Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8657

8657 Manifestación Paternal

28 de octubre de 1963: Libro 91

Experimentad cada vez de nuevo Mi Amor y Gracia y sentiros autorizados como hijos Míos, a quienes el Padre los abraza en Su Amor y los guía seguros por la vida en la tierra.

Andad todos los caminos en la cociencia de que Yo camino a vuestro lado, de que vosotros sólo necesitáis agarrarme siempre de la mano, si el camino os parece fatigoso y difícil y tenéis que luchar con obstáculos.

En Mí encontraréis siempre el justo apoyo, por muy empinado que vaya el camino. Y tampoco necesitaréis andar en las tinieblas, pues Yo Mismo emito la Luz que os ilumina el camino claramente.

¡Con cuánto gusto llevo a Mis hijos de la mano y les allano todos los caminos, con cuanto gusto les hablo Yo a ellos para hacerlos felices, con cuanto gusto les dejo que sientan Mi Amor de Padre y les demuestro cada vez Mi Presencia, Yo sólo quiero que me devuelvan Mi Amor, entonces reparto ilimitadamente los dones de Mi Gracia, pues en verdad, todo Mi Amor os pertenece a vosotros, los que os unís cada vez de nuevo a Mí mentalmente. Pues Yo sé bien de quien es el anhelo que va dirigido a Mí y a ese le será realizado. Pero mientras permanezcáis aún en la tierra, os retiene prisioneros vuestro cuerpo, y vuestra alma no puede liberarse del todo, siempre está agarrada por la envoltura material, la cual ella misma no está aún espiritualizada del todo, y por eso vuestros pensamientos están siempre todavía sometidos a las limitaciones terrenas, no podéis comprender sencillamente los procesos puramente espirituales, en los que se mueve el alma y se ha movido. Os parecerán muchas cosas increíbles, porque la razón no puede penetrar en sucesos esprituales, los que una vez podréis ver, sin embargo, claramente, cuando dejeís una vez el cuerpo material. Pero esto podéis creerlo, que vosotros, los que me servís en la tierra como fieles cooperadores, podréis moveros pronto otra vez en campiñas bienaventuradas, podéis creerlo, sí, que vosotros pronto olvidaréis de nuevo todas las fatigas y penas de la vida y permaneceréis en alturas luminosas, donde Mi cercanía os hace indeciblemente felices.

Yo envié a Mis mensajeros de luz, a causa de una gran misión, y vosotros admitistéis voluntariamente esta marcha terrenal para ayudarme a Mí en el trabajo de redención a los hombres, que van por la vida de la tierra en la mayor miseria espiritual. Y podéis estar seguros de que Yo os ayudo de todas formas, para que lleveis con éxito hasta el fin el trabajo de vuestra misión.

Pero vosotros podéis también aumentar el grado de vuestra luz con esta marcha por la tierra, y podéis venir tan cerca de Mí, que sentís Mi constante Presencia y vuestra alma as í, se siente más en las esferas espirituales que en la tierra. Y entonces vuestra actividad espiritual, es decir, el trabajo en Mi Viña, está bendecido, porque Yo puedo penetraros e inundaros con Mi Fuerza, la que os rebosa directamente por vuestra entrega completa a Mí.

Y así sucederá también, que prestaréis un trabajo de redención que es tan extenso, como no lo consideráis posible, pues no sólo se extiende en esta tierra, sino mucho más allá en el reino del más allá, y una vez experimentaréis el profundo agradecimiento de todas aquellas almas, que por vuestra actividad para Mí y Mi Reino llegaron a la Luz y se liberaron de los lazos del enemigo.

Mas mientras estéis en la tierra aún, os es oculta esa gran bendición, obráis sólo como hombres en medio de entre los hombres. ¡Bien podéis creerlo, la misión que se os ha sido encargada tan extraordinaria! Sin embargo no sabéis todas las coherencias espirituales, pero las podéis presentir, pues un pequño vistazo, dejo Yo que tenga vuestra alma en Mi Plan de salvación desde la eternidad, y en vosotros mismos también irradiarán rayos de luz que os ilumina por momentos la oscuridad, y a vuestros pensamientos no les están impuestos restricciones, los cuales una vez serán también confirmados, porque Yo dirijo también vuestros pensamientos bien, porque me pertenecéis a Mí.

Poco tiempo permanecéis aún en la tierra, para volver después nuevamente a vuestra patria verdadera, para revestiros de nuevo con el vestido de luz y recobrar el Reino de Luz, del cual habéis salido, para servirme a Mí, y me amaréis luego, cada vez más entrañablemente, a Mí, a vuestro Padre eterno, y os consagraréis a Mí y Mi Amor os cogerá, y estaréis de nuevo unidos a Mí, como lo estabáis en el origen.

Amén

Traducido por Pilar Coors