Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8128

8128 Creencia en la presencia de Dios...

18 de marzo de 1962: Libro 86

Yo estoy presente para vosotros en cuanto os conectáis Conmigo en espíritu y en verdad... Pero vosotros, los humanos, aún Me buscáis a lo lejos; solo hay unos pocos que se entregan a Mí como hijos, que por lo tanto establecen la relación correcta Conmigo... Pero la mayoría de los seres humanos probablemente hablan de un Dios y Creador, también creen en un Ser sumamente poderoso, pero también creen este Ser infinitamente lejos de ellos mismos; no saben que Yo como su Dios y Creador quisiera tener contacto con ellos y que ellos mismos solo necesitan establecer esto, porque fueron ellos mismos quienes se alejaron de Mí, y por lo tanto, ellos mismos deben volver a acercarse a Mí.

Pero tampoco son capaces de orar íntimamente, es decir, estar en comunión Conmigo en espíritu y en verdad, o incluso de enviarme un llamado sincero que sale del corazón. Sólo se sirven de oraciones aprendidas que ante Mí no tienen ningún valor, que Yo no escucho y por lo tanto tampoco puedo responder... Porque quiero ser llamado en espíritu y en verdad, quiero que Me surjan pensamientos sinceros que ahora también Me hagan inclinarme hacia el solicitante, para acercarme a él y estar presente para él...

Pero bienaventurados los que ya han entrado en este vínculo íntimo Conmigo, que por tanto ocasionan Mi presencia a través de una oración en espíritu y en verdad y a los que puedo dirigirme también, mental o también en voz alta, si su estado de madurez lo permite. Sólo debéis anhelar y permitir Mi presencia, porque Mi presencia requiere también un corazón purificado, que a través del amor se ha preparado como un lugar para habitar, al que ahora puedo mudarme Yo Mismo...

Pero si vosotros, los humanos, creéis en un Dios con Él que podéis conectaros, entonces vuestro estilo de vida también es un caminar en el amor, de lo contrario no tendríais esta fe... Porque la fe sólo cobra vida a través del amor... Pero la humanidad está desprovista de todo amor, el amor se ha enfriado entre la gente... Y por eso rara vez se encuentra una fe viva, una fe, que Me busca y motiva al hombre de ponerse en contacto Conmigo porque el amor ya es el vínculo Conmigo, a través del obras de amor el hombre Me atrae hacia sí mismo y Me hace estar presente... Y por tanto, sólo el amor determina la relación entre el hombre y Yo. Porque donde el amor se enciende en el corazón, allí ya se puede sentir un tranquilo impulso interior, cuyo objetivo soy Yo...

Porque la persona que ama también rezará, y esto en espíritu y en verdad , porque el amor en él establece la conexión con el Amor eterno... Conmigo, Que ahora puedo estar presente en él. Y cuando estoy presente para él, también puedo expresarme a él, puedo guiar sus pensamientos, puedo otorgarle una gran riqueza de pensamientos que sólo puede recibir de Mi Mismo... Yo Mismo puedo obrar en él como lo he proclamado... Pero siempre se requiere Mi presencia, las obras de amor siempre harán que Yo esté presente para él...

Pero cuán lejos se mantienen de Mí las personas por su vida sin amor... No pueden reconocerme porque todavía están de espíritu oscurecido, y por eso también Me impiden influir directamente en ellos a través de discursos mentales, porque ellas no escuchan a tales en su distancia a Dios y tampoco los entienden, incluso si sus semejantes también les informaran... también son difíciles de persuadir en un Dios, Que quiere ser su Padre, Que quiere hacerlos felices como niños, si buscan el vínculo con Él...

No pueden creer porque no tienen amor en ellos, que despertaría la creencia a la vida. Y por eso tampoco serán capaces de una oración en espíritu y en verdad... a menos que les sobrevenga una necesidad muy grande y entonces apelen al poderoso Creador del cielo y de la tierra, Quien también creó a ellos... Y entonces si tal llamada viene del corazón, entonces la escucharé y la responderé... Pero sólo yo sé cómo es el corazón de cada ser humano, y sólo Yo sé si una ayuda terrenal es una bendición para él, o si una llamada prematura al reino del más allá es mejor para el alma, que ya no Me encuentra en la tierra...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise