Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8051

8051 Sin recepción mecánica... Comprensión por eso...

29 de noviembre de 1961: Libro 85

Podéis mirar en las profundidades más profundas de la sabiduría divina cuando vuestro amor haya alcanzado al grado de uniros de nuevo Conmigo, vuestro Dios y Padre, Cuyo ser es sumamente perfecto y que luego os hace partícipes de todo lo que podría haceros feliz... Y seréis indeciblemente felices cuando se os revele todo el conocimiento, cuando también se os permita echar un vistazo a Mi gobierno y obra, cuando reconozcáis cuán infinito es Mi amor y Mi poder... y cuando os sea permitido contemplar todas las glorias que vuestro Padre os tiene reservadas, cuando hayáis hallado unión con Él.

Pero rara vez una persona en la tierra alcanza este grado de madurez, y por eso tampoco se le puede abrir el conocimiento último, pero esto no significa que no reciba de Mí la pura verdad cuando Yo Mismo le enseño. Pero él no sería receptivo a la sabiduría más profunda de Mí. Y esto tampoco es necesario para su vida en la tierra, y tampoco podría aguantar la excesiva felicidad que tal conocimiento profundo le prepararía. Pero el conocimiento cada vez mayor es también parte de la bienaventuranza que nunca termina, que aumenta constantemente... porque profundizar el conocimiento significa también aumentar la irradiación de luz... Irradiación de Mi amor, que hace al ser indeciblemente feliz.

Sin embargo, vosotros los humanos podéis creer que siempre os proporcionaré la pura verdad si permitís que Mi Espíritu obre en vosotros... aunque todavía no se os haya concedido que os brille la luz más clara, que todo se os puede ser aclarado... Porque Yo Mismo nunca os negaré la verdad si la deseáis seriamente. Es decisivo el grado de amor de una persona, hasta qué punto se encuentra en el conocimiento y hasta qué punto este conocimiento le hace feliz a él mismo.

Pero un hombre jamás podrá recibir un conocimiento amplio y verdadero de Mí, quien no puede mostrar un grado correspondiente de madurez de su alma, que también le abre el entendimiento para ello, porque ese hombre no recibe un conocimiento muerto de Mí, mientras Yo Mismo puedo hablarle... porque la condición previa para el obrar de Mi Espíritu en el ser humano es una vida de amor, un grado de madurez que le abre también la correcta comprensión de lo que recibe...

No es una entrega mecánica de la verdad de Mí a una persona, sino que la entrega de Mi Palabra presupone un cierto grado de madurez, y este por lo tanto también garantiza al mismo tiempo la comprensión más completa, que ahora también le permite instruir a los semejantes en la verdad, correspondiendo a los conocimientos que él mismo obtuvo al ser introducido a la verdad...

Así que a ninguna persona inmadura se le dará una tarea de enseñanza... y ninguna persona inmadura podrá recibir Mi Palabra de Mí... sino el receptor de Mi Palabra es irradiado e iluminado por la luz del amor, y eso también significa la más plena comprensión y la garantía de ser un buen maestro para los semejantes, porque Mi Palabra es vida e irrevocablemente también debe dar vida al hombre que de Mí la recibe voluntariamente. Mi Palabra es la irradiación de la luz del amor y por lo tanto debe tener luminosidad... Y la entrega de Mi palabra está asociada a una tarea: transmitirla, llevar la luz a las tinieblas... Y por eso el portador mismo de la luz debe ser de un espíritu brillante...

Sólo os lo hago comprensible porque vosotros, los humanos, muchas veces dudáis de la vocación de alguien que es Mi herramienta y que Me sirve recibiendo Mi Palabra... La recepción está asociada a una tarea, y ésta, de nuevo, sólo puede cumplirse por una persona despierta del espíritu... Por lo tanto, también se puede suponer la comprensión más completa de la sabiduría que Yo le impartí, puede ser reconocido como un maestro legítimo y sus explicaciones pueden aceptarse sin vacilación como correspondientes a la verdad, porque él está dispuesto a servirme y siempre será enseñado por Mi Espíritu en cuanto trate de cumplir sus misión espiritual...

Yo Mismo instruyo a Mis discípulos, Yo Mismo elijo a los representantes adecuados para Mí, que han de predicar el Evangelio en la tierra en Mi lugar... Yo Mismo preparo a éstos y también les doy la fuerza para estar activos para Mí y en mi nombre... Y por eso Mi Espíritu debe poder obrar en ellos, lo que requiere también un cierto grado de madurez de su alma... Y entonces podéis estar seguros de que sólo seréis instruidos en la pura verdad, porque Yo Mismo hablo a través de aquellos que os traen Mi Palabra, por medio de los cuales Yo Mismo os hablo, cuando estáis dispuestos a escucharme..._>amén

Traducido por Hans-Dieter Heise