Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7988

7988 El hombre debe ayudar a lo espiritual atado para que pueda servir....

9 de septiembre de 1961: Libro 84

Vosotros también cuidaos de los seres espirituales caídos esforzándoos por tener un efecto bueno y beneficioso en todo lo que os rodea.... abrazando todo con vuestro amor, ya sean personas, animales o incluso el mundo vegetal.... Considerad cada obra de creación como un portador de lo espiritual caído, que se esfuerza hacia arriba en la ley obligatoria, y ayudadlo a cumplir la tarea, que permite que lo espiritual atado en ello madure. Podéis creerlo que este espiritual siente vuestro amor y también reacciona a eso reduciendo su resistencia y sirve de buena gana, porque lo espiritual solo puede ser tocado por lo espiritual nuevamente mientras no camine por la tierra como un ser consciente del ego.

Pero tan pronto como le dais a este espiritual la posibilidad de poder servir, así como todas las obras de la creación hasta la materia dura puede cumplir su propósito a través de vuestra voluntad, su tiempo se acortará y lo espiritual atado en ello disolverá su caparazón material más rápidamente y puede remodelarse nuevamente, lo que siempre significa un paso de desarrollo ascendente para este espiritual. Y debéis cuidarlo con amor, es decir, reconocer siempre sus servicios y estar agradecidos por cualquier ayuda que vosotros mismos experimentéis a través de todas esas creaciones.

Todo lo que os sirve en la vida diaria cumple su propósito previsto, porque no existe ninguna obra de creación que no tenga sentido y propósito, incluso si no conocéis el propósito.... Y si vuestro ser irradia amor, entonces ese espiritual alrededor de vosotros también siente esta irradiación, pero a menudo necesita primero vuestra voluntad para poder serviros. Y así también vosotros mismos podéis estorbarlo en su desarrollo cuando atesoráis creaciones materiales, cuando amontonáis riquezas que quedan sin usar y no alcanzan el fin previsto durante mucho tiempo, cuando entonces prolongáis el curso de desarrollo de lo espiritual en aquellas creaciones porque lo impedís servir.

Pero entonces vosotros mismos estáis todavía muy apegados a la materia, y esto también es un señal de un bajo grado de amor, amáis el mundo y sus bienes, y por eso coleccionáis tesoros e inconscientemente prolongáis sus tormentos, porque durante mucho tiempo no pueden liberarse de sus formas para poder revivir una nueva. Pero si tenéis amor, entonces vuestro pensamiento también será correcto, daréis pero no atesoráis.... Y haréis que todo a vuestro alrededor sirva e irradie una verdadera bendición....

Y en cuanto trabajáis con vuestras manos, cuando estáis activos creativamente disolviendo la materia y convirtiéndola en nuevas creaciones, contribuís también a la redención de lo atado, porque entonces volvéis a crear cosas para vosotros que os sirven, y cada cambio de la forma exterior es un progreso hacia la altura. Pero los buenos motivos siempre deben impulsaros a tales cambios y transformaciones de la materia.... siempre debéis asignar una función de servicio a las que creáis, y cuanto más urgentemente necesitáis tales cosas, más rápido progresará lo espiritual atado en ellas, aunque todavía pasará mucho tiempo antes de que el proceso de maduración le haya dado a lo espiritual ese grado de que ahora puede desarrollarse ahora como un ser vivo hasta arriba la altura del ser humano.... que finalmente puede servir en libre albedrio.

Porque el amor estimulará todo a la actividad, y el amor siempre tendrá un efecto favorable en todo lo espiritual que está atado todavía. Y es por eso que una persona que vive en el amor emite irradiaciones extremadamente buenas a sus semejantes.... Y el amor siempre tendrá un efecto redentor, incluso si vosotros los humanos no podéis seguirlo o no tenéis conocimiento de esto. Vosotros humanos debéis servir en amor voluntariamente en la vida terrenal, y también lo espiritual que os rodea os servirá porque su resistencia va disminuyendo y también inconscientemente se esfuerza por la libertad....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise