Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7982
7982 Los pensamientos de un final son bendecidos....
2 de septiembre de 1961: Libro 83
Cualquier pensamiento de un final inminente solo puede ser beneficioso para vuestro alma si creéis en su supervivencia después de la muerte. Porque entonces viviréis conscientemente, también pensaréis sobre algunas cosas y ya no tomaréis en serio los planes e intereses terrenales, aunque todavía no estéis completamente convencidos de que se acerca un final. Pero el pensamiento en ello será promovido en vosotros por el mundo de la luz, porque la influencia mental emana de su parte, porque estáis confiados a ello para vuestra protección y ello lucha constantemente por vosotros y vuestra salvación. De modo que la corriente de pensamiento emana de ello y se dirigirá a vosotros una y otra vez....
Y ahora vuestro libre albedrío decide como os adaptáis al respecto.... Por lo tanto, puede ser una ventaja espiritual para vosotros, pero también podéis rechazar cada tal pensamiento.... si todavía sois muy adictos al mundo y todos vuestros pensamientos acerca de un fin son sólo obstáculos en vuestra lucha por el mundo. entonces preferiréis prestar más atención a los susurros de los seres oscuros, y rendiréis homenaje al mundo y haréis todo lo posible para crear o aumentar vuestro bien corporal.... Porque entonces tampoco creéis en que el alma sigue viviendo después de la muerte, sólo vivís por el bien de la vida terrenal, y los seres de luz tienen poco éxito porque rechazáis la corriente de pensamientos que fluye hacia vosotros, porque cerráis vuestro corazón a todas las buenas fuerzas y sus amonestaciones y advertencias.
Y entonces tenéis que experimentar todo lo que con gusto rechazáis. Estaréis decepcionados, tendréis que reconocer su inconsistencia, o el oponente de Dios os dará tantos regalos mundanos, que ya habréis gastado todas las recompensas que habéis ganado en la tierra o que es exigido por el oponente de Dios como precio por vuestra alma y que él os paga de buena gana.... dándoos abundantes bienes terrenales, reputación y poder....
No exijáis tales bienes terrenales para que no caigáis victimas de él, sino reconoced el tiempo y aceptad con gratitud todos los problemas y preocupaciones, porque os prueban que el amor del Padre todavía lucha por vuestras almas, que no se rendirá con vosotros y que quiere conquistar a vosotros y vuestros pensamientos antes de que llegue el final. Por eso os anuncia el fin, y si ahora os ocupáis de esto en los pensamientos, entonces vuestra alma solo se beneficiará de ello, porque mataréis el deseo por el mundo, también trabajarais en vuestra alma en pensamientos del fin, y oraréis a Dios para que os dé fuerzas para cumplir el propósito de la vida en la tierra y entonces también seréis salvados de la ruina eterna.
En cuanto os lleguen pensamientos del final.... no los ahuyentéis, sino enfrentároslos y solo pensad en el hecho de que no hay fin para vuestra alma.... y tratad de crearla el estado en el que vosotros tampoco necesitáis rehuir el final. Y si vosotros también encontráis el camino hacia Dios a través de tales pensamientos, entonces verdaderamente son una bendición para vosotros, y podéis entregaros confiadamente a los seres de luz que cuidan de vosotros y temen por vuestra salvación.... Y ahora siempre influirán en vuestros pensamientos y seguir recordándoos el final también en este tiempo....
Nunca os presentarán el mundo de forma atractiva, porque el mundo es el reino del príncipe de las tinieblas, de quien los seres de la luz quieren reteneros y cuya obra tratan de debilitar con la referencia al final cercano, que siempre solo se os puede dar mentalmente. Y por muy pesado que os pesen estos pensamientos.... Sólo son favorables para vuestra alma, y por eso no los ahuyentáis sino dejad que os afecten, porque un día agradeceréis cada llamado de atención, que os arrebató de las manos del oponente.... un día sabréis que os cuidaron con amor para que no os perdierais nuevamente por un tiempo interminable....
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise