Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8152

8152 El razonamiento espiritual de la Obra de Redención....

16 de abril de 1962: Libro 86

En la noche de la muerte estaríais perdidos sin rescate si Mi amor no hubiera logrado la obra de misericordia que os redimió del pecado y la muerte. No había otra salvación, sino que una obra de expiación fue hecha por vuestra antigua culpa del pecado para que os liberaríais de una culpa inconmensurable que os habría mantenido para siempre en la noche de la muerte.

Y esta expiación.... La obra de Redención de Jesucristo.... es de tanta importancia que vosotros, los humanos, no podéis tomar nota de ella con tanta frecuencia que también tendríais que usar esta obra de Redención para vosotros, para liberaros de la terrible culpa de vuestro anterior alejamiento de Mí, y poder entrar en el reino de la luz y la dicha después de vuestra muerte física. Porque este reino estaba cerrado para vosotros.... Y permaneció cerrado hasta que Yo Mismo descendí a la tierra para hacer expiación en Jesús por vosotros, por vuestra enorme culpa, que vosotros mismos no podríais haber expiado.

Ningún ser humano es consciente de la magnitud de esa antigua culpa, y nadie puede comprender en profundidad la misericordia que el hombre Jesús ha hecho por Sus hermanos caídos, en Él que Yo Mismo Me había encarnado, que necesitaba una forma humana que Me acogía.... de lo contrario Mi presencia entre los hombres hubiera sido imposible que habrían pasado por la luz y la fuerza que irradia de Mi ser, porque es perfecto....

El hombre Jesús, cuya alma vino a la tierra desde el reino de la luz, Me ofreció esta cobertura, es decir, Él Mismo absorbió completamente Mi ser, que es amor en sí mismo, y este amor dio satisfacción a la deuda pecaminosa de toda la humanidad.... Como “Dios” no podría haber sufrido, pero el “hombre” Jesús aceptó una medida de sufrimiento que habría ido más allá de Su fuerza humana si el “amor” no hubiera fortalecido Su capa exterior, es decir, la fuerza que hizo cumplir Su obra....

Una y otra vez tiene que ser presentado a los hombres que el nacimiento de Jesús, Mi Hijo, a Quien Yo Mismo envié a la tierra, tuvo un profundo razonamiento espiritual de que no solo un hombre siguió un camino de sufrimiento por motivos terrenales, al cual la gente atacó con su odio porque sospechaban de Él de pecados terrenales.... Los sufrimientos y dolores que el hombre Jesús soportó para salvar a Sus semejantes de la mayor necesidad espiritual eran completamente diferentes....

Estaba en medio del reino del pecado, completamente puro y sin pecado, y Su alma sufrió una agonía inconmensurable, al darse cuenta de que el reino de la oscuridad mantenía a los hombres bajo su hechizo, que ellos mismos eran demasiados débiles para poder librarse alguna vez del príncipe de las tinieblas, y como el alma vino a la tierra del reino de la luz, la tierra fue una agonía especial para ella, pero que no podía romper en virtud de su luz debido al libre albedrio de los hombres....

Los hombres deberían llegar a la luz en sí mismos, llevando una vida de amor.... Y por eso les predicó los mandamientos de amor en primer lugar; Por lo tanto, trató de dar a los hombres explicación sobre la gran necesidad espiritual en la que estaban....

Pero la gran Obra de Misericordia, las terribles penurias y sufrimientos que solo terminaron con la muerte en la cruz, tuvo que llevarse a cabo, si la expiación debería cumplirse por el pecado de la humanidad.... Y Jesús vio este terrible camino de sufrimiento delante de Él y lo recorrió conscientemente.... Porque el amor era la fuerza impulsora en Él, porque Yo mismo estaba en Él, Que Yo querría redimir a los hombres del pecado y la muerte.

Siempre debe quedar claro para vosotros, los hombres, que no debéis pasar de largo al divino Redentor Jesucristo; debéis creerlo que estáis perdidos para siempre si no aceptéis Su Obra de Misericordia, a menos que no os dejéis ser redimidos en el libre albedrio, porque la puerta al reino de la luz está y permanece cerrada para cada alma que todavía está cargada con su pecado original, para que solo el divino Redentor Jesucristo solo pudo hacer expiación y, por lo tanto, también se Le debe pedir que su culpa también sea pagada a través de Su amor y gracia.... De lo contrario, el alma permanecerá eternamente cargada y nunca podrá entrar en el reino de la luz y la dicha....

La muerte de Jesús en la cruz no es solo un asunto humano, es de una importancia tan tremenda para toda la humanidad del pasado, del presente y del futuro, que vosotros, los hombres debéis adoptar una postura reiterada sobre la Obra de redención de Jesús, en Cuyo caparazón Yo Mismo.... la deidad eterna.... Me manifesté porque Yo Mismo querría redimir a los hombres del pecado y de la muerte.... No paséis por Aquel, Que Se ha unido conmigo Mismo.... No paséis por Jesucristo, Que Me llevó en Sí Mismo para redimiros, porque de lo contrario estaríais hundidos sin salvaros en el pecado y la muerte....

Amén

Traducido por Meinhard Füssel