Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8846

8846 El saber proporcionado a tavés del "Obrar del Espíritu" supera al de un saber estudiado

27 de agosto de 1964: Libro 93

Quien quiere servirme en la Verdad, ese tiene que representar también la Verdad ante los hombres, porque él la recibe a través de la Voz del Espíritu. Es eso una ventaja tal, la que él no puede apreciar suficientemente, pues él está de ese modo en posesión de la pura Verdad que nadie puede quitársela. Y andar en la Verdad, significa encontrarse en la luz, que la oscuridad no puede hacerle ya nada.

¿Hay algo más bello en la tierra que poder participar de la luz; de encontrarse en el Sol de la Gracia, el que ilumína todo claramente y da a los hombres el conocimiento más lúcido? Y su misión es dejar que sus semejantes participen también, encender en ellos una luz clara también, y ahuyentar por eso la oscuridad que los carga.

Pero en todas partes os opondrán resistencia, pues sólo los hombres que están dispuestos a aceptar la Verdad, los que ellos mismos la solicitan de Mí, a los que Yo Mismo puedo entonces acercarme también y a través de vosotros hablarles. Y Yo conozco a sus corazones; Yo sé que ansían estar en la Verdad y salgo al encuentro de ellos todos, los que tampoco os rechazarán.

No obstante, son estos, pocos sólo, los que están ahora por eso en la plena Verdad, porque es demasiado evidente en el mundo la presunción espiritual. Una enseñanza de esta forma como sucede en vosotros, encuentra raras veces crédito. En cambio creen los hombres en poder llegar, a través del estudio, a descubrir los misterios; y por eso se les da a ellos más crédito. Y por eso padece el mundo entero, porque sólo se sienten aquellos llamados para instruír a sus semejantes que en su saber están mucho más atrás, inferiormente a vosotros, porque no sacan su saber del Manantial.

Yo solamente de Mi Mismo puede partir la Verdad de la forma más pura. Jamás ha sido exigido por Mí un estudio en cuestiones espirituales. Todo lo que se refiere a vuestra vida espiritual, me lo he reservado a Mí Mismo y se lo participo a los que anhelan de Mí Mismo estar en la Verdad y por eso me lo piden, y estos estarán bien enseñados también y sobrepasan en mucho en su saber a uno que está "estudiado".

Pero si Yo encargo a un portador de la Verad a que salga afuera con el idearío que él posee, a instruír a los hombres, me preocuparé Yo también de que estéis reunidos con aquellos que debéis instruír y tendréis en ellos oyentes solícitos.

De ahí que vuestra misión es de una gran importancia, y no os dejéis retener por parte de los que no están autorizados, pues Yo veo a aquellos como "no autorizados" a los que no creen en vuestra misión, que les oponen una prueba tan evidente de Mi obrar a su incredulidad, pero los que de por sí mismo se ponen una función instructiva que no le corresponde tanto tiempo, hasta que no hayan recibido la Verdad de Mi Mismo, y para eso se exige siempre una vida en el amor.

Entonces se hará también en ellos la luz, pero entonces no se opondrán a vosotros, pues encontrarán tan sólo el complemento de un saber aún confuso. Aceptarán luego lo que vosotros les ofrecéis, pues ahora reconocen el origen divino y son felices de que se les aclare lo que ellos no podían ver claramente.

Y estarán agradecidos de que ellos puedan también refrescarse y deleitarse del Agua de la Vida, sacando de ella, y de que se les abra a ellos el Agua de ese Manantial.

Amén

Traducido por Pilar Coors