Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7958

7958 La gracia de la vida terrenal como ser humano...

5 de agosto de 1961: Libro 83

Toda alma humana es un espíritu original caído que está a punto de perfeccionarse, es decir, cuyo camino es corta hasta la unión Conmigo, con tal de que en la última etapa de desarrollo, como ser humano, vuelva su libre albedrío hacia Mí, para que Me vuelva a confesar a Quien una vez no quiso reconocer. Y toda alma humana tiene tras de sí un camino interminablemente largo de desarrollo, porque esto fue necesario para emerger de las profundidades sin fondo, para subir a las alturas donde originalmente permanecía... En esta etapa como ser humano, el alma vuelve a ser receptiva a una luz, es decir, puede recuperar un grado de cognición que perdió durante la apostasía de Mí... como el alma ha recuperado la conciencia del “yo”, puede pensar y querer de nuevo como al principio, pero solo en un grado débil, que ella misma puede aumentar durante la vida terrenal...

El grado de cognición también es decisivo para el alma cuando ha terminado su existencia como ser humano y ahora entra en el reino espiritual, porque este grado de cognición significa luz, sin la cual el alma nunca puede ser feliz. El ser humano mismo puede adquirir un alto grado de luz durante su existencia terrenal, él puede estar lejos en la cognición, si aprovecha su vida terrenal de tal manera para formar su ser al amor, que era su estado original, que absolutamente tiene que ser recuperado de nuevo, para luego poder permanecer en feliz conexión Conmigo en el reino espiritual.

Esta transformación al amor es la obra que el ser humano tiene que realizar por sí mismo, pero que también puede hacerlo, porque para eso se le concede ayuda de cualquier manera. Pero el ser humano todavía está en el amor equivocado al comienzo de su encarnación como resultado del pecado original en el reino espiritual y también de la caída renovada del primer hombre... El amor propio le domina y este debe cambiarse en el amor al prójimo desinteresado. Para eso está el hombre en la tierra, o también: El espíritu original caído debe realizar este cambio al amor en su libre albedrío por sí mismo, para que logre su divinización y ahora en el unión Conmigo pueda crear y obrar en libertad, luz y fuerza...

Y esta transformación hacia el amor consiste el propósito de la vida terrenal y ningún ser puede prescindir, pues es al mismo tiempo la prueba la prueba de voluntad superada del ser... Es la prueba de la divinidad del ser que surgió de Mí y creado en perfección, pero que ahora tiene que luchar por esta perfección en el libre albedrío para poder existir junto a Mí como un ser divino, para poder permanecer Conmigo como “Mi hijo”, de Quien una vez surgió como una “criatura”...

La divinización de los seres creados por Mí ese fue y es Mi objetivo, que alcanzare con seguridad, pero cuya duración determina el propio ser. Y cuando ha alcanzado la etapa de ser humano, entonces está justo antes de su meta, y el ser humano ahora debe hacer todo lo posible para aprovechar el último corto periodo de tiempo para su perfeccionamiento final. Debe adquirir conocimiento sobre el propósito de su vida terrenal, sobre todas la conexiones y de Mi voluntad, porque el cumplimiento de Mi voluntad es obrar en el amor, y el obrar en el amor también le trae luz... un conocimiento que corresponde a la verdad, un conocimiento que le da plena cognición, y que le impulsa a perseguir sólo la meta... perfeccionarse en la tierra y formar su ser al amor y a través de esto establecer la unión Conmigo, la cual entones es inseparable y el logro de la meta ahora está asegurado.

El hombre también debería evaluar su Conciencia del “yo”, es decir, pensar sobre sí mismo y entonces Yo siempre estaré a su lado, dirigiré sus pensamientos correctamente y Yo Mismo le asistiré en todos los sentidos para que pueda alcanzar su meta. Pero un día su remordimiento será amargo cuando dejó pasar su tiempo en la tierra desaprovechado y sabrá acerca del interminable curso de desarrollo anterior... pero como ser humano no se le debe dar la memoria anterior, porque entonces una forma de vida en el libre albedrío sería imposible porque entonces viviría con miedo y bajo una cierta compulsión y su voluntad y sus acciones no podrían ser valoradas como una decisión del libre albedrío... Nunca debéis olvidar que la vida en la tierra como ser humano es una gracia que vosotros sólo necesitáis usar correctamente para llegar a ser felices...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise