Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8722

8722 Ignorancia e incredulidad en el discurso de Dios...

11 de enero de 1964: Libro 92

Caminaréis en la verdad si Me dejáis enseñaros... Pero la mayoría de vosotros no sabéis de un proceso tan natural, porque Yo como Padre siempre hablaré a Mis hijos si vosotros mismos estáis dispuestos para escucharme. Y tampoco tendréis que temer nunca que seréis engañados, porque Yo Mismo soy la verdad... y, sin embargo, también debéis aceptar y evaluar con gratitud un don de gracia tan grande, de lo contrario no se os puede dar un conocimiento, que os da una idea de todas las áreas.

Por eso sólo puedo considerar a aquellos hombres que Me ofrecen la certeza de que hacen un buen uso del bien espiritual, que ellos mismo lo aceptan en sus corazones y entonces también se encargan de difundirlo con lo mejor de su voluntad y capacidad... Por eso la aceptación de Mi Palabra de lo alto obliga al que la recibe a transmitir lo que recibe de Mí y lo que su prójimo necesita para la maduración de su alma... Pero entonces también puede estar seguro de que encontrará apoyo en Mí en todos los sentidos, Yo que en verdad sé con qué urgencia es necesario que los hombres tomen nota de Mi Palabra, porque necesitan tanto la fuerza como la luz y ambos se les ofrecen en forma de Mi Palabra.

Pero el prójimo al que se lo ofrecéis también debe estar dispuesto a aceptar Mi precioso bien espiritual. Y siempre depende del libre albedrío, que él saca una bendición de ello, que también reciba luz y fuerza y avance en su desarrollo... algún hombre gozará del pan de espíritu con verdadera hambre y se refrescará con el agua viva, y ciertamente también sacará la fuerza de la Palabra y madurará en su alma...

Para otros sólo será una lectura, que es más aceptado por el entendimiento que por el corazón del hombre, y no les puede fluir el mismo grado de fuerza y luz, porque su voluntad no desea otra cosa que solamente apropiarse un conocimiento, que entonces también puede llamarse como conocimiento mundano, incluso si tiene un conocimiento espiritual... Pero el alma no lo usa para su salvación... solo el entendimiento del hombre lo trata y elige temas espirituales porque está interiormente impulsado por el alma, pero no transmite al alma lo que necesita en cuanto al alimento espiritual.

Pero Yo sé en qué necesidad se encuentran las almas que caminan sobre la tierra, si no se proporciona obviamente ayuda de Mi lado. Y por eso busco dirigirme a las almas de manera paternal para que se sientan como niños y luego se acerquen a Mí con confianza. Y entonces también puedo alimentarlos con el pan del cielo, puedo guiarlos al manantial donde pueden sacar el agua viva...

El desconocimiento de los seres humanos sobre el proceso de las revelaciones divinas ya es una prueba de lo lejos que están de su Padre y de que aún no han establecido Conmigo la correcta relación infantil... Porque la correcta relación Conmigo les parece completamente natural que pueden hablar con el Padre. Y escuchan lo que les digo. Siempre es decisiva la voluntad de estar íntimamente conectado Conmigo y de ser aceptado por Mí como un hijo, que el padre quiere hacer feliz en cualquier momento.

Y eso incluye una firme creencia en Mí como Dios y Creador, Que como Padre quiere hacer felices a Sus hijos con amor... Entonces el pensamiento de que el Padre se comunicar con Su hijo será aceptable y entonces también tendrá la comprensión para las revelaciones divina y tomarlas en serio como la única verdad. esta es la forma más fácil para regresar a Mí, como ser humano en la vida terrenal, porque si se toma este camino, que el ser humano desde niño forma un vínculo estrecho con su Padre, entonces el Padre también toma completa posesión de él, y ya no le deja al enemigo... Porque entonces tengo derecho al ser una vez creado por Mí, porque quiere volver a unirse a Mí y Me reconoce como su Dios y Padre.

Pero cuando el final está cerca, casi nadie cree que Dios Mismo Se revela... Me ve como un ser muy lejano, si todavía cree en un Poder Que le dio la vida. Y, sin embargo, sólo busco ganarme la confianza del ser una vez creado por Mí, que se entrega a Mí como un niño y crea así el vínculo necesario para escuchar Mi discurso amoroso. Y entonces sólo depende del hombre mismo cómo acepta y evalúa Mis divinas revelaciones... Pero el hecho de que las reciba también le asegura luz y fuerza que nunca quedarán sin efecto...

El hecho de que Yo pueda hablarle, lo estampa también como siervo en Mi viña, y entonces él también cumplirá concienzudamente todas las tareas que Yo ahora le asigno... Ya no vivirá más en la tierra separado de Mí, sino que estar activo Conmigo como Mi siervo y siendo llamado una y otra vez como Mi hijo, que es muy amado por el Padre y también responde Su amor... Entonces nada puede separar al hijo del Padre, entonces el hombre ha alcanzado el objetivo por lo que vive en la tierra... y está y permanecerá unido con el Padre por toda la eternidad...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise