrar primeramente en acción el obrar de Mí Espíritu de una forma que es fuera de lo común y por eso raramente es reconocido por los hombres como Mí obrar.

Pero donde sucede ese procedimiento por la volutad del hombre, allí estoy Yo detrás protegiendo y rechazo todas las fuerzas espirituales que quieren intervenir molestando o desmoralizando.

Y de este modo oíd ahora lo siguente: Me da lástima la humanidad, y Yo percibo cada grito de ayuda y Misericordia. Yo concozco también la voluntad y ambición de mis fieles. Pero veo también clara y lúcidamente la influencia de Mi enemigo en su resultatdo y el fracaso total de la mayor parte de la humanidad y también a ellos va dirigida Mi Misericordia, sólo que es otro el camino a la salvación, de cómo vosotros os lo imagináis. Y por eso no puede haber ningún aplazamiento más, por eso es inalterable Mi Plan desde la Eternidad, y por eso llamo la atención a los hombres incesantemente sobre eso que en poco tiempo vendrá. Ahora que quien sabe sobre Mi Plan de salvación eterna, ese debiera ser activo como cooperador, para Mi Reino, de lo contrario ese saber no se le hubiera dirigido a él, no sería receptivo para ello.

Sin embargo, la noticia de Mi Plan de salvación tropezaría siempre con resistencia y no obstante es ella la más profunda verdad, porque Mi Palabra tiene que cumplirse, por medio de la cual fue profetizado el fin desde el comienzo de esta época. Y el fin sucederá cuando el estado espiritual de los hombres haya alcanzado un grado en el que el fin sólo significa ya la salvación para lo espiritual que ha fracasado. Mi Misericordia no deja que nada se pierda para siempre eternamente, y por eso todo lo que sucede tiene por argumentación Mi Amor hacia lo irredento.

Mi Plan de la Eternidad, es para la mayoría de los hombres incomprensible y por tanto inadmisibile, no obstante debieran reconocer Mi Obra. Pero no podrán negar que fue profetizado su fin, y que cada vez de nuevo fue confirmado por videntes y profetas. Y por eso sólo el momento o la fecha es indeterminado, lo cual sólo lo determino Yo, pero jamás los hombres, y por eso os daré la prueba a vosotros los que sois incrédulos, pero para vuestro espanto porque a causa de vuestra incredulidad os adormecéis y arrulláis en seguridad y por eso os espantaréis de mucho, muchísimo miedo, pues sucederá así como ha sido anunciado en la Palabra y en la Escritura.

Amén

Traducido por: Meinhard Füssel

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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