Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8892

8892 El dia del final se cumplirá

10 de diciembre de 1964: Libro 93

A todos vosotros que actuáis para Mí, os he asegurado Mi Protección, sin embargo, el trabajo tiene que ser ejecutado imperturbablemente, porque no queda ya mucho tiempo donde aún podéis actuar en libertad. Y vuestra misión consiste en informar a los hombres en la dádiva de Gracia, de la que está a disposición de todos los que quieran servirse de ella, a los que se síenten afectados de ella, de Mi Palabra y quieren que Yo les hable, igualmente.

Yo no puedo hablarles evidentemente, porque los hombres no están preparados para la percepción de Mi Palabra. Pero Yo puedo hablarles a través de vosotros y darles explicación sobre la finalidad de su vida terrena. Y por eso habládles vosotros donde haya ocasión, pero donde seáis rechazados, allí sacudíros el polvo de vuestros piés y continuad adelante.

El tiempo es sólo muy corto que aún tenéis a disposición, pronto estaréis impedidos y sólo podréis ser en silencio activos, pero todo aquel que aprovechara antes la Gracia dada, se sabe también en Mi Protección, soportará el próximo tiempo sereno. Mas vosotros, los que queréis servirme a Mí, podéis adquiriros muchos tesoros espirituales, pues vuestra actividad será muy estimada, ya que es por la salvación de almas erradas, a las que preserváis de la suerte del nuevo cautiverio.

Y por eso debéis sentiros guíados siempre de Mí, nada se os dirige a vosotros arbitrariamente, todo está prefijado por Mí, de tal modo, en verdad, que sólo procederéis y haréis lo que está en Mi Voluntad. Pues con pasos agigantados viene acerándose el fin. Y a todos os sorprenderá, pues el día será cumplido en el que Yo he resuelto el fin de esta tierra. Y por mucho que quieran dudarlo los hombres, por mucho que ellos le rindan homenaje al mundo, tendrán que dar todo, y sólo será decisivo el estado de su alma para la suerte ulterior.

Y los hombres que traten de elevar ese estado del alma, y para ello es necesaria Mi Palabra, para que sepan acerca de Mi Voluntad. Tan pronto como tengan tan sólo la mínima voluntad de vivir correspondientemente a Mi Voluntad, recibirán también la fuerza para ello, y esta fuerza la sacarán igualmente de Mi Palabra. Y entonces está asegurado el estado de madurez también, pues la voluntad dirigida a Mí es prueba de voluntad aprobada.

En cuanto vosotros, Mis servidores, podáis, pues, motivar a los hombres a que crean en Mí, en cuanto podáis moverlos a un amor desinteresado al prójimo, para que así despierten ahora esa fe en Mí a la vida, entonces me habéis prestado en verdad un buen trabajo en la Viña, y vuestra recompensa no faltará en el reino espiritual. Y Yo os llevo aún las almas en el camino en las que debéis ejecutar esa obra en la Viña, os llevo a las almas que son dóciles en aceptar la Palabra que Yo les ofrezco a través de vosotros y que serán entonces aptas también de vivirla.

Y así divulgáis la luz que irradía en vosotros, la que nunca jamás puede ser extinguida y la cual os hará inconmensurablemente felices, mas la que no tenéis que poner debajo de la fanega, de tal modo que no sea difundída, que para eso la dirijo a la tierra. Todos vosotros, los que os habéis puesto a Mi servicío, estáis llamados a divulgar Mi Palabra, y aunque os lo impída Mi adversario. El no tiene poder de ir en contra, tan pronto como vosotros os toméis a pecho ese trabajo. Pues Mi Palabra es Luz e irradía Luz, y él huye de la Luz, porque es Mi Irradiación. Jamás podrá extinguír él, por eso la Luz de lo alto mientras vosotros mismos estéis fielmente consagrados a Mí. Pero sí os atormentará con apuros, para que hagáis su voluntad, y entonces tenéis que resisterle y estar siempre conscientes de que queriáis servirme, y se apartará de vosotros. Pues esta voluntad vuestra no la puede vencer. Y todo hombre que me quiera servir por eso, lo agarro Yo con todo Mi Amor y lo guío a través de toda oposición. Pues me ha conocido abiertamente y por eso experimentará Mi Asistencia manifiesta. Pues vosotros sois Mis discípulos del tiempo final, mediante los que Yo todavía quiero actuar hasta la hora del fin del mundo.

Amén

Traducido por Bea Gato