2917 Voluntad de hacer el bien... Mayor fuerza...

10 de octubre de 1943: Libro 37

La voluntad de hacer el bien permitirá también que fluya mayor fuerza al alma para vencer los deseos del cuerpo, porque siempre se tiene en cuenta el libre albedrio del ser humano; las corrientes de fuerza siempre serán más fuertes o más débiles correspondientes a esta voluntad, la transmisión de fuerza a través de los portadores de luz es de diferente potencia tanto en la tierra como en el reino espiritual, porque para esto el alma tiene que abrirse primero para poder recibirla, y esta apertura es siempre el resultado de la voluntad. Y en consecuencia, la voluntad dirigida hacia el bien, es decir, hacia Dios, aceptará sin resistencia cualquier corriente de fuerza, el ser humano estará dispuesto a recibir lo que el amor de Dios le ofrece.

Y entonces también el alma puede madurar; puede, sin obstáculos del cuerpo, unirse al espíritu dentro de sí misma, no tendrá que temer ninguna oposición, porque también el cuerpo se une a este esfuerzo y ya no es tan accesible a las tentaciones del mundo, incluso si a menudo se acercan a él para probar y aumentar la fuerza de la voluntad. Y cuanto menos resistencia se opone a la obra de los portadores de luz, más exitoso es el caminar por la tierra para el alma porque comienza a soltar sus cadenas, se esfuerza por la libertad del espíritu y solo aprovecha el último tiempo de su vida terrenal para superar la materia, lo que también le otorga un ligero desapego de la forma cuando su carrera terrenal ha terminado.

Pero el hombre puede decidir sobre sí mismo, puede recurrir a cualquier poder, tanto el bien como el mal, no se le impide, sino que es guiado en el cuidado amoroso, para que le sea fácil volverse a Dios. Pero si desarrolla el bien en sí mismo, eso depende de su voluntad, y por eso también es responsable de su voluntad; él es también el moldeador de su voluntad, por así decirlo, y también debe soportar los efectos sobre sí mismo, porque también se enseña en todas las situaciones de la vida que y por qué debe decidirse por Dios en la última etapa de su desarrollo.

Nunca está sin conocimiento de ello, porque si este conocimiento no le llega de afuera por medio de instrucciones, por la Palabra divina, también puede oírlo de adentro por la voz de su conciencia, que originalmente le enseñaba fuerte y audiblemente, pero a través de su propia voluntad también puede ser silenciada. Pero si el alma logra hacer el cuerpo sin voluntad, es decir, adaptar su deseo completamente al deseo del alma, entonces el alma usa toda la voluntad para el bien, entonces se esforzará constantemente hacia arriba y aceptará la transmisión de fuerza del reino espiritual, que tendrá como resultado su perfección espiritual porque el poder del reino espiritual conduce inevitablemente hacia arriba...

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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