Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8137

8137 “El cielo y la tierra pasarán....”

28 de marzo de 1962: Libro 86

No es una presunción mental defender las Palabras del Señor, pues éstas permanecerán siempre y eternamente la pura verdad mientras no estén expuestas a los cambios humanos.... Y así enseñó Jesús en la tierra y Su Palabra llevada al pueblo.... Él les proclamó el Evangelio del amor, y encargó a Sus discípulos que se aferraran a esta Su Palabra para hacerla accesible a los hombres una y otra vez, porque es necesario para que los hombres tomen nota del Evangelio del amor, porque debe saber acerca de la voluntad de Dios, Que envió a Su Hijo a la tierra para poder dirigirse a los hombres a través de Él.

Entonces esta Palabra también puede ser defendida y para confirmarla , Jesús prometió a esos hombres Su Espíritu, el cual debería introducir a los hombres a la verdad una y otra vez, que debería recordarles lo que Él Mismo les habló cuando caminaba sobre la tierra. Sin embargo, a través de la promesa de Su Espíritu, a través de la seguridad de que el Espíritu os introducirá a vosotros, los humanos, a la verdad, Él también os ha asegurado de que Su Palabra.... la pura verdad.... sea transmitida a los hombres.... Porque esta nunca se mantiene tan pura como surgió de Jesús, porque los humanos en su imperfección desfigurarán también lo perfecto, precisamente porque todavía son imperfectos.

Pero Él dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero Mi Palabra permanecerá por toda la eternidad....” Y de ahí surge la necesidad de que la pura verdad sea transmitida a la tierra una y otra vez y que ésta será siempre la misma verdad tal como fue enseñada por Jesús Mismo en la tierra, y por eso Su Palabra siempre puede ser defendida.... Y así solo queda por comprobar si es Su Palabra la que vosotros humanos, que os creéis estar en los servicios del Señor, estáis defendiendo.... Y entonces solo podéis manteneros de nuevo sólo a Su Palabra, tenéis que tomar la Palabras de Jesús como piedra de toque.... Y podéis manteneros con buena razón a la Escritura que da testimonio de Él.

Por tanto, primero debéis saber de la “obra del Espíritu en el hombre”, de lo que encontráis prueba en la Escritura: “Os enviaré el consolador, el Espíritu de la verdad, el cual os guiará a toda la verdad y os recordará de todo lo que Yo os he dicho....”, Jesús Mismo dio esta promesa, así como la de: “Me quedaré con vosotros hasta el fin del mundo....”. Así que ahí está la confirmación de que Su obra no se terminó con Su caminar sobre la tierra y que Él hablará constantemente a la gente.... Y Él ha prometido a aquellos que creen en Él y guardan Sus mandamientos que Él Se revelará a ellos....

Y una y otra vez ha mencionado la obra del Espíritu, y cuando ahora Su Palabra se transmite a los hombres desde lo alto, entonces solo se cumplen esas promesas que están en la Escritura, que solo indican que el Padre sigue hablando a sus hijos una y otra vez, que permiten en ellos la “obra de Su Espíritu”.... Y la verdad de la Palabra, que ahora es transmitida a los humanos como “obra del Espíritu”, por lo tanto, también puede ser defendido con razón, porque no puede brotar de otra fuente que de la misma Palabra Eterna. Y debe y coincidirá también con el Evangelio divino que el hombre Jesús proclamó en la tierra, que Él Mismo se preparó en la tierra que Dios pudo habitar en Él, Quien es el Verbo Mismo desde la eternidad.... Quien ahora Mismo Se expresó a través de Jesús e instruyo al pueblo en toda la verdad....

(28.03.1962) Su sagrada Palabra es siempre y para siempre la misma.... Y por eso toda modificación debe ser calificada como un deformación humana de la Palabra divina, y entonces ya no se puede hablar de la pura Palabra de Dios.... por eso ha dicho Jesús: “Yo os enviaré al Consolador que os guiará a toda la verdad....”, porque Él sabía que Su Palabra experimentará siempre modificaciones por la voluntad humana, de lo contrario los hombres se moverían constantemente en la verdad.

Y la transmisión de la pura verdad sólo podía volver a suceder a través de Su Espíritu, Dios Mismo tenía que dirigirse a los humanos.... el eterno Dios-Espíritu tenía que dirigirse a la chispa espiritual en el hombre, lo que, sin embargo, siempre requería la disponibilidad del hombre mismo, junto con requisitos previos, entre los cuales el espíritu humano podría por lo tanto expresarse.... de modo que Dios Mismo obró en el ser humano a través de Su Espíritu.... “es la Escritura la que da testimonio de Mí....” Y por lo tanto no podéis rechazar la Escritura como obra del hombre, porque la verdad más profunda está escondida en ella para el hombre despierto, aunque se produzcan modificaciones una y otra vez por la voluntad humana, pero que el espíritu abierto reconoce y las corregirá según su significado.

Jesús se refirió a la “obra del Espíritu”.... pero el proceso de esto ha quedado mayormente extraño para los hombres, precisamente porque faltaban los requisitos previos para la obrad del Espíritu en el hombre....así como en el tiempo de Jesús en la tierra, los hombres estaban más alejados de Dios y ya no podían escuchar la voz de Dios en ellos porque todavía estaban bajo la carga del pecado original, que Jesucristo primero tuvo que expiar para volver a poner a los humanos en un estado para buscar una conexión íntima con el Espíritu-Padre desde la eternidad.... Y así el Espíritu de Dios sólo podrá expresarse allí donde se espera esta expresión conscientemente. De modo que la voz del Espíritu no resonará en un hombre que no se prepara de ninguna manera para escuchar el discurso de Dios.... porque Su voz jamás ejercerá una compulsión sobre la voluntad del hombre.

Dios Mismo quiere revelarse a los humanos, y eso en cualquier momento, pero el hombre mismo tiene que hacer arreglo para la recepción de Sus revelaciones a través de su libre albedrío y cumpliendo las condiciones adjuntas a la escucha de la Palabra divina.... Y ahora tiene que escuchar conscientemente hacia adentro.... Entonces puede tener lugar el “derramamiento del Espíritu”, que Jesús Mismo prometió cuando caminaba sobre la tierra. Y así, la transmisión de la pura verdad de lo alto también debe ser comprensible para vosotros humanos, no se os permite describirla como “mensaje del reino de los Espíritus....” Porque tales también puede llegar a vosotros sin que hayáis alcanzado esa madurez espiritual que requiere un “derramamiento del Espíritu”....

Debéis saber de lo que se trata cuando se os transmite la verdad de una manera inusual.... pero eso es solo parece inusual para vosotros, porque vosotros mismos no estáis lo suficientemente informados sobre el “derramamiento del Espíritu”, porque tampoco queréis reconocer el libro de los libros, que, sin embargo, “es la Escritura que da testimonio de Mí....” Aprended primero a comprender esta Escritura, y entonces también os será comprensible por qué Mi (la) pura Palabra de Dios es enviada a la tierra una y otra vez, por qué una y otra vez “el consolador guía a los hombres a la verdad....” Porque nada se mantiene tan pura como emanó de Dios porque está una y otra vez expuesta a la voluntad de personas todavía imperfectas.... Sin embargo, Dios sigue mandando Su Palabra a la tierra una y otra vez, para que se cumpla: “El cielo y la tierra pasarán, pero Mi Palabra permanecerá para siempre....”

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise