Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8168

8168 Don de Dios: Chispa de amor...

4 de mayo de 1962: Libro 86

Pero lo que os debe llevaros a la perfección cuando camináis sobre la tierra como seres humanos, eso lo tenía que daros Yo, porque lo habíais renunciado voluntariamente... habíais rechazado toda irradiación de amor y por eso os distanciasteis de Mí... Ciertamente ya no podíais perecer pero os volvisteis incapaz para cualquier actividad... Elegisteis la muerte voluntariamente y así os endurecisteis en vuestra sustancia... y la fuerza irradiada una vez de Mí quedó sin efecto, hasta que Yo mismo la transformé en creaciones de cualquier tipo, que ahora tenían que cumplir sus funciones según Mi voluntad... para traer de vuelta a la vida lo espiritual una vez endurecido... Y sí también alcanza el grado de madurez de se le permite andar sobre la tierra como ser humano...

Pero ahora nunca podríais ascender por vuestras propias fuerzas, porque en la etapa como ser humano carecéis de toda fuerza, ya que una vez la habíais rechazado y ahora Yo tengo que daros esta fuerza, para que podáis lograr la perfección final en la tierra. Y entonces puse una chispa de luz y fuerza... una chispa divina de amor... en vuestro corazón, y a través de esta chispa de amor ahora podéis llegar a esa vida que dura para siempre.

Una vez os separasteis de Mí voluntariamente, pero permanecisteis inseparablemente conectados Conmigo, porque erais una fuerza emanada de Mí, que nunca puede perecer. Pero sólo la unión consciente y voluntaria Conmigo significa vida para vosotros, porque entonces Mi amor puede volver a irradiar haci9a vosotros, lo cual es el epítome de la vida. Y para que pudierais volver a esforzaros hacia Mí, puse una chispa de amor en vuestro corazón, la chispa del espíritu, que forma parte del Espíritu Padre desde la eternidad, que está inseparablemente conectado Conmigo y que ahora trata de influenciar vuestra alma... el ser primordial que una vez Me abandonó... para que se esfuerce hacia Mí, como el Espíritu Padre desde la eternidad, para reunirse Conmigo...

Depende del alma si está dispuesta ahora a hacerlo, pero es capaz de encender esta chispa en sí misma hasta el más alto ardor, y esto también significa una unificación con el fuego del amor eterno, Conmigo Mismo, porque la chispa de espíritu en el hombre empuja incesantemente hacia el Espíritu Padre desde la eternidad y no cesa hasta que la unificación haya tenido lugar. La chispa de Dios en vosotros es el don de gracia más grande de Mi amor, porque de otros modo nunca podríais reunir la fuerza para volver a convertiros al amor, si no estuviera ya en vosotros una chispa del amor divino, que vosotros mismos solo necesitáis avivar para que llene todo vuestro ser y ahora entonces también podáis lograr la perfección en la tierra.

Y siempre debéis ser conscientes del hecho de que esto es un don de gracia Mío, porque vosotros mismos renunciasteis a todo amor cuando os alejasteis de Mí, cuando os alejasteis de Mí por vuestra propia voluntad, cuando rechazasteis Mi irradiación de amor y como consecuencia endurasteis en vuestra sustancia espiritual. Que no podíais perecer no excluyo un estado extremadamente infeliz, que entonces se mejoró lentamente a través de Mi amor infinito, pero que siguió doloroso mientras estabais atados en las formas materiales.

Como seres humanos bien disponéis de una cierta libertad, pero no es un estado afortunado en el que os encontráis, y nunca más cambiaría sin ese don de gracia de amor... la chispa divina, que es Mi parte, que os capacita de nuevo para lograr la transformación de vuestro ser a vuestro ser original, si esta es vuestra voluntad. Porque vuestra voluntad es libre, y la vida en la tierra como ser humano se os ha dado para probar vuestra voluntad...

Podéis reconocerme como vuestro Dios y Creador y tratar de unificaros Conmigo... Pero también podéis comprometeros nuevamente con Mi oponente si ignoráis la chispa divina dentro de vosotros, si no seguís su llamado, cuando sentís que pertenecéis a aquel, que una vez os arrastró a la profundidad y a quien seguisteis voluntariamente... Debéis decidiros voluntariamente en la vida terrenal, qué amo os hacéis vuestros... Pero Mi amor os perseguirá siempre y para siempre, y un día también vencerá porque ningún ser puede resistir a la fuerza de Mi amor para siempre...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise