Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7969

7969 La fuerza redentora del amor....

16 de agosto de 1961: Libro 83

Cada ser humano que vive en el amor contribuye a la redención de lo espiritual, porque constantemente irradiará amor a quienes le rodean, ya sean sus semejantes o lo espiritual que aún está atada en la forma, que siente cada radiación de amor de manera benéfica y también madura porque renuncia a la resistencia, que es lo que siempre logra el amor. Porque el amor es una fuerza que no queda sin efecto. El amor despierta amor a cambio, los humanos y los animales estarán felices de asociarse con aquellos que irradian amor....

Por lo tanto, el trabajo misionero intencional.... es decir, el trabajo consciente en la viña.... sólo puede llevarse a cabo con éxito si el amor es la motivación para ello; de lo contrario, la “redención” de las almas está en duda porque sólo el amor tiene fuerza redentora.... Los humanos tienen que reconocer la necesidad espiritual y querer remediarla; Tienen que saber que se tiene que llevar ayuda a las almas que aún no han sido redimidas, ya sea en la Tierra o en el más allá, y que el amor debe impulsarlos a realizar una obra redentora consciente....

Entonces también será bendita su trabajo en el viña del Señor. Pero si un ser humano vive en el amor, su forma de vida es una obra continua de amor, entonces inconscientemente realiza trabajo redentor; se espiritualizará a sí mismo, es decir, todas sus sustancias espirituales, y pone sus alma en el estado de madurez, que es el propósito y el objetivo de su vida terrenal.... Pero también contribuye a la maduración espiritual de quienes está en su entorno, porque ellos tampoco pueden resistir a la radiación del amor a largo plazo, a menos que se pueda ver una oposición abierta por parte de hombres que se someten al oponente de Dios. Pero estos también se retirarán porque no son rivales para el arma del amor....

Pero donde el amor determina el modo de vida de un ser humano, nunca puede tener lugar una regresión a las profundidades, porque el amor hacia el Amor Eterno, el amor es lo divino en el hombre, que nunca puede quedar sin efecto y este efecto siempre significa la redención de lo espiritual inmaduro, no importa si es sobre o en el hombre mismo o en su entorno, lo que incluye también a las almas del más allá, a traídas por la fuerza del amor, que permanecen cerca de él y que también sienten el flujo de amor como fuerza.

Un ser humano que vive en el amores reconocible para esas almas a través de su radiación luminosa y por eso está constantemente rodeado de almas que quieren escapar de las tinieblas.... Esta voluntad también hace efectiva la luz del amor, reciben una fuerza que les ayuda nuevamente de estar activo también en otras almas, tratando de arrebatarlas de las tinieblas.... lo que ellas sienten como caritativo, también les gustaría transmitirlo a otras almas que están en la misma necesidad.... Y así se realiza inconscientemente un trabajo redentor a través de una vida de amor....

Sin embargo, es bueno que los humanos lo sepan y quieran participar conscientemente en ese trabajo redentor, al entregarse a su Dios y Padre y pidiéndole Su bendición.... que ellos también se ofrezcan a Él para trabajar en su viña conforme a Su voluntad. Y una vida de amor también traerá al humano un mayor conocimiento espiritual, su pensamiento será guiado correctamente y el hombre se cuidará de aquellos que aún se encuentran en las ataduras del pecado, que tienen poca o ninguna fe y cuya necesidad puede reconocer.

Y si ahora se pone conscientemente al servicio de Dios, que ahora esté activo como proclamador del Evangelio, de la Enseñanza divina del amor, entonces también tendrá asegurada la bendición de Dios, cumplirá su tarea terrenal, realizará con éxito su trabajo como trabajador en la viña del Señor, y este éxito corresponderá siempre al grado de amor que lo llene, porque el amor es la fuerza redentora, porque el amor también destierra al adversaría que huye de ella, porque es una irradiación divina....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise