Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7496

7496 JESUS COMO GUIA

8 de enero de 1960: Libro 79

A dónde lleva vuestro camino, si no me habéis escogido a Mí como vuestro guía? .... Eso debéis preguntaroslo siempre de nuevo y no codiciar otra cosa más, que el que sea Yo vuestro Guía, al que podéis enconmendaros e ir seguros de su mano por la vida de la tierra, Y en verdad, que siempre estaréis bien dirigidos, no andaréis por ningún camino equivocado apartándoos de la meta, siempre iréis por buenos caminos, que son los verdaderos por los que llegaréis al Reino de los Cielos, porque entonces váis por el camino a la casa del Padre, vuestra eterna patria. Mas tenéis que solicitar mi mando ¡ Yo no me empujo a vosotros, en contra de vuestra voluntad no trataré de influenciaros de ir por este o aquel camino o de evitarlo. Quiero estar rogado, poder hacer el papel de guía siempre y en todas partes. Yo quiero que por eso me lo pidáis vosotros que os conduzca y dirija por encima de todos los caminos escabrosos, y Yo quiero que os abandonéis sin resistencia a Mi mando, que me sigáis por donde Yo vaya delante para que os pueda mandar a la Patria eterna. Pués allí sólo lleva un camino que es empinado y cuesta esfuerzo, requiere fuerza, un bastón sólido y un apoyo, para que podáis ir seguros por ese camino.

Dejadme que sea Yo siempre vuestro Guía, y pronto no podréis ya más extraviaros, no vaís a necesitar tener ningún reparo de que os lleve al engaño o de que sea para vosotros intransitable y para vuestras débiles fuerzas; si Yo os precedo, podéis seguirme despreocupadamente, porque Yo sé cual es la mejor manera de que lleguéis a la meta, y en verdad que Yo os acortaré el camino y quitaré de él todo lo que os lo haga intransitable, llevándoos por encima de los obstáculos y siempre agarrándoos de la mano, para que seguros y sin peligros alcancéis la meta. Pero tenéis que confiar en Mí sin titubear, no podéis vacilar o temer que seáis mal dirigidos, pues mejor Guía que Yo jamás podréis encontrar en la vida, aunque encontréis amigos tan fieles entre vuestros semejantes, pero no todos conocen el camino, que lleva hacia arriba, hacia Mí, por lo tanto tenéis que ateneros siempre sólo a Mí, y no tolerar después ninguna clase de preocupación; una vez que os hayáis confiado a Mí, recompenso también vuestra confianza tomádoos bajo Mi custodia protectora todo el camino de vuestra vida. Y apenas notaréis la subida, porque caminar junto a Mí significa también recibir Mi fuerza y el que pueda cogeros de la mano, y así sin afanarse dejar atrás la subida, motivo por el cual estáis en la tierra. ¡ vuestro camino tiene que subir hacia arriba. En tanto que andéis sobre tierra plana, no es el verdadero camino; vuestra meta está arriba, y es por lo que requiere fuerza, la cual podéis recibir de Mí en todo momento en cuanto me escojáis de Guía en la carrera de vuestra vida.

Sin embargo es muy difícil la vida si andáis solos o le dáis a mi enemigo el derecho de que os acompañe, quien sabrá entenderselas muy bien para adornaros el camino y llenarlo de alicientes, para que así no os déis cuenta de que él no conduce a la altura sino al abismo. Entonces es cuando estáis en un gran peligro porque os prolongáis el regreso hacia Mí o lo hacéis imposible del todo, pués Yo no soy hallado en la hondura, y el camino que lleva por bellas praderas, que es fácil de transitar y por el que se echan a andar los hijos del mundo; ese camino no conduce a Mí, sino inneludiblemente al abismo de donde es espantosamente difícil la subida y se necesitan nuevamente tiempos interminables .... El Guia tenéis que escogéroslo vosotros mismos, solamente necesitáis dirigiros a Mí para que Yo asuma el gobierno de vuestra vida en la tierra y estaré con vosotros, apartando a aquel si quiere reunirse a vosotros. Si me invocáis que sea vuestro guía, estáis entonces dispensados de toda responsabilidad, obro Yo en lugar vuestro y os conduzco y dirijo por buen camino, de tal forma que con seguridad alcanzáis la meta: que es regresar a Mí en vuestra Patria verdadera, para que os hospedéis otra vez en la casa Paternal, dondo Yo os aguardo para unirme nuevamente a vosotros hasta por toda la eternidad.

Amén.

Traducido por Pilar Coors