Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8803

8803 El Derrame del Espíritu sobre los discípulos - también ahora

16 de mayo de 1964: Libro 92

Os prometí que me quedaré con vosotros hasta el fin - y mi Palabra es Verdad. Pero para esto os puse una condición: Que debéis preguntarme... que debéis desear que Yo os dé la respuesta - Yo, que soy la eterna Verdad. Para eso vosotros mismos debéis poneros en contacto conmigo, y recibiréis lo que pedís. Porque el Derrame del Espíritu no lo recibieron únicamente mis discípulos - pues todas estas ventajas no llegaron solamente a ellos... porque todas estas ventajas corresponden a todos los que estaban en una unión tan íntima conmigo que Yo podía agraciarlos como a mis primeros discípulos.

Y este efecto producido en los míos está presentado como único... como algo que sólo se refiere a “mis primeros discípulos” - como proceso único... Por eso no se ha tomado nota del efecto de mi Espíritu producido en el hombre; pero precisamente este efecto de mi Espíritu en el hombre es aquello por lo que se me reconoce como vuestro Dios y Creador, porque precisamente esto establece el vínculo entre Yo y los seres humanos.

Yo solamente necesito un corazón receptivo para la Corriente de mi Fuerza de Amor... un corazón en el que Yo pueda afluir para revelarme en él... Y mis Revelaciones son un saber profundo acerca de lo que habíais perdido. Debéis volver a saber lo que fuisteis, lo que sois y lo que debéis volver a ser... debéis recibir conocimientos sobre todo esto, con lo que habrá Luz alrededor de vosotros.

Yo podía derramar mi Espíritu sobre mis discípulos porque ellos estaban completamente unidos conmigo... porque ellos cumplieron con todos requisitos previos que eran condición para que mi Espíritu pudiera surtir efecto en ellos - y porque Yo, antes, he realizado la Obra de Redención de su culpa del pecado original.

Entonces mis discípulos estaban colmados de mi Espíritu. Y ahora, por mi encargo, pronunciaron lo que Yo mismo les hablaba. Ahora podían enseñar por encargo mío y predicar a los hombres mi Evangelio. De modo que Yo me quedaré con vosotros hasta el fin, pues Yo ascendí a las Alturas, con lo que sólo quería manifestaros mi Presencia. Y siempre tenéis que volver a experimentarla y no tomaros como abandonados, ¡porque mi Espíritu está continuamente entre vosotros!, con lo que estáis íntimamente unidos conmigo.

Os enseñaré y aumentaré vuestro saber, para que podáis decir con razón: “el Espíritu de Dios surte efecto en mí”. Y Yo puedo enseñaros únicamente en la Verdad, tal como os lo anuncié con las Palabras: “Yo quiero enseñaros en la Verdad, y os acordaré a lo que Yo os había dicho”.

Amén.

Traducido por Ion Chincea