Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8161

8161 Maduración del alma... Curación milagrosa... Compulsión a creer...

27 de abril de 1962: Libro 86

Dejad que la fuerza de Mi corriente de amor obre en vosotros, abiertos y recibid constantemente luz y fuerza desde lo alto, y así dad a vuestra alma la oportunidad de madurar para que pueda entrar en Mi reino como perfecta cuando llegue la hora de partir de esta tierra... El alma es lo espiritual en vosotros, que solo puede ser considerado espiritualmente, que necesita alimento espiritual para su camino a través de la vida terrenal. El alma es lo que sigue existiendo cuando el cuerpo sea disuelto porque es perecedero mientras sirve de caparazón a lo espiritual aún inmaduro, que ha de volver a ser libre si no se ha unido al alma durante su vida en la tierra, si no fue espiritualizado durante la vida en la tierra... lo que probablemente es posible, pero que solo pasa raras veces. Entonces la materia se disuelve y libera las partículas espirituales, que se remodelan nuevamente para un mayor desarrollo.

Pero el alma ha llegado a la última etapa de su desarrollo en la tierra, y toda vuestra preocupación debe dirigirse ahora hacia ella, para que alcanza su madurez final y pueda volver como espíritu de luz al reino que es su verdadera patria... Y sólo puede alcanzar esta madurez final cuando se deja irradiar constantemente por Mí, cuando recibe luz y fuerza directamente de Mí, al entregarse conscientemente a Mí, abriéndose y dejando fluir Mi corriente de amor en ella, al escucharme cuando le hablo para alimentarla y refrescarla, para darle el alimento correcto, que garantiza su maduración en la tierra.

Y el alma sentirá Mi corriente de fuerza de amor... porque nunca quedara ineficaz donde se ha roto toda resistencia. El hecho de que vosotros los humanos no sentís el mismo efecto físicamente debe ser comprensible para vosotros, porque Yo no ejerceré ninguna compulsión para creer en vosotros mismos o en vuestros semejantes, mientras los humanos tengan que decidir libremente si aceptan o rechazan Mi alimento de alma, para Mi Palabra, que le llega directamente de Mí y que, sin embargo, no debe probarse tan claramente que podría obligar a la gente a creer...

Entendedlo, tenéis que creer por vuestra propia voluntad; la propia reflexión, el obrar en amor y la estrecha unión Conmigo deben haceros ganar esta creencia. Y Mi obra a través del Espíritu en una persona sólo tiene que ser “creída”, pero no debe poder ser probada; pero cualquier apariencia inusual ya contaría como prueba, y esto sería perjudicial para las almas de los semejantes. Aun tenéis que separar cuerpo y alma...

La perfección de vuestra alma se logra a través de vuestra vida interior, que por cierto también se manifiesta exteriormente a través de obras de amor... y el cuerpo tiene que adaptarse a los deseos del alma en la medida como sea posible, no debe resistir sus deseos, pero tampoco debe considerarse como un indicador de Mi irradiación de amor por una persona... por lo que un cuerpo enfermo también puede albergar un alma sana siempre que este cuerpo tenga una tarea que cumplir que debe traer la salvación a los demás seres humanos.

Porque éstos, a su vez, han de ser llevados a la fe, solo a través de Mí Palabra, y no por milagros como la curación repentina de un cuerpo enfermo... aunque también permito que tales milagros sucedan si se quiere que la fuerza de la fe fuerte sea aprobado a través de ello, porque “no dejaré que una fe fuerte sea avergonzada...” Pero Yo sé en todo momento si y de qué manera conquisto a las personas para que lleguen a una fe viva... Sé también lo que sirve a la salvación de cada alma individual...Pero Mi fuerza de amor nunca quedará sin efecto, aunque vosotros mismos no sois capaces de reconocer un efecto...

amén