Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7318

7318 Viernes Santo....

27 de marzo de 1959: Libro 77

El camino de Jesús a la cruz y Su muerte en la cruz fueron extremadamente dolorosos.... Y si este sufrimiento se hiciera tan evidente para vosotros, los humanos, que pudierais comprenderlos, verdaderamente pereceríais horrorizados y no seríais capaces de comprenderlo, que un hombre podría soportar tal medida. Pero fue la fuerza del amor la que soportó esto por los seres humanos que estaban bajo la esclavitud de Satanás y a quienes Él quería liberar de esta esclavitud. En virtud de su alto grado de amor, el hombre Jesús vio el sufrimiento inconmensurable de toda la humanidad bajo el dominio de Satanás.

Y esto se apiadó de Él, de modo que quiso tomarlo todo a Su cargo para reducir el sufrimiento de los seres humanos y abrirles el camino hacia su Padre celestial, a Quien una vez habían abandonado voluntariamente y por eso cayeron en manos del oponente. Él sabía acerca del pecado infinitamente grande de la apostasía de Dios, pero también sabía que los seres humanos nunca podrían compensar estos pecados. Y, por tanto, esta incapacidad también significa la separación eterna de Dios, del Padre, del Cual habían surgido una vez como hijos en la más alta perfección. En Su infinito amor por Dios y también por los hermanos caídos, buscó reunirlos de nuevo y estaba dispuesto a pagar el precio más alto por ello.... ofrecer la obra de la Redención en la cruz como expiación por la gran culpa del que una vez cayó.

Pero el hombre Jesús albergó un alma del reino de la luz.... Pero esta alma, en la forma de un humano débil, tuvo que realizar la obra de anular la culpa, lo que significaba que la magnitud de la culpa estaba fueran de la proporción a la medida de tormento y sufrimiento que un ser humano era capaz de soportar, y un cuerpo humano nunca habría podido soportar lo que el ser humano Jesús tomó sobre Sí, si no hubiera tenido también, a través de Su excesivo amor, una medida de fuerza que Le permitió sufrir la muerte más dolorosa en la cruz, después del inmenso sufrimiento y dolor previo, que hubiera sido suficiente para cualquier otra persona para quitarle la vida terrenal.

Pero Jesús quiso sufrir por el bien de los seres humanos, y la fuerza de su amor perduró hasta el fin.... Pero el sufrimiento era inconmensurable e incomprensible para vosotros, los humanos, y sólo porque el amor ofreció este sacrificio, Dios lo aceptó, y Él permitió que los verdugos se abalanzaron sobre un humano puro y sin pecado como emisarios de Satanás y le infligieran dolores y heridas siempre nuevos para aumentar Su sufrimiento. Fue realmente un acto de la mayor misericordia, que sólo puede explicarse por el hecho de que Jesús también vio las terribles dificultades espirituales que enfrentaban los seres humanos y quiso salvarlos de estas angustias.

La vida terrenal llega a su fin una vez, pero la vida espiritual continua, y Él Se dio cuenta de esta vida espiritual en todo su tormento esclavitud. Sabía que de esto ya no había salvación, que los humanos mismos ya no se podrían salvarse de esto, que primero se tendría que pagar la gran deuda, de la cual los humanos no eran capaces.... Y este conocimiento Lo impulso a Su plan de Redención con todos sus tormentos y sufrimientos, con todo el miedo y el sufrimiento más amargo y la muerte en la cruz.

Jesús fue a la muerte muy conscientemente, y fue precisamente el conocimiento previo lo que aumentó todavía muchas veces Su sufrimiento, ya que como ser humano tuvo que soportar los mismos miedos y dolores, por lo que no tuvo reducción en ellos por Su Divinidad.... Porque la presencia de Dios en Él no Le había determinado Su voluntad, la cual tenía que decidirse con total libertad hasta el fin, lo que costó las más amargas luchas y superaciones antes de que se llevara a cabo el acto final de la obra de Redención.

Pero Él había resistido la lucha, entregó voluntariamente Su vida en la cruz, porque tenía el poder de apartar todo de Sí hasta el final, pero ya no usó este poder, sino que sufrió y murió con terribles dolores para poder realizar la obra de Redención.... para expiar nuevamente a la humanidad ante Dios y despejar el camino hacia el Padre, que hasta entonces le estaba cerrado.... Porque el amor de Jesús por Sus hermanos caídos era infinito y este amor se encargó de todo para ayudarlos, para salvarlos del pecado y de la muerte....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise