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8815 El precursor

19 de junio de 1964: Libro 93

También a esta pregunta quiero Yo darte una respuesta, pues es de gran importancia que vosotros, los que recibís Mi Palabra, no incurráis en un razonamiento erróneo, porque muchos son del parecer de que son el precursor vendrá en por mucho tiempo anunciado, que anunciará Mi Venida. Sin embargo, os digo siempre de nuevoel tiempo del anticristo, que anunciará Mi venida. Sin embargo, os digo siempre de nuevo que el precursor vendrá en el tiempo del anticristo, que su aparición coincidirá con él, y que lo reconoceréis también entoces. Su aparición será sólo de poca duración, y aparecerá cuando los hombres que van buscando fuerza y consuelo lo necesiten. De modo que lo podréis esperar entonces, cuando empiece la última fase, cuando la catástrofe natural haya pasado, cuando un tirano se vuelque sobre el trono, al que claramente podéis reconocer como el anticristo que deja encender la lucha de la religión.

Es entonces cuando se destacará aquel que es “la voz de que clama en el desierto “ y que claramente dará fe de Mí y de Mi Reino, mas no lo supongáis ahora ya, pues aún no le es conocida su misión, pero cuando se presente lo reconocerá todo el mundo en la fuerza de su palabra y voz. Además, que él tampoco desea ser conocido como el que grita en el desierto, pero es él, y hablará impulsado por el espíritu en sí, porque su anhelo de testimoniar a favor de Mí, de anunciar Mi venida y de estimular a los hombres a que cambien, es en él tan grande que deja de tener en cuenta todo miramiento de qua está hablando en medio de enemigos que quieren captuarlo.

Tened presente que el tiempo del fin no ha llegado todavía, que todavía existe libertad de expresión, lo que pronto cambiará en cuanto haya tenido lugar Mi intervención, cuando la desgracia entre los hombres sea tan grande que uno se ofrezca a remediarla. Entonces también ha llegado el tiempo de éste, pues él es el último de los profetas y quien lo escuche recibirá gran fuerza.

Se os ha dicho, siempre de nuevo, que él será un hombre sencillo, cuya fuerte elocuencia no podéis sospechar en él porque va lleno de humildad. Mas de repente se le manifiesta en él, y reconoce repentinamente su misión y llega a ser un orador que hablando potentemente de Dios, anunciará a todo el mundo Mi Nombre y no temerá luchar por Él. Él me declarará como el Salvador de la humanidad y luchará por Mí y Mi Reino. En esto vaís a reconocerlo, en que me enaltece a Mí Mismo como la Palabra hecha carne; en que realza claramente Mi encarnación en Jesucristo, confirmando que no hay ninguna diferencia entre Yo y Jesús, reconociendo a Jesús como Dios.

Sus palabras coincidirán con Mi Enseñanza que os llega de arriba; esto es la señal de que es él, Juan Bautista, la voz que clama en el desierto, Mi precursor, que ha vuelto para anunciarme a Mí, y Yo Mismo vendré poco después a rescatar a los Mios cuando se encuentren en los mayores apuros de sus almas.

Cada vez de nuevo habrá hombres que se imaginan ser la encarnacion de Juan y los aclararé diciéndoles que éste se dará extraordinariamente a conocer y que no se le puede buscar en círulos donde haya hombres que se imaginen sentir llamados. Él vendrá de donde menos lo imagináis. Que esto os baste, a los que lo esperáis prematuramente, pues aún no ha llegado el tiempo, pero no se hará ya de esperar mucho.

Entonces todo ocurrirá sucesivamente, ya que para él no habrá una larga duración de vida, pagará con la muerte su obra sobre la tierra.

Amén

Traducido por Pilar Coors