Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7375

7375 Juan 14, 21: “El que recibe Mis Preceptos ...”

23 de junio de 1959: Libro 78

Si guardáis Mis Preceptos, de ese modo me amáis a Mí, y Yo puedo manifestarme entonces a vosotros. Y Yo siempre me manifestaré a aquellos que quieren percibirme; Yo jamás enmudeceré o me mudaré, porque Yo os amo y nada hay que más desee entrañablemente que poderos hablar y manifestarme a vosotros como Padre; quien tiene anhelo hacia Sus hijos desde que apostataron ¡ y cayeron!

Mi Amor a esos caídos no ha disminuído. Y por eso hago Yo todo para hacerlos volver a Mí. En cuanto ellos perciban sólo Mi Voz, en cuanto la reconozcan como Mi Voz, y anhelen tan sólo ser hablados por Mí, han seguido ya el camino de regreso, ya está cerca del Corazón del Padre. Sólo necesita buscar consciente el contacto Conmigo, para que encuentre también con seguridad la asociación de quien quiere aportarle bienaventuranzas de nuevo, las que sentía en un principio.

Vosotros, Mis queridos en la tierra, sólo necesitáis por tanto guardar Mis Preceptos, es decir, de cumplir Mi Voluntad, y podéis estar seguros en todo tiempo de Mi Alocución. Y entonces estáis en una plenitud de Gracias de la mayor dimensión. Pues si Yo os hablo eso significa también entrada de Gracias, las que os ayudan a la perfección, a la Bienaventuranza, las cuales os hacen fácil el camino de regreso a Mí para que al andarlo alcancéis la meta.

Pero qué pocos hombres creen que Yo quiero hablarlos, que ellos pueden oírme, si lo quieren, y que ellos sólo necesitan cumplir las condiciones, para que resuene en ellos Mi Voz.

Y por otra parte, muy pocos sólo reconocen la Voz del Padre, quien a ellos habla, si por medio de mensajeros les es llevada Mi Palabra. Y sin embargo quieren todos ellos ser Mis “hijos”, pero la Voz del Padre no son ellos capaces de reconocerla, porque ellos están aún lejos de Mí, porque a ellos les parecen Mis Preceptos demasiado difíciles de cumplir, y por eso aún no tienen la aptitud de percibir en sus corazones Mi Voz baja. Pero Yo hablo a los hombres, y todos pueden percibirme, si tan sólo creen en Mí, guarda Mis Preceptos del amor a Dios y al prójimo, y si ahora en el silencio escucha fiel hacia dentro, lo que Yo quiero decirle. Y él podrá oírme y será sumamente feliz, si el Padre habla con Su hijo.

Amén

Traducido por Pilar Coors