4079 Palabra de Dios; carne y sangre.... Pan del cielo.... Unificación....

8 de julio de 1947: Libro 50

El deseo por el alimento espiritual es una señal segura de la elevación a lo más alto, y este deseo siempre se cumple en la medida en que distribuya Mi regalo y satisfaga a las personas con el pan del cielo, que las llevo a Mi mesa y les ofrezco la Cena del Señor, que les deje probar Mi carne y Mi sangre, para que se refresquen de ello y sean bendecidos....

Definitivamente conseguirán su objetivo, una alta madurez del alma, que les garantiza Mi cercanía en la tierra y en el reino espiritual. porque quien toma Mi Cena, ya está íntimamente ligado a Mí, y sentirá Mi cercanía porque Me escucha y recibe Mi Palabra, él come Mi carne y bebe Mi sangre, y así, él Me recibe a Mí Mismo, si él, añorándome a Mí se deja alimentar con el pan del cielo que le da Mi amor....

Yo soy el pan de la vida, él que Me come nunca morirá para siempre.... Le dije estas palabras a la gente y no Me entendieron porque solo aquello que tiene el amor en sí capta el sentido espiritual.... Pero no tenían amor y, por lo tanto, asumieron literalmente lo que tendría que haberse comprendido espiritualmente. Asimismo, la gente de hoy en día aún no ha penetrado en la profundidad de Mi Palabra, tampoco comprende el significado espiritual y por tanto tiene una concepción errónea de la Cena del Señor, de la alimentación en la mesa del Señor. Ciertamente tratan de actuar de acuerdo con Mi Palabra para recibir la Cena, pero no conocen Mi voluntad, y cuando les anuncio esta Mi voluntad a través de Mis sirvientes despiertos, no lo creen y se aferran a lo que ellos ya han aceptado como erróneo....

Yo Mismo Me ofrezco a ellos en la Palabra, y quien Me recibe en su corazón con el corazón hambriento, este recibe la comunión, es alimentado y regado por Mí, este come Mi carne y bebe Mi sangre, es decir, Me recibe con la Palabra, Yo, Quien soy la Palabra hecha carne desde la eternidad.... Mi sangre es la fuerza que fluye a través de él, si Me recibe a Mi Mismo en su corazón, pero debe anhelarlo, de lo contrario solo oye el sonido vacío, de lo contrario, la Palabra no cobra vida en él. Pero quien Me añora y desea escuchar Mi Palabra, también vive en el amor, porque el Amor y Yo somos Uno. Y nadie Me deseará ni Me amará, a quien el obrar en amor es ajeno.

Pero siempre hablo del deseo del corazón, y no del tartamudeo de la boca, de palabras vacías que siempre dicen lo mismo, pero que no se sienten en el corazón. y esto debería ser motivo que la gente critique seriamente, si y cuando ella desee Mi Palabra en su corazón.... Porque solo entonces recibirán la Cena del Señor, solo entonces podrán decir con convicción: Yo Mismo estoy con ellos en la Palabra.... Y entonces experimentarán el mayor misterio, se unen Conmigo a través del amor.... El deseo de Mi Palabra expresa el amor que sienten por Mí, y el amor Me atrae, el amor se Me expresa a Mí, y frente al prójimo....

La persona amorosa estará continuamente activa y servirá desinteresadamente al prójimo y, por lo tanto, cumplirá Mi voluntad como a Mí Me agrada. Y a este proporcionaré constantemente el pan del cielo y constantemente le daré el alimento espiritual, él nunca irá con las manos vacías de Mi mesa, se unirá constantemente Conmigo, es decir, comunicarse Conmigo con cada recepción de Mi Palabra, porque Yo Mismo soy la Palabra y entro en unión íntima con él, si su corazón desea comida espiritual y bebida espiritual....

Amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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