4083 Consecuencias de observar y no observar del orden divino...

13 de julio de 1947: Libro 50

Cumplida la ley de la eternidad y viviréis en la eternidad... Lo primero significa vivir según la voluntad de Dios, en la que se basa Su ley del orden, y encontrar así la unión con Dios, que garantiza la vida eterna. Y así el Legislador primero debe ser reconocido y aceptado; el hombre debe someterse a Su ley; debe querer lo que Dios quiere, por lo tanto, someter libremente su voluntad a la voluntad divina y, por lo tanto, anunciar su completa pertenencia a Dios y esforzarse hacia Él en el libre albedrío. Entonces se ha roto la resistencia que permitió que lo espiritual encarnado como ser humano permanecía separado de Dios por un tiempo interminablemente largo... La separación de Él es muerte, la unión con Él es vida... Y quien una vez haya encontrado la unión con Él como ser humano, nunca más estará separado del Amor eterno, que atrae hacia sí todo, lo que no lo resiste fundamentalmente.

Pero ahora es de particular mérito para una persona si trata de hacer más en la tierra de lo que realmente es su tarea... no sólo para trabajar en su propio desarrollo ascendente, es decir, para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, sino también para ocuparse de la salvación del alma de los semejantes y asumir una tarea sumamente beneficiosa porque es una obra para el reino de Dios. La tarea consiste en presentar la voluntad divina a los demás seres humanos y mostrarles el camino que conduce a la meta, a la unión con Dios. Por lo que el ser humano debe ser instruido sobre las consecuencias de obedecer y desobedecer el orden divino para que éste ahora luche por la vida eterna y no sucumba a la muerte.

Esta es una misión que corresponde plenamente a la voluntad divina, que no se ordena al hombre, sino que es puramente un acto del libre albedrío. Es, pues, un grado creciente de amor a Dios y al prójimo lo que determina al hombre a ofrecerse a Dios para esta misión, y su voluntad es valorado dos veces por Dios y, en consecuencia, recompensada ya en la tierra a través de un don de gracia extraordinarias, que a su vez impulsan al hombre y también lo califican para llevar a cabo el oficio de enseñanza relacionado con esta obra.

Pero el don de gracia es la Palabra divina que pone al hombre en un conocimiento elevado y lo forma para esta actividad docente. Por consiguiente, también para un hombre que recibe directamente de Él la Palabra de Dios, debe llegar indudablemente el día en que comienza su misión, y el hombre que recibe directamente la Palabra divina es ciertamente también llamado por Dios cuando haya llegado el momento de su actividad en la tierra, para la obra para el reino de Dios.

(13.07.1947) Porque sólo cuando a los hombres se les da el conocimiento de la voluntad de Dios, de la ley del orden eterno, pueden rendir cuentas. Pero antes de que este conocimiento no se les haga accesible, no se les puede contar como incorrecto si violan el mandamiento divino. Por eso debéis estar activos diligentemente como obreros en la viña del Señor y tratar de transmitir el Evangelio a vuestros semejantes... y darles a conocer la voluntad divina a fin de prestarles ayuda sí están en gran necesidad espiritual, y ni saben del sentido ni del propósito de la vida terrenal, ni de la urgencia de un cambio según la voluntad de Dios.

Sólo entonces pueden cumplir la ley, sólo entonces pueden entrar en contacto con Dios y recibir gracias extraordinarias. Y bienaventurados los que absorben la Palabra de Dios aún antes de la disolución general, porque les será fácil conocer la ley de Dios y traerán grandes bendiciones a los que aún están muertos en espíritu. Porque estos pueden ser despertados a la vida y asegurarse la vida eterna en el reino espiritual...

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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